México D.F. Domingo 18 de abril de 2004
El año pasado fue clausurada dos semanas;
enfrenta graves restricciones económicas
En riesgo, La Voladora, radio comunitaria que cubrió
exitosamente la erupción del Popo
En diciembre de 2000 aclaró desinformación
televisiva en la contingencia volcánica
ALONSO URRUTIA ENVIADO
Amecameca, Méx. Diciembre de 2000. Las inmediaciones
del Popocatépetl se encontraban en contingencia volcánica.
Desde la televisión comercial se anunciaba que la situación
era tan difícil, que se determinó evacuar Amecameca... En
el lugar la noticia provocó caos y alarma, pues lo que en realidad
era la evacuación de unas cuantas familias en San Pedro Nexapa,
se interpretó como que se trataba de todo el municipio.
Al
otro día, el ayuntamiento perredista de Amecameca decidió
poner fin a confusiones y apoyarse en el entonces proyecto experimental
de radio itinerante, La Voladora, para hacer una transmisión permanente
mientras se enfrentaba la contingencia. Por su frecuencia se difundieron
mensajes de los gobiernos municipal, estatal y hasta de la Secretaría
de Gobernación, para informar a la comunidad sobre medidas de protección
civil.
Sería el bautizo de La Voladora Radio, como estación
comunitaria. Son ya casi cuatro años saliendo al aire, no sin varios
contratiempos.
Caer y levantarse
Septiembre 10 de 2003. Personal de la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes (SCT) se presenta en la estación
para clausurarla e intentar confiscar el equipo, valuado en 70 mil pesos.
El motivo: es una radio pirata, que opera sin permiso oficial.
Dos semanas estuvo fuera del aire, pero desde que regresó
hay una nueva paradoja en su existencia. La SCT mantiene la amenaza con
procesos judiciales a quienes la operan; por su parte, las secretarías
de la Defensa Nacional y de Salud, e incluso el Instituto Nacional para
la Educación de los Adultos (INEA), la utilizan para difundir sus
mensajes; la primera para llamar a los jóvenes de Amecameca al servicio
militar; los otros para difundir sus campañas, aprovechando la aceptación
de la emisora en la comunidad.
Es el único caso reciente en el que una estación
comunitaria reabre a pesar de la persecución. No fue el mismo destino
de Radio Grafía, Radio Santa María y Zona Cero, que operaban
en Jalisco, en las inmediaciones del Volcán de Colima, que fueron
clausuradas en diciembre.
Daniel Díaz, director de La Voladora Radio, sostiene
que desde aquella contingencia volcánica se ha dado un proceso de
apropiación comunitaria de la radio como un espacio plural de discusión
y de construcción de consensos y de tejido social.
Música, entretenimiento y cultura
''La radio puede cumplir ese objetivo y al mismo tiempo
asumir elementos de entretenimiento, educativos, culturales, de todo tipo,
porque tampoco queremos ser Radio Educación. A mí, por ejemplo,
me parece que la neta de la música es Frank Zappa o rock progresivo,
pero por ahí no va la onda; tenemos que usar la música como
gran convocador para insertar después programas de contenido''.
La programación da cuenta de ello. En La Voladora
lo mismo se transmite música de banda y de onda grupera, que Juguete
Duchamp, un programa sobre arte con reflexión filosófica.
''Marcel Duchamp -refiere Oscar González, pintor, filósofo
local y conductor- fue un artista plástico dadaísta que al
comenzar el siglo pasado pretendía escandalizar a la burguesía
con su pintura''.
Su emisión, admite, ciertamente es complicada.
No es ajeno a las dificultades que significa hablar de arte en una comunidad
semirrural, pero ''no te puedes poner todo el tiempo a pintar paisajes
sólo porque eso es lo que la gente entiende. Es un ejercicio que
va funcionando'', asegura.
Píldora y párroco
La asociación Católicas por el Derecho a
Decidir tiene sus espacios para defender la utilización de la píldora
del día siguiente pero, de igual forma, el párroco
del pueblo, Juan Martínez Medina, mantiene su emisión Cristianismo
y Cultura.
Su inserción en La Voladora tiene su razón,
afirma Díaz. ''Nosotros creemos que el párroco es un personaje
importante de la comunidad y si bien está la controversia, porque
la ley establece que no puede haber espacios de corte religioso, queda
claro que el programa no es en sí mismo una extensión del
púlpito, sino una reflexión sobre temas sociales bajo cierta
visión''.
Sin duda el párroco es un personaje peculiar en
Amecameca. Hace un año convocó a un debate entre todos los
candidatos a la alcaldía, con la colaboración de La Voladora.
Su osadía tuvo resonancia nacional y fue reconvenido por la Secretaría
de Gobernación por inmiscuirse en asuntos electorales.
Los cristianos también tienen su espacio, como
también se difunde Pequeñas Obras, de los Hermanos de la
Obra de la Divina Providencia, aunque su contenido es eminentemente social,
pues está dirigido a menores con discapacidad.
Brujas en salud sexual
Radio Brujas, que conduce Arabella Jiménez, es
el espacio donde se aborda la salud sexual, no sin ciertas reacciones y
acusaciones de que alientan la promiscuidad entre los jóvenes, porque
promueven el uso del condón. ''Si le pusimos Radio Brujas fue porque
pensábamos que íbamos a ser las brujas de la estación
que trataríamos este tipo de temas, allá en su tiempo, pues
las brujas fueron quemadas por algo así'', ironiza.
También los jóvenes -comenta Díaz-
hacen programas sobre su realidad. ''Hablan de sus experiencias y a veces
llegan a fallar, como en una emisión donde hablaron de que la homosexualidad
era una enfermedad tratable. Bueno, ese es un discurso de derecha, pues
es evidente que a lo mejor pudieron lastimar a un sector que de por sí
es poco considerado en esta sociedad conservadora. Pero es espléndido
verlos hablar con una ingenuidad bárbara sobre la chaqueta
y esas cosas''. La programación involucra también a otros
sectores. Hay cápsulas de Aministía Internacional y el reporte
insustituible, seis veces al día, del estado que guarda el volcán
Don Goyo.
No pago para que me peguen
Los noticieros -que privilegian la información
local- han sido también motivo de conflicto, incluso con el ayuntamiento,
que originalmente les abrió las puertas. En septiembre de 2001,
un operativo ''desperrizador'' de las calles de Amecameca generó
gran irritación entre la gente, pues muchos canes con dueño
fueron a dar a la perrera.
Las críticas de La Voladora sobre tan singular
operativo provocó una reacción lopezportillista
de la autoridad municipal -no pago para que me peguen, se dijo entonces
en el municipio- y desató la más intensa confrontación
entre radio y autoridades. Pasaron días para lograr la distensión.
Finanzas raquíticas
Entre la población, la estación ha comenzado
a arraigarse y es utilizada para enviarse mensajes, para hacer denuncias
y en algunos casos para que sectores de la misma puedan realizar sus propios
programas. La línea de la radio radica en abrir el micrófono
no sólo a aquellos sectores que ''saben'', sino a todo aquel que
tiene algo que decir, dice Díaz.
Así, las solicitudes para elaborar programas pasan
por la entrega de un proyecto y la elaboración manual -con grabadora
casera- de una emisión piloto que deje claro cuáles son sus
objetivos y si éstos concuerdan con el esquema comunitario. Con
algo de capacitación, poco a poco la gente va estructurando su mensaje
bajo los criterios de una radio comunitaria, no mediante las pautas de
un programa comercial.
Y es que en la zona, las alternativas comerciales son
muchísimas. Lo mismo llegan radios de la capital, de Cuautla, de
Chalco, concesionadas y hasta piratas. En Chalco al menos hay dos
(Max Grupera y Cool), que operan auténticamente bajo la figura del
pirataje; junto a ellas han surgido otras radios comunitarias y
libres: Radio Volcán, en Ozumba, y Radio Tejón, en Tlalmanalco,
con poco más de un mes de emisiones.
Saludamos el esfuerzo de nuevas radios comunitarias, cuya
naturaleza ''es muy noble, sin que con ello se quiera decir que somos la
neta, pero sí representan un fuerte cuestionamiento al status
quo de que sólo la gente que detenta el poder económico
puede hacer radio''. Por ello, a la SCT le ofende que la gente pueda comprar
un transmisor, una antena y un micrófono para sacarles jugo, porque
eso ofende a años y años de control muy fuerte sobre los
medios de comunicación'', pero que en la comunidad busca resolver
problemas sociales.
La Voladora Radio continúa sus transmisiones con
fuertes restricciones económicas -un presupuesto mensual que no
sobrepasa los 16 mil pesos- y la reducción al mínimo de la
nómina, lo que no obsta para la elaboración de nuevos proyectos
que la inserten más en la vida cultural y cotidiana de Amecameca.
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