México D.F. Jueves 29 de abril de 2004
Asegura el gobierno que sólo eran "bandidos"
que pretendían robar armas
Mueren 112 tailandeses en combates entre uniformados
y musulmanes separatistas
A los rebeldes se les habría tendido una trampa
para liquidarlos, afirman algunas fuentes
AFP, DPA Y REUTERS
Bangkok, 28 de abril. Al menos 112 personas mu-rieron,
entre ellas 107 presuntos combatientes musulmanes separatistas y cinco
soldados y policías, al desatarse los enfrentamientos más
sangrientos desde enero pasado en el sur de Tailandia, informaron autoridades.
Los
choques comenzaron a las 05:30 ho-ras cuando insurgentes, de entre 18 y
20 años, atacaron de manera simultánea 10 puestos policiales,
bases militares y otras instalaciones gubernamentales en la sureñas
provincias de Pattani, Yala y Songkhla.
Del total de 107 rebeldes caídos, 32 perdieron
la vida cuando el ejército y las fuerzas de seguridad atacaron la
mezquita de Kuersae, en Pattani.
En esa mezquita, la policía y el ejército
lanzaron granadas y gases lacrimógenos, a pesar de que los clérigos
musulmanes plantearon iniciar negociaciones.
Luego
de la refriega fueron hallados los 32 guerrilleros muertos, mientras otros
23 insurgentes fueron arrestados, entre los que había seis heridos.
En las filas gubernamentales hubo cinco muertos, entre
ellos tres policías y dos soldados, así como otros 16 heridos.
El primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra,
explicó que el balance de bajas del lado de las fuerzas de seguridad
era reducido porque los atacantes estaban mal armados, sólo con
machetes y algunos fusiles.
El gobernante calificó a los atacantes de "bandidos"
que sólo querían robar armas para revenderlas, sin conexión
con el terrorismo internacional.
El responsable de seguridad interna del país, general
Panlop Pinmanee, dijo que "es absolutamente seguro que los musulmanes atacantes
eran separatistas".
El teniente general Chumpol Munmai, director de la Agencia
Nacional de Inteligencia tailandesa, explicó que los efectivos del
ejército fueron advertidos de los inminentes ataques, y que por
eso llevaban en alerta máxima desde hace varios días.
Inclusive algunas fuentes admitieron que a los rebeldes
se les tendió una trampa al hacerles creer que los objetivos a atacar
es-taban desprotegidos.
Las provincias del sur de Tailandia, donde 30 por ciento
de la población vive bajo el umbral de la pobreza, fueron escenario
des-de enero anterior de otras acciones armadas, que dejaron unos 65 muertos.
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