Lo que sobran son mujeres ya suena en provincia

Con su nuevo disco, Cornelio Reyna Jr. incursiona en el género de banda

ARTURO CRUZ BARCENAS

El cantante de música popular Cornelio Reyna Jr. incursiona en el difícil género de banda con su nuevo disco, Lo que sobran son mujeres, que ya suena en las estaciones de radio de la República y que prevé dé la pelea a Lupillo Rivera, Julio Preciado, El Coyote y a otros que mezclan norteño y la popular sonorización de viento.

Reyna Jr. considera que este disco le da un nuevo aire y lo volverá a situar en los primeros lugares de popularidad. Ha sido hasta imitador. Es un verdadero clon vocal de su papá, de nombre homónimo y de quien aprendió el abc del negocio de la cantada.

Una fecha es decisiva para el Jr.: 22 de enero de 1997, cuando murió su padre. Tuvo que rascarse con sus propias uñas. "Me caí de la nube", dijo parodiando una de las composiciones más famosas del ídolo del barrio, creador de más de 2 mil canciones -480 grabadas- y compañero de Ramón Ayala, llamado El Rey del Acordeón (ambos formaron a los emblemáticos Relámpagos del Norte), quien lo ha apoyado en su larga carrera de 22 años.

En entrevista, Reyna Jr. recordó cuando viajaba en un vehículo con su padre y en un cuaderno anotaba las letras de canciones que brotaban de la inspiración del creador de Lágrimas de mi barrio. Esa fue una enseñanza que considera invaluable, única, "una educación sentimental, profunda".

Lo recuerda alegre "y muy enamorado", siempre desprendido del dinero, al nivel de considerársele manisuelta, al punto de la exageración y hasta de la ofensa. El origen humilde de Cornelio marcó su sino aún en épocas de abundancia.

Dijo de su progenitor que en los días en que éste cantineaba apenas ganaba para unos cuantos bisteces y un kilo de tortillas. "Antes, las cantinas eran la escuela de los músicos norteños. Ahí se aprendía a tratar a la gente. Si logras complacer con tu música a un borracho, Ƒqué puede haber más difícil?", dijo.

Mucho polvo y mucha hambre rodearon a Reyna y Ayala. Dos elementos acumulados en calles de Reynosa y Monterrey. Hasta que el éxito los sacó de la ignominia.

Ahora, el hijo ha tomado la estafeta y su carrera discográfica comenzó en 1997, cuando murió su padre. Ramón Ayala, en 1999, le produjo el cd La leyenda continúa. Trabajaron otra vez en 2001 en el disco Con los pies en la tierra. Luego, con Juan Robles, lanza Sólo un sueño.

Este 2004 promueve Lo que sobran son mujeres, que lo introduce en la música de banda, con la asistencia en la producción de Pedro Rivera (padre de Lupillo), acompañado por La Banda Azul, de Culiacán, Sinaloa.

Canta Si por mi fuera, ranchera inspiración de Martín Urieta; Estrella en el cielo, de Luis Carlos Monroy, Jaime Flores y Raúl Ornelas, con la que recuerda a su padre, de quien interpreta dos composiciones: El columpio y Botellitas; más una de su amigo Rafael Montiel.

Originario de Reynosa, Tamaulipas, Cornelio Reyna Jr. explicó que cantar con banda es un experiencia importante, pero nada fácil. "Mi padre sí hizo algo con banda. La selección de los temas del disco no fue fácil, pero los dos de mi papá siempre me los piden en mis presentaciones.''