México D.F. Jueves 22 de abril de 2004
Daños colaterales, en la "operación
antiterrorista" rusa
Reitera Putin rechazo a negociar un arreglo con separatistas
chechenos
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu,
21 de abril. El presidente ruso, Vladimir Putin, volvió a rechazar
este miércoles cualquier posibilidad de negociar un arreglo político
con los separatistas de Chechenia, a los que calificó de "terroristas"
sin hacer distinción entre los heterogéneos grupos que, como
si fueran todos una sucursal de Al Qaeda, se oponen en esa república
caucásica al ejército federal.
"Nos exhortan todo el tiempo a iniciar un diálogo
con quienes consideramos terroristas, pero no sólo nosotros, sino
también nuestros socios de muchos países, incluso musulmanes.
Y cuando (Osama) Bin La-den, el terrorista número uno, propuso
a Europa comenzar negociaciones, nadie aceptó", afirmó el
titular del Kremlin en descargo de su posición inflexible.
Asintió de modo entusiasta el primer mi-nistro
italiano, Silvio Berlusconi, interlocutor que nunca cuestiona, más
bien celebra siempre lo que dice su amigo ruso.
No sorprende, por tanto, que Putin haya aprovechado la
visita de quien oficia de principal promotor de su imagen en la Unión
Europea para reiterar la apuesta del Kremlin por una solución de
fuerza en Chechenia, incluso si ello presupone aplicar métodos fuera
de la ley, como son las ejecuciones extrajudiciales.
Es una forma de anticiparse a las previsibles críticas
que vendrán junto con el de-senlace, cada vez más próximo,
del juicio que enfrentan en Qatar dos agentes del GRU, siglas del servicio
de espionaje militar ruso, acusados de haber asesinado en Doha, la capital
de ese emirato árabe del golfo Pérsico, al ex presidente
checheno Zelimjan Yandarbiev.
Existe ya, según se comenta aquí, entendimiento
para que la corte no condene a la pena de muerte a los agentes, que tras
permanecer cierto periodo en prisión serían deportados a
Rusia.
Las versiones más optimistas apuntan que, emitida
la sentencia, el emir qatarí podría in-clusive indultar a
los oficiales rusos que cum-plieron la orden de ejecutar a Yandarbiev.
En contraste, parece irritar al Kremlin la certeza de
que la policía de Qatar, sin la ayuda del espionaje estadunidense,
jamás hubiera podido reunir las numerosas evidencias incriminatorias
que, de acuerdo con lo trascendido, no dejan duda de la participación
de los acusados en el atentado, tanto en la elaboración como colocación
del artefacto explosivo que acabó con la vida del político
checheno exiliado en Doha.
Desde su perspectiva de reducir el problema de Chechenia
a mero eslabón del "terrorismo internacional", enfoque que busca
minimizar factores determinantes como la vocación separatista de
la población chechena y el círculo vicioso de la violencia
recíproca tras largos años de confrontación armada,
Rusia reclama que se le permita atribuir cualquier exceso a la lucha contra
lo que, al invocar a Bin Laden, llama "un enemigo común".
Al mismo tiempo, cada vez resulta más elevado el
costo de los daños colaterales de la "operación antiterrorista"
en Chechenia, que el ejército ruso, además, ni siquiera admite,
endosando a los separatistas el asesinato de civiles.
Hace tan sólo unos días, por poner un ejemplo
reciente, un helicóptero del ejército ruso, al sobrevolar
la aldea de Rigajoy, en el distrito checheno de Vedeno, lanzó un
misil contra una casa que, a juicio de los tripulantes, estaba ocupada
por "terroristas".
Murieron todas las personas que se en-contraban en el
interior: una mujer de 29 años y sus cinco hijos, de cinco años
el mayor y apenas nueve meses el menor.
El campesino Imar Alí Damayev, quien no milita
en Al Qaeda ni es wahabita, perdió de golpe a toda su familia.
Hasta el gobierno pro ruso de Chechenia exigió
fincar responsabilidades a la tripulación del helicóptero,
toda vez que realizó una investigación propia a partir de
los fragmentos del misil que permiten identificar fácilmente quién
lo lanzó.
Las autoridades militares de Rusia siguen guardando silencio.
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