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¿DINERO PARA TODOS ? 19 de abril de 2004


Nora Patricia Jara

Años de historia demuestran que los bancos prestan dinero a quien no lo necesita. O que un banquero actúa de la misma forma que quien presta un paraguas cuando no llueve y lo recoge apenas comienzan a caer las primeras gotas. En México las dos expresiones tienen cabida... y ahora más que nunca.

Sólo 37 de cada 100 mexicanos en edad y condición de trabajar cuenta con algún tipo de servicio financiero de la banca comercial. Otros 15 de cada 100 obtienen atención de la banca social; sólo 13 por cada centenar son atendidos por la banca de desarrollo y 35 de cada 100 mexicanos en edad productiva no tienen nada que ver con un banco.

En un país donde sólo 37 por ciento de la población económicamente activa, es decir, apenas 15.5 millones de personas, obtienen algún tipo de atención de la banca comercial, no es extraño que florezca una especie de banca paralela. O mejor dicho, dos bancas paralelas a la tradicional.

La primera está poco documentada y tiene que ver con las cajas de ahorro que organizan las familias o un grupo de empleados en el propio centro de trabajo. A la vez que mecanismo de ahorro, opera como opción de préstamo. Funcionan sin ninguna regulación y, como lo demostró la experiencia de los años pasados, con los fraudes de entidades que operaban en Michoacán y Zacatecas principalmente, a veces al margen de la ley. La segunda tiene que ver con la usura. Puede imaginarse a Eugenio Grandet o a la anciana de Crimen y Castigo. Los usureros están vigentes y en los barrios y colonias constituyen para miles de familias la única opción. Un caso confirmado por este diario: en un barrio de la periferia, en el norte de la capital, un usurero cobra un interés de 2 por ciento semanal sobre un préstamo de 12 mil pesos.

tamales_3Para millones de personas en edad productiva ­la población económicamente activa ronda los 42 millones de personas­ excluidas de la banca comercial existen pocas opciones de obtener financiamiento para emprender un negocio o simplemente salir del paso. En esta categoría caben lo mismo empleados que reciben un ingreso menor a tres salarios mínimos, o los que se desempeñan en la economía informal.

Desde hace tres años, en la esfera del gobierno, funcionan varios programas de financiamiento llamado popular. Se trata de una iniciativa conocida como "L@Red de la gente", puesta en práctica desde el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), institución que hasta antes de este gobierno se llamó Pahnal, Patronato del Ahorro Nacional. Integrada por las oficinas propias de Bansefi y las de 19 sociedades de ahorro y crédito popular tiene abiertas 750 sucursales en todo el país.

Actualmente ya atiende a cinco millones de personas y, de acuerdo con proyecciones de Bansefi, tendrá siete millones de usuarios a finales del año. En los tres últimos años, las cuentas manejadas por la institución pasaron de 850 mil a dos millones y a la fecha se abren mil 500 cada día. Los recursos para financiar son obtenidos de préstamos de organismos multilaterales, como el Banco Mundial.

Ofrece la posibilidad de abrir cuentas de ahorro desde 50 pesos y a partir de ese instrumento va escalando opciones. Un programa en marcha permite que a partir de un ahorro inicial bajo, personas de bajo ingreso que no cuentan con empleo formal puedan adquirir una vivienda. En esta red también están integradas cooperativas de consumo, agrícolas y cajas de ahorro.

Es una opción que maneja todavía pocos recursos, pero que atiende a un sector de la población rechazado por la banca tradicional. Retoma experiencias probadas en otros países, como la del Grameen Bank, de Bangladesh.

Puede llegar a ser una opción. Cualquier persona que entre a una sucursal bancaria, una de BBVA Bancomer, por citar un caso comprobado, a abrir una cuenta de ahorro chocará con que el servicio está condicionado. Efectivamente, Bancomer abre la cuenta, pero el usuario tendrá que contratar al mismo tiempo un seguro de vivienda. O al solicitar un préstamo personal en Banamex-Citigroup: la tasa de interés es de 33 por ciento (ocho veces más la inflación prevista para el año). Si antes de vencido el plazo paga el principal, de cualquier forma deberá cubrir todos los intereses por el año de vigencia del crédito. La mayoría de los bancos privados ofrecen créditos personales, en los que la garantía es la nómina del solicitante. Pero este producto excluye a todo aquel que no tiene empleo fijo §


Foto: Carlos Ramos Mamahua

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