México D.F. Lunes 26 de abril de 2004
Ya no podemos seguir creyendo que somos gringos,
afirma el próximo titular de la academia
"Alejar" del neoliberalismo a la ciencia, siguiente
reto de la AMC
Desaprovechados, más de 90 por ciento de los
proyectos de investigadores, dice Octavio Paredes
KARINA AVILES
Octavio Paredes, quien el próximo miércoles
se convertirá en el nuevo presidente de la Academia Mexicana de
Ciencias (AMC), afirma que promoverá una ciencia alejada del concepto
neoliberal, apegada a las necesidades del pueblo y defensora de los valores
nacionales: "una ciencia en la que nos dé orgullo ser mexicanos,
¡que no nos creamos gringos!"
Nosotros tenemos cultura, historia, y una fracción
importante de la sociedad mexicana "está renunciando" a los principios
que integran el ser de la nación. "Buena parte de la educación
privada pretende hacernos creer que somos gringos. ¡Eso ya
no puede seguir así!"
En entrevista, el doctor en biotecnología de plantas
e investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados
(Cinvestav)-Irapuato, adelanta el proyecto que impulsará al frente
de la AMC en los próximos dos años, que se fundamenta en
el concepto de una ciencia al servicio de la sociedad y no de las elites.
Es inevitable, indica, el neoliberalismo "ha intervenido
a todas las capas de la sociedad", incluida la ciencia. En este sentido,
"a una parte de los científicos nos ha faltado mirar hacia los grandes
intereses de nuestro pueblo". El que se dedica a la actividad científica,
aclara, no puede dejar de conocer lo que hay afuera, pero la "mirada principal
tiene que ser hacia adentro.
"¿Dónde
están los especialistas mexicanos que ataquen los problemas del
trópico húmedo? ¿Dónde están los centros
científicos que den soluciones para las zonas áridas y semiáridas
de México? ¿Dónde están los especialistas que
ayuden a hacer una transformación en el ámbito forestal?",
cuestiona.
Los ejemplos son múltiples, señala. El país
apenas tiene unas cuantas decenas de especialistas en agua, pese a que
difícilmente se podrá señalar algo más importante
para el futuro de la sociedad mexicana que no sea el problema sobre el
mismo, pues la agricultura utiliza 85 por ciento del consumo total y sólo
queda 15 por ciento para el resto de las actividades.
Por ello, destaca, en lugar de renunciar a nuestros intereses,
tenemos que mantener una lucha constante por preservar nuestra cultura
y tradiciones. Por los tiempos que vivimos y por la posición geográfica
que tenemos, es primordial prestar mayor atención a las necesidades
de nuestra sociedad.
Para el doctor honoris causa de las universidades
autónomas de Sinaloa y Querétaro, el científico debe
abrirse a la comunidad: "tenemos que restarle tiempo a seguir haciéndonos
famosos", para luchar responsablemente por la defensa de nuestras convicciones.
"Tragedia nacional"
Una de las convicciones es romper con la idea de que la
ciencia es sólo para las elites, por lo que es urgente crear espacios
para los jóvenes, que sólo pueden tener una plaza si alguien
se muere. "¿Qué país en el mundo se desarrolla adecuadamente
cuando expulsa a sus jóvenes de su propia sociedad? Ninguno", responde.
En este sentido advierte que una tercera parte de los
estudiantes que asisten a las aulas universitarias no encuentran espacios:
"lo más grave no es la fuga externa de los científicos mexicanos,
sino la fuga interna, es decir, la de quienes se tienen que dedicar a otras
actividades" que no tienen que ver con su formación, nivel académico
y que después de 22 años de estudio no tienen una opción,
lo cual "es una verdadera tragedia nacional".
De tal forma que si no se construye una estrategia paralela
de formación de jóvenes y oportunidades de desarrollo, "vamos
a tener grupos de científicos llenos de rencor y de enojo". A esto
añade que "más de 90 por ciento de los proyectos" de los
investigadores son desaprovechados.
Con las consideraciones antes señaladas, Octavio
Paredes indica que emprenderá un intenso programa de divulgación
en el que la ciencia llegue a los mexicanos de forma atractiva y les cuente
para qué sirven los científicos, cuáles son los campos
del conocimiento, los avances, pero también los errores cometidos.
En conjunto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt) se identificarán los 100 casos exitosos de científicos
mexicanos en los 10 años recientes. Por otro lado, la nueva presidencia
de la AMC iniciará una Olimpiada de la Historia de México,
para que "no siempre se quiera tener los ojos azules y la piel blanca,
sino para realzar nuestros valores".
Otro de los proyectos es el de impulsar una Federación
de Sociedades Científicas "alrededor de la AMC", que identifique
las preocupaciones de los científicos mexicanos, los aciertos y
las áreas en las que "estamos encerrados en nuestros laureles".
Además anuncia que en las próximas semanas
presentará una propuesta de descentralización y de apoyo
a la actividad científica de las universidades estatales, basada
en la siguiente fórmula: "a preparaciones equivalentes -cualquiera
que sea el lugar de asignación del investigador-, salarios equivalentes".
Esto obedece a la necesidad de dar oportunidades iguales
a los investigadores de las universidades locales en relación con
sus pares adscritos a instituciones como la UNAM o el IPN, pues "en el
mejor de los casos" el científico que trabaja para una escuela profesional
estatal tiene un salario que representa la mitad del que gana un colega
del Poli o de la universidad.
La iniciativa será presentada para que la discuta
la comunidad científica y los legisladores de las comisiones competentes.
No es posible, enfatiza, continuar con un sistema educativo cuya "estructuración
está equivocada", porque difícilmente se enriquecerá
la actividad docente y científica en el país "si no se cambian
esas cosas".
Pero para hacer una verdadera reforma en materia científica
considera que lo primero que se debe hacer es convencer a la sociedad y
a sus representantes de que "servimos para algo". Si queremos cambiar la
inversión en ciencia y tecnología del .4 por ciento del producto
interno bruto (PIB) -"que ya nos gustó desde hace varias décadas"-
es necesario insistir en que la palanca del desarrollo se llama educación.
Las situación en el sector mejoraría "sensiblemente"
si cada entidad del país invirtiera .4 por ciento de su PIB estatal.
"Las
excusas, mañana no nos van a servir de nada", finaliza.
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