México D.F. Jueves 22 de abril de 2004
Explosiones en tres estaciones y una academia
de policía; arden dos camiones escolares
Ataques suicidas en Basora dejan 68 muertos, 16 niños
entre ellos
Era de las pocas ciudades que estaban en calma No
hay indicios sobre los responsables Iraquíes furiosos reclaman
a los soldados británicos no ofrecer la seguridad necesaria
PATRICK COCKBURN THE INDEPENDENT
Bagdad,
21 de abril. Hoy tocó el turno a los niños de Basora
de padecer el horror de un atentado suicida. En el más sangriento
ataque ocurrido en la mayor ciudad chiíta de Bagdad, hombres que
iban en vehículos atiborrados de explosivos los hicieron estallar
contra edificios de la policía. Murieron 68 personas, entre ellas
menores quemados en autobuses escolares.
"Miré a mi alrededor, vi que me sangraba la pierna
y que mi vecino de asiento estaba tirado en el suelo, despedazado", relató
Amín Dinar en su cama de hospital. "Vi arder un minibús repleto
de niños."
Hasta hoy, Basora había sido una ciudad relativamente
pacífica en la que los soldados británicos llevaban gorra
en vez de casco y patrullaban las calles en Land Rovers con la capota baja.
Los despiadados ataques mostraron que ningún lugar de Irak está
a salvo, pese a que las relaciones entre las tropas británicas y
los iraquíes en Basora han sido mucho más cordiales que los
sentimientos que abrigan los iraquíes hacia las fuerzas estadunidenses.
Este miércoles, poco después de las siete
de la mañana, los atacantes llevaron simultáneamente sus
vehículos hacia las entradas fortificadas de tres estaciones y una
academia de policía. Hubo 200 heridos. Las peores bajas ocurrieron
en la estación Saudia, cercana al mercado de la calle principal,
donde dos minibuses, uno de los cuales llevaba niños de un kindergarten
y el otro alumnas de una secundaria, resultaron destrozados.
En el pavimento, frente a la estación, se abrió
un cráter de 1.50 metros de profundidad y 3 de ancho. Es probable
que los atacantes hayan usado proyectiles pesados de artillería
unidos con cables y detonados por el conductor.
Los soldados británicos que intentaban abrirse
paso hacia el lugar fueron recibidos por furiosos iraquíes que los
culpaban de no ofrecer seguridad a la ciudad. Cinco soldados de los Fusileros
Reales de Welch fueron heridos, uno de gravedad.
Hay por lo menos 8 mil 700 soldados británicos
en el sur de Irak. Los ataques, que infligieron las mayores pérdidas
en Basora desde la guerra, fueron similares a los perpetrados en los ocho
meses pasados en diversas partes de Irak. Por lo regular los agresores
suicidas habían volado blancos vulnerables, como estaciones de policía,
la sede de Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja
y hoteles de Bagdad donde se alojan extranjeros. No habían buscado
causar numerosas bajas entre civiles iraquíes.
Es probable que Basora, bajo control de las tropas británicas,
haya sido elegida para los atentados de hoy sólo por ser casi la
única gran ciudad árabe iraquí que había estado
en paz en los meses recientes. Un objetivo evidente de la campaña
de ataques con bombas es mantener alta la temperatura política en
el país con atentados en todas partes. Los agresores suicidas también
parecen más activos cuando hay una disminución momentánea
en la actividad guerrillera.
"Espero que sean de Al Qaeda", dijo Wael Abdul-Latif,
y añadió que entre los muertos había hasta 16 niños
y nueve policías, si bien otros oficiales dieron una cifra más
baja de menores asesinados.
El cuarto ataque fue contra una academia de policía
en Zubair, población ubicada al sur de Basora. Oficiales británicos
señalaron que el estallido mató a tres iraquíes e
hirió a cuatro soldados británicos, dos de gravedad.
Estados Unidos ha insistido en que el orquestador de la
campaña de bombazos es un militante jordano islámico llamado
Abu Masab al-Zarqawi y ha exhibido una carta interceptada que dicho personaje
envió a Al Qaeda. Pero el papel de Zarqawi permanece en el misterio.
Desde antes de la guerra Washington ha intentado vincular a Al Qaeda, sin
pruebas reales, primero con Saddam Hussein y luego con la resistencia.
En la práctica, los aliados muestran pocos indicios
de saber quién organiza los brutales ataques. Incluso si hay participación
extranjera, sería imposible que un árabe no iraquí
proporcionara casas de seguridad, vehículos e inteligencia sin ser
descubierto.
Mientras se producían los bombazos en Basora, el
cese del fuego en la sitiada ciudad de Fallujah parecía precario.
La Infantería de Marina estadunidense afirmó que insurgentes
iraquíes atacaron al amanecer varias posiciones de su corporación
con una batería de cohetes y fuego de armas pequeñas. Los
marines respondieron con fuego de tanques y helicópteros,
y mataron a nueve guerrilleros, según un vocero de las fuerzas estadunidenses.
Residentes locales afirmaron que seis civiles resultaron
muertos o heridos en ese combate. La tregua también parecía
tambalearse porque ningún guerrillero ha entregado armas como lanzagranadas
de cohete o ametralladoras pesadas, como acordaron el jueves 15 los líderes
locales en Fallujah. Por su parte, los marines suspendieron los
permisos a familias iraquíes de regresar a Fallujah, y dejaron a
600 personas esperando en un puesto de revisión.
"Me parece que es un esfuerzo de los mujaidines y
de los elementos criminales de la ciudad por lanzar un ataque final antes
de que la situación política los saque de la jugada", sostuvo
el capitán Matt Watt, del tercer batallón del cuarto regimiento
de la Infantería de Matina. "Ven que se acerca el final y están
dando el último empujón."
En Bagdad, el consejo gobernante iraquí designado
por Washington ha elegido jueces y fiscales del proceso contra Sa-ddam
Hussein, pero sus nombres e identidades permanecerán en secreto.
Salem Chalabi, jurista que realizó sus estudios en Estados Unidos,
es el director general del tribunal especial integrado para juzgar al ex
dictador, capturado el 13 de diciembre. No se prevé que el proceso
empiece por lo menos antes de un año.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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