México D.F. Domingo 2 de mayo de 2004
El color de los sonidos se
inaugura el 5 de mayo en el Polyforum Cultural Siqueiros
La pintura, faceta poco conocida del folclorista René Villanueva
Las recurrentes preocupaciones sociales del
creador también se manifiestan en su plástica
ANGEL VARGAS
El nombre de René Villanueva inmediatamente
remite al mundo del sonido. Ello se debe a que en vida dedicó
más de tres décadas al cultivo de la música
tradicional, como parte del grupo los Folcloristas, y a la
investigación musicológica, siendo creador de una
fonoteca de casi 20 mil registros con expresiones de todo el
país y el resto de Latinoamérica.
También se le recuerda por su entusiasta
e
infatigable participación en los movimientos sociales, entre
ellos el zapatismo, cuyos ideales defendió y promovió
hasta el momento de su muerte, en junio de 2001.
Sin embargo, a la par de esas facetas existieron
otras de igual relevancia que han permanecido casi en el anonimato,
como la pintura y la escritura, disciplinas en las que incluso tuvo
preparación académica, lo que no sucedió en la
música, en la que fue autodidacta.
Es por ello que Beatriz Zalce, pareja de René
Villanueva, se ha dado a la tarea de difundir ese otro universo
creativo del entrañable artista oaxaqueño.
Así, entre otras acciones, promovió y
curó la exposición El color de los sonidos, que
será inaugurada en el Polyforum Cultural Siqueiros (Insurgentes
Sur 701, esquina Filadelfia, colonia Nápoles) el 5 de mayo,
fecha que coincide con el 71 aniversario natal del creador. Allí
permanecerá hasta el último día del mes.
Se trata de una muestra integrada por 36 obras,
entre óleos, acrílicos y de técnica mixta,
mediante la cual busca ofrecerse una especie de autobiografía
del trabajo pictórico de Villanueva, en el que pueden advertirse
claramente tres épocas.
El primer periodo, de 1958 a 1972, da cuenta de una
influencia muy profusa de la Escuela Mexicana de Pintura, refiere en
entrevista Beatriz Zalce. 舠Fuerza en el trazo, claridad,
imágenes veladas y, sobre todo, una temática que hace
énfasis en temas sociales.
舖舖Es una época llena de acontecimientos
políticos y sociales que cimbraron a René: el movimiento
estudiantil de 1968, la guerra de Vietnam y la consolidación de
la Revolución Cubana. De allí quedó marcada esa
conciencia de lucha social, tanto en su música como en su
pintura舡.
En los albores de los años 70, el sonido pudo
más que el color, y el flautista centró toda su
atención a su trabajo con los Folcloristas, así como a su
empeño por recoger en grabaciones de campo la música
tradicional de México.
No fue, sin embargo, un tiempo perdido para su
vocación pictórica, ya que en las giras por el
país y varias latitudes del mundo nutrió su mirada y la
futura sensibilidad de su pincel con los colores, las formas y las
texturas de los diversos pueblos y culturas que conoció.
De esa manera, el segundo periodo comienza en los
primeros años de los 80, en el que de la paleta de René
Villanueva se desbordan colores e imágenes más vivos, y
舠queda atrás la sobriedad de los primeros tiempos舡.
En la temática prosiguen las preocupaciones
por las luchas sociales, los derechos humanos y la denuncia
política. No obstante, subraya Beatriz, aparece un nuevo
elemento esencial: la música y los músicos, con lo que el
artista viene a imbricar sus dos grandes pasiones: el color y el
sonido.
Con la llegada de los 90, regresa el silencio
pictórico a la vida del creador, quien, al irrumpir el
zapatismo, se mete de plano en esa lucha. Así continúa
hasta que en 2000 se le detecta el cáncer en el pulmón,
que finalmente le causaría la muerte un año
después.
Así comenzó la tercera y última
etapa, definida por la fuerza y la pasión por el trabajo con
pincel y caballete.
舠Es una pintura de voz vehemente que describe su
espíritu y sus preocupaciones, en la que reflejó el dolor
y la impotencia que percibía en el mundo contemporáneo,
aunque no abandona, por ello, las alusiones a la música舡,
prosigue Beatriz.
舠René centra todas sus energías en
pintar. Sabía que podía irse en cualquier momento y todo
lo hace con avidez. Por ello sus trazos no son tan cuidadosos.
También hizo homenajes a varios de los pintores que admiraba,
como Van Gogh, Remedios Varios y Rufino Tamayo舡.
Los últimos meses de vida, el pintor se
obsesionó por mostrar su agradecimiento a sus múltiples
amigos, mediante la confección de retratos. 舠Así, amigo
que iba de visita, amigo que lo sentaba a posar y retrataba舡.
Cuenta Beatriz Zalce que un aspecto admirable de
René Villanueva como pintor es que, a diferencia de otros
colegas, no se ocupaba en tomar apuntes ni hacer borradores, sino que
siempre llegaba al lienzo con el cuadro resuelto en el imaginario.
舠Nunca conoció el miedo al lienzo ni al papel
en blanco. Y pudo hacer eso porque siempre se dio el tiempo de callar.
Sólo hablaba o hacía algo cuando tenía algo en
verdad importante que decir.舗舗
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