A un año de que se firmó el ANC, no se han tratado los asuntos fundamentales, asegura

Nulo cambio de actitud del régimen foxista en materia agropecuaria: Episcopado

"Contener y enfrentar" a campesinos, su único objetivo, señala experta de la UNAM

JOSE ANTONIO ROMAN Y KARINA AVILES

A un año de haberse firmado el Acuerdo Nacional para el Campo (ANC), "no vemos un cambio de actitud" en el gobierno del presidente Vicente Fox, pues temas fundamentales como el cambio de políticas hacia los campesinos, la renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la soberanía alimentaria, entre otros, no han sido abordados. Además, a los campesinos "se les está expulsando de su fuente de trabajo y enviando a la miseria, sin oportunidades", externó la Comisión de Pastoral Social del Episcopado Mexicano.

Por su parte, la especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Blanca Rubio, aseguró que el gobierno foxista "en ningún momento tuvo la intención de cumplir el ANC", o de resolver la difícil situación de los labriegos. Su propósito fue "contener" y "enfrentar" el movimiento campesino, uno de los más importantes que han surgido en la década reciente, destacó.

En una severa crítica a los logros alcanzados en un año en el sector agropecuario, la comisión de pastoral señaló que existe gran incertidumbre, debido a que "no se sabe si el acuerdo tiene el objetivo de negociar una nueva política agraria o si sólo se firmó con el objetivo de resolver problemas concretos y coyunturales y erradicar las movilizaciones".

Al participar en la reunión de trabajo convocada por el movimiento El campo no aguanta más, el secretario ejecutivo de la citada comisión, José Antonio Sandoval, destacó que entre 20 y 25 por ciento de la población se encuentra en ese sector y genera 5 por ciento del producto interno bruto. "El país debe entender que lo que está en juego es el modelo de país y el modelo de desarrollo que queremos", enfatizó.

Sobre la situación crítica y la falta de futuro en el campo, Antonio Sandoval refirió: "En 1995 la población en el sector primario era de 18.5 por ciento, mientras que para 2000 ese mismo sector se redujo a 9 por ciento.

"Hasta ahora se desconoce si el gobierno firmó el acuerdo como un paso para cambiar las políticas públicas del campo o sólo para salir del paso y resolver momentáneamente una movilización creciente de los campesinos. "Hemos coincidido con miembros del movimiento campesino -con quienes nos hemos encontrado en diferentes ocasiones- en señalar que no vemos un cambio de actitud por parte del gobierno federal. Los temas importantes siguen pendientes", dijo. Sandoval anunció que la Iglesia católica impulsa una iniciativa para realizar un congreso agrícola a escala nacional.

Por separado, en entrevista, la investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales, Blanca Rubio, señaló que la política seguida por la administración federal constituye "un abierto desafío" al citado acuerdo.

Lejos de cumplir con los compromisos adquiridos, el gobierno foxista ha dado "grandes golpes" a los trabajadores agrícolas, "contraviniendo así el propio ANC", manifestó. En esta política de endurecimiento están el anteproyecto de presupuesto para el sector que consideraba una reducción de 5 por ciento, la intención de desaparecer importantes centros de investigación orientados al medio rural, así como la cancelación de la posibilidad de que las organizaciones campesinas pudieran influir en las decisiones fundamentales, indicó.

La experta señaló que se observan dos etapas después de la firma del ANC: la primera se caracteriza por la aplicación de una estrategia por parte del gobierno para desgastar a la lucha campesina mediante trámites burocráticos y farragosos; la segunda se identifica por una línea de endurecimiento en la política oficial.

Lo anterior muestra que el verdadero interés del gobierno era "contener" el movimiento campesino y aplicar una estrategia para "enfrentarlo" mediante tres vías: retomar sus demandas, desvirtuar sus propuestas y generar un proceso de desgaste.

Es muy grave, añadió, que la administración de Fox no tenga disposición de resolver el deterioro gradual que sufre este sector. De esta manera, el movimiento campesino "enfrenta un gobierno que no quiere hacer cambios porque es sumiso al interés de las transnacionales", finalizó.