México D.F. Domingo 18 de abril de 2004
Frida Kahlo y la gramínea, invitados
de honor del festival coyoacanense
''Somos gente del maíz, y lo somos a contracorriente''
México importa de EU 6 millones de toneladas
de grano; 49 por ciento, genéticamente modificado: Poniatowska
Impedir la contaminación por transgénicos, pide Jesusa Rodríguez
ARTURO JIMENEZ
Como dijo Elena Poniatowska durante la inauguración
en el Jardín Hidalgo: si de por sí Coyoacán es una
fiesta, con el primer festival artístico en su nombre el ánimo
festivo es doble.
Esta
nueva fiesta de música, teatro, danza, exposiciones, literatura,
cine y mesas redondas está dedicada a la ''pintora de todo nuestro
gusto'', en el cincuentenario de su muerte: Frida Kahlo.
Las actividades arrancaron la tarde del viernes con la
cantante Susana Harp y la Banda Clásica de Oaxaca, en un escenario
frente al edificio delegacional.
Pero además, el Festival de Coyoacán 2004,
como forma de "descentralización", se desarrollará en medio
centenar de lugares en toda la delegación hasta el próximo
domingo 25: cinco pueblos, nueve barrios, 113 colonias y varias unidades
habitacionales.
Como el otro invitado de honor es el maíz, muchos
de los actos artísticos y académicos girarán en torno
de esta planta fundamental de la cultura mexicana.
Poniatowska, quien lucía un collar de hojas de
maíz y elotes, como también lo portaban la actriz Jesusa
Rodríguez y otras promotoras e invitadas del festival, dijo:
"En vez de apoyar la producción de maíces
nativos en el campo mexicano, el gobierno compra más de 6 millones
de toneladas de maíz a Estados Unidos, del cual 49 por ciento es
transgénico."
Jesusa llamó a los asistentes a participar y "moler
y curar el metate de la defensa del maíz nativo" ante la amenaza
de contaminación que para éste representan las variedades
genéticamente modificadas.
También los invitó a acercarse a la mesa
en la que integrantes de la organización ambientalista Greenpace
ofrecen información y videos sobre el tema, así como a otro
local a que videograben sus testimonios sobre los usos que dan al maíz.
Reyna, una activista indígena de Oaxaca, leyó
el Manifiesto del maíz: "Aquí, en esta parte del mundo,
nació el maíz. Nuestros abuelos lo criaron. Con él
se criaron ellos mismos, al forjar una de las grandes civilizaciones de
la historia. (...) Somos gente de maíz. Y lo somos a contracorriente".
Libre de ataduras
Este festival de la delegación Coyoacán
es avalado por un Consejo Ciudadano Cultural, integrado por Poniatowska,
Rodríguez, María O'Higgins, Carlos Martínez Assad,
Luis Everaert, Beatriz Zalce, Jorge Meléndez, Alejandro Varas y
Alejandro Bichir, quien intervino como conductor.
Varios de ellos participaron en la inauguración,
así como Miguel Bortolini, delegado de Coyoacán, y el titular
de la Secretaría de Cultura, Enrique Semo, quien acudió en
representación del jefe de Gobierno, Andrés Manuel López
Obrador.
Semo recordó que el problema principal de la "ciudad
cultural" que es el Distrito Federal se resume en que la mayor parte de
los habitantes no tienen acceso a las actividades artísticas.
Eso se debe, consideró, a que los medios económicos
de esa parte de la población no se los permite o a que los centros
de cultura se encuentran alejados geográficamente.
Bortolini dijo: "Nos inclinamos por un festival costeado
completamente por la delegación, con el objetivo de no tener ninguna
atadura con ningún sector privado.
"Toda la programación, participantes y actividades
fueron diseñadas y decididas por nosotros mismos. Nadie nos impuso
nada ni sugirió a alguien en particular."
El escenario principal del festival se instaló
entre el edificio delegacional y el quiosco. Todas las sillas fueron ocupadas
y muchos espectadores se encontraban de pie.
Por la plaza paseaban otras decenas de coyoacanenses y
visitantes. Unos ya sabían del festival y otros se encontraron con
la sopresa de actividades artísticas gratuitas.
Cerca del escenario se instalaron algunas carpas-cafeterías
y, más al fondo, al lado del convento, estaba la gran lona de la
tercera Feria de las Letras.
En el jardín la tarde transcurría como algo
apacible, transparente y luminoso. La voz de Harp y sus cantos en español,
zapoteco y mazateco se colaban entre los árboles y los ánimos
de los paseantes, como un buen augurio para este nuevo festival.
Este sábado, Elena Poniatowska y Raquel Tibol hablaron
sobre Frida Kahlo en una mesa redonda.
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