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México D.F. Domingo 2 de mayo de 2004
Antonio Gershenson
¿De veras se fomenta así la
inversión?
A más de tres años de un gobierno lleno de promesas, se promete a un grupo de
empresarios que las inversiones que puedan realizar en actividades
energéticas prohibidas a particulares por el artículo 27
de la Constitución estarán dentro de esta nuestra Carta
Magna. A medida que la falta de confianza, ya no de la población
marginada o clasemediera, si- no de la gente que tiene más
dinero, contribuye a que el peso caiga frente al dólar a niveles sin
precedente, se amontonan las declaraciones que se contradicen o que
contradicen a la más evidente realidad.
Se dice que las relaciones con Cuba están en
buenos términos, pero se ataca al gobierno de este país por
haber revelado cosas que Carlos Ahumada Kurtz declaró allá,
en el sentido de que el show de los videos se preparó con meses de anticipación;
que lo que Ahumada dijo en Cuba no tiene validez legal aquí, con lo
cual se confirma implícitamente que sí lo dijo; que el
gobierno federal mandó un comunicado al de Cuba, pero que fue
verbal, y en Cuba dicen que nunca lo recibieron.
Y resulta que el procurador general de la
República y Ahumada no sólo se conocían, sino que
estuvieron juntos en un juego futbolero entre los equipos de la dependencia
del primero y de una empresa del segundo.
Para querer justificar nuevos estropicios en materia
de energía, se 舠aumentan舡 en cientos de miles de
millones de pesos, de un día para otro, las supuestas necesidades de
inversión, con la misma facilidad con la que en el pasado se
inventaron más y más reservas de petróleo crudo, las
cuales luego, con estudios más rigurosos, se fueron esfumando de
nuevo.
¿De veras creen que con eso vendrá
más inversión? Sólo en algunas ramas a las que se dan
privilegios a costa del conjunto de la economía, incluso a costa de
la inversión en las otras ramas. Empresas generadoras de
electricidad con gas natural no tienen que pagar más por ese gas
cuando sube de precio, porque están protegidas contra ese y otros
riesgos. Pagan el costo, por un lado, la Comisión Federal de
Electricidad, y por otro, otros consumidores, que incluyen ramas
industriales productivas. Y cuanto sube el precio del gas vemos noticias de
cierres de plantas en esta u otras regiones del país, porque tienen
que pagar mucho más cara la electricidad que, en varias ramas,
constituye una parte considerable del costo de producción. Pero en
el sector financiero, el más privilegiado, ni siquiera se ve que
haya inversión. Generalmente, se presta para el consumo nada
más, y cobrando caro.
Es bien sabido que incluso entre las maquiladoras de
la frontera norte ha habido cierres para trasladar la producción a
países de la región Asia-Pacífico, y en primer lugar a
China, país en el que no hay discurso derechista y reaccionario,
pero sí hay inversión pública que permite una
infraestructura creciente y a bajo precio. Finalmente, el que invierte
dinero busca más dinero, no discursos.
Durante décadas, gobierno priístas
desacreditaron los discursos con promesas. Buena parte del voto contra el
PRI en julio de 2000 fue contra la política económica de los
tecnócratas, para los que el crecimiento económico es pecado
mortal. Y el actual gobierno los dejó seguir al mando de la
política económica. No sólo eso. Los gobernantes
priístas finalmente conservaban algo de poder. Pero ahora el
predominio de los tecnócratas no tiene contrapeso político.
De ahí que los tecnócratas hayan tenido más
éxito en su objetivo de frenar el crecimiento. El crecimiento del
producto interno bruto en el actual gobierno ha sido incluso menor que el
de los gobiernos tecnocratizados que lo precedieron. ¿Cuál
promoción de la inversión, entonces?
Un antiguo proverbio asiático dice que un
dibujo dice más que mil palabras. En el caso de la inversión
privada, una obra con inversión pública en infraestructura la
atrae más que mil discursos, por reaccionarios que sean. Con
inversión pública en Pemex, en la industria eléctrica,
en la creación de distritos de riego, etcétera, en el pasado
se tuvo un crecimiento económico sostenido. Ahora se puede y debe
hacer eso, sin los vicios del pasado, y se tendrán resultados muy
positivos.
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