Efervescencia social: huelga médica, marcha de cocaleros y amenazas de mineros

Reprime la policía peruana a manifestantes que intentaron apoderarse de una alcaldía

AFP, DPA Y REUTERS

Lima, 28 de abril. La policía peruana dispersó hoy con gases lacrimógenos y toletazos a unos mil manifestantes que intentaban to-mar por asalto la municipalidad de Chiclayo, en el norte del país, en medio de creciente efervescencia social con los médicos en huelga general, los cocaleros en marcha hacia Lima y anuncios de los mineros de parar sus actividades.

En paralelo, medio centenar de ex trabajadores del sector pesquero ocupó durante horas un local de Naciones Unidas en Li-ma, donde antes de ser desalojados por la policía pidieron, en calzoncillos, la mediación del organismo mundial para que el gobierno cumpla promesas de un añejo conflicto de 1992.

La represión de los manifestantes en Chiclayo, en su mayoría vendedores informales inconformes con el alcalde Arturo Castillo por haberlos desalojados de su zona, se produjo dos días después del linchamiento del edil de Ilave, Cirilo Robles, acusado por los pobladores de presunta corrupción, desplante y hasta racismo.

Por lo pronto, el poblado de Ilave, en el departamento de Puno, y el gobierno central de Perú lograron hoy un acuerdo para subsanar el vacío de poder local existente tras el linchamiento del alcalde, y puso punto final al estado de protesta que mantuvo esta provincia del suroriente peruano.

En asamblea popular en la Plaza de Armas, y ante preguntas del jefe de la comisión gubernamental, la población optó por que se ratifique en los cargos a nueve regidores, varios de los cuales habrían renunciado, y rechazó la petición de formar un gobierno municipal transitorio con nuevas elecciones.

Además, este miércoles fue liberado el alcalde de Cahuapanam, departamento de Amazonas, Osvaldo Peralta, así como otros dos funcionarios que habían sido capturados por pobladores indígenas aguarunas.

Los pobladores sometieron al alcalde Pe-ralta a interrogatorio sobre presuntas irregularidades en su gestión, y con su liberación se disiparon los temores de que corriera la misma suerte que su colega de Ilave.