A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

Atrapa el infantilismo político al gobierno de la República

Denigración colectiva
Emilio Chuayffet y Porfirio Muñoz Ledo

EL DESENCUENTRO DE las clases dirigentes crispa el ambiente y hace del discurso político remedo de calambur de carpa. No se debaten los temas torales de la cosa pública. No hay diálogo, sino intercambio de insultos; cargos lanzados al ágora electrónica como piedras a un charco de supina ignorancia. "ƑA quién beneficia el espectáculo de la denigración colectiva?", pregunta José Murat en los prolegómenos de la Conago. Ricardo Monreal planteaba también la urgencia de un llamado a la civilidad. Se impuso el puntilloso protocolo y los señores gobernadores dejaron para otra ocasión la convocatoria.

SI LA HAY. El poder no resiste el vacío. La virulencia del oportunismo político debe haber motivado el llamado del general Clemente Vega, secretario de la Defensa Nacional, a la concordia y al rescate de los valores institucionales, so pena de vernos en trance de perder a la nación. Un Estado débil es una democracia débil, advierte el estudio regional de la ONU. Y no son dados a las catilinarias los del Ejército de la Revolución Mexicana. Pero los gobernadores reunidos en la tierra de los Arriaga, donde Marcelo de los Santos cubrió la fachada del poder laico y secular con gigantescos pendones de la cruz cristiana, dejaron para otra ocasión el tema de la civilidad política.

EL SECRETARIO DE Gobernación, conducto político entre poderes y niveles de gobierno, llevó la paz a la capital potosina. Conducto y vocero de la clerigalla, Santiago Creel invitó al papa Juan Pablo II a visitar nuestro país en misión pontificia. Al filo del vacío, la Conago cumplió la agenda prevista. Se opuso a romper el orden de lo acordado por don Eugenio Elorduy, el gobernador bajacaliforniano que festejó en Tijuana el presunto retorno de maquiladoras idas hasta la China que logró "sacar" de la pobreza a 200 millones de personas en los 20 años en que nosotros hundimos en ella a 50 millones de mexicanos.

EL BANCO MUNDIAL nos dice lo que saben las generaciones de las crisis recurrentes y la desesperanza "en la democracia", no "con la democracia": la desigualdad impide abatir la pobreza. Lo dice el Banco Mundial, no los nostálgicos del pasado y del estado de bienestar: "En América Latina hay un problema agudo de distribución del ingreso que es preocupante, y debemos preguntarnos si se puede lograr abatir la pobreza con ese nivel de inequidad". Aun cuando hay crecimiento económico, los pobres poco pueden obtener... La décima parte de los latinoamericanos más ricos percibe 48 por ciento del ingreso total de la región, mientras el 10 por ciento más pobre apenas obtiene 1.6 por ciento del ingreso.

PERO ATRAPADOS ENTRE el futurismo y el inmediatismo, el presidente Fox y el jefe de Gobierno de la capital de esta República nuestra intercambian acusaciones y se dicen víctimas de infundios; que el uno intenta cubrir la corrupción con la cortina de humo del complot denunciado; que uno y otro filtran información y violan la secrecía que dictan la norma nacional y los convenios de colaboración internacional. Y los colaboradores de Vicente Fox y de Andrés Manuel López Obrador, como si no bastara con la incontinencia verbal de ambos jefes, son presas de la verborrea de sicofantes que comparten el delirio de la democracia fundacional. Y el PRI, al que sacó de Los Pinos el Macabeo abajeño, ensayó la prudencia y le fue como al perro de la tía Cleta. Porque el infantilismo fundacional se aferra al discurso de la dicotomía inalterable: en el sistema político mexicano no hay más que gobiernistas y antigobiernistas.

O COMO DIJERA hace un par de décadas Carlos Monsiváis, no por nada galardonado en Buenos Aires: "en México todos somos del PRI, salvo prueba en contrario". Veinte años es nada y los alternantes no se dan cuenta que son gobierno. El estratega de Nacajuca denuncia el complot y el accionar en las sombras del innombrable Carlos Salinas de Gortari, a quien nombra a mañana, tarde y noche el señor López Obrador. Ah, participa, actúa también "la derecha", como si se pudiera ubicar a Salinas en otro punto de la topografía política. Los desencuentros se multiplican y los extremos acaban por fundirse en un perol de brujas macbethianas.

ASOMA LA POSIBILIDAD de acuerdos parlamentarios en San Lázaro y el vocero panista Juan Molinar Horcasitas distribuye panfletos en los que llama delincuentes electorales a los diputados del PRI y a los del PRD. Será por el desgajamiento del tronco común. Pero los perredistas de las dispersas y desoladas izquierdas no aceptaron compartir silenciosamente el cargo. Ni los cortesanos del despotismo ignaro aceptarían la insolente respuesta del diputado Germán Martínez Cázares: no hubo agravio; no habrá disculpa. Inti Muñoz, vocero de la bancada del PRD, atribuyó el dislate de Molinar "a uno más de los signos de infantilismo político del partido en el gobierno".

SE AVIZORABA UN acuerdo parlamentario para hacer efectivas las reformas electorales propuestas para resolver, así sea tímidamente, el dilema del financiamiento de los partidos y las campañas políticas; para buscar la cuadratura al círculo del voto de los mexicanos emigrados, de los millones que viven en las entrañas del imperio vecino y gozan de la doble nacionalidad. Otro día habrá que volver al tema: no es lo mismo nacionalidad que ciudadanía. Por lo pronto, el agravio y la forma en que contribuye al "espectáculo de la denigración colectiva". Emilio Chuayffet, coordinador de la diputación priísta, afirmó no estar dispuesto a tolerar las agresiones del PAN, porque no se trata de un hecho aislado, de un exabrupto, sino de una estrategia de quienes tienden la mano para pedir acuerdos y con la otra ofenden a los adversarios.

"DOBLE DISCURSO PROPIO de fariseos", diría Chuayffet, el que en Bucareli presidió las negociaciones con los partidos de la pluralidad que concluyeron en las reformas de las que surgirían la institucionalización del IFE y la solución de los conflictos electorales en tribunales y no en las protestas callejeras. Mesas de negociación a las que Porfirio Muñoz Ledo se sentaba y ausentaba sin reposo. Para la fulgente soberbia de Muñoz Ledo esa era "su reforma". Vendría el cambio de dirigencia en el PRD y Emilio Chuayffet jugó la baza de esperar al nuevo dirigente para concluir la tarea. Porfirio Muñoz Ledo no podía tolerar que eso lo dejara fuera de la jugada: volvieron a la mesa. Hubo reforma. Hubo diputación para que Muñoz Ledo cerrara el corredor central y abriera el discurso aragonés del "todos juntos valemos más que vos".

ESTUDIOSO DE LA historia de los papas, el del estado de México pagó con el ostracismo las galas de una toma de posesión en Palacio Nacional. No hubo necesidad de misa, ni de vestir ropajes de mendigo en el Nevado de Toluca. Volvió a la política activa y la rebelión de los menospreciados lo llevó a relevar a Elba Esther Gordillo en su efímero mandato. Ante las ofensas del diputado y vocero panista, Chuayffet aprovechó la ocasión para consolidar el liderazgo obtenido en conflicto intestino: exigió disculpas y previó la radicalización de las posiciones políticas del PRI. Dueño de oficio político terrenal, Emilio Chuayffet precisó que el voto para rechazar la controversia constitucional como vía para anular los contratos de servicios múltiples no es porque el PRI avale su legalidad, sino porque se impone emprender "tres batallas en la misma dirección: que se respete el sentido del artículo 27 constitucional en materia de hidrocarburos".

ESAS SON PALABRAS mayores. Pero los panistas que presumen de no ser el partido del gobierno, de haber acabado con la sumisión al tlatoani sexenal, dejaron pasar lo de los energéticos y reaccionaron enérgicamente al voto de la mayoría agraviada que negó al presidente Vicente Fox el poder aceptar la medalla agrícola que le confirió la FAO. Aceptarla, dijeron, sería una ofensa para millones de campesinos pobres. El debate es lo de menos. No hubo ecos de Ponciano Arriaga, de Molina Henríquez, de Luis Cabrera. Y el caballito de batalla de la fracción panista, el agresivo subcoordinador, comprobó que jamás se ha bajado de la banqueta. En el herradero de rancheros con ínfulas de hacendados que defendían la expropiación de ingenios azucareros con visos de globalidad cocacolera, el Cid campeador Germán Martínez Cázares quiso dar gran lanzada a moro muerto de la reforma agraria en el mundo del revés. Dijo que los nostálgicos impedían se honrara con esa medalla a los campesinos que "siembran azúcar". Algún alma caritativa debiera llevarlo a visitar Zacatepec y mostrarle las ruinas de lo que fuera una poderosa región agroindustrial. Y pronto, antes que siembren azúcar los diputados locales que cambian de chaqueta en Morelos para edulcorar el inminente juicio político a Sergio Estrada Cajigal. Del gobernador en entredicho, cuyo jefe de la policía ministerial está formalmente preso y ha tenido que sustituir al secretario de Gobierno y al procurador del estado. Largo y complicado es el proceso de juicio político. Pero ya no hay forma de sembrar azúcar y cosechar una licencia para el gobernador en capilla. Hay un Senado de la República y Morelos pudiera ofrecerle la ocasión de retomar el sendero de la legalidad para resolver si es dado el caso de declarar desaparecidos los poderes de la entidad. Causales hay. Habrá que ver si hay voluntad y ánimo federalista.

IMPOSIBLE SOSLAYAR QUE mientras el Banco Mundial contaba nuestros pobres y los diputados hablaban de la importación de maíz como una fatalidad del sino neoliberal, Heladio Ramírez, Manuel Angel Núñez y Enrique Martínez demandaban apoyos, recursos para enfrentar con dignidad la competencia de la agricultura primermundista que recibe subsidios enormes. Ahí hace falta el diálogo, la concertación, acabar con el penoso espectáculo de la denigración cotidiana. Por cierto, José Murat da respuesta a lo que pregunta en la carta dirigida a la Presidencia de la República. ƑA quién beneficia? "Muy simple. No al sistema de partidos. No a alguno en particular. No a la necesaria credibilidad en nosotros mismos. No al Estado nacional y ni siquiera al gobierno en turno. No a la República. No a los mexicanos. Sí a quienes quisieran ver a México de rodillas, sin una voz fuerte, nutrida de la unidad nacional".

A VECES HAY que escuchar lo que dicen quienes hablan mucho. Sobre todo después de que hayan callado por un tiempo. No importa qué tan breve fuera o el motivo de ese silencio. ƑCui bono?, decían los clásicos. Crimen por acción, por omisión, por incuria o cualquier género de locura, sin excluir, desde luego, la del infantilismo fundacional de la democracia vista como fin y no reconocida como medio, Ƒa quién beneficia el festín de autodenigración en el ágora electrónica?

"NO SE PUEDE reinar inocentemente", mandar sin culpa alguna, dijo Saint Just en su discurso ante la Convención, el 13 de noviembre de 1792. Es hora de asumir la responsabilidad que impone el mandato.