México D.F. Domingo 11 de abril de 2004
Por el costo de los muñecos
La quema de Judas, tradición que se pierde en Iztapalapa
JUAN JOSE OLIVARES
Parece que la tradición de la quema del Judas -Iscariote, el traidor por excelencia- se pierde en Iztapalapa, uno de los barrios más importantes y tradicionales en cuanto a las celebraciones de los días santos.
Y es que ayer poco se pudo apreciar de este festejo, que precede el final de la Semana Santa. Ya ni siquiera los bañistas de Sábado de Gloria se hicieron presentes, quizá porque ahora cada vez más las autoridades se ponen estrictas en cuanto a penar a todo aquél que esté desperdiciando el agua, y los jóvenes, que son los que más interactuaban en esta celebración, la piensan más. De hecho, en los ocho barrios de Iztapalapa se pudo observar a grupos de tres unidades patrullando la zona. Tampoco en los automóviles se vieron muñecos amarrados, como otros años solía apreciarse en este sábado.
Sólo en algunas partes, para ser exacto donde se realizó la primera caída del recorrido de Cristo en la representación del viernes pasado, fue donde se quemaron dos gigantescos Judas de cuatro metros. Uno de los vecinos que se organizaron y cooperaron para adquirir los muñecos (repletos de cohetes y hechos de cartón, paja y ramas), comentó que en ese sitio se realiza la quema del Judas desde hace 20 años interrumpidamente. En el lugar se juntaron decenas de personas, niños en su mayoría, que disfrutaron de los siete minutos que duraron en consumirse los diablotes, de un costo aproximado de 2 mil pesos cada uno.
A los que llegan a presenciar la quema se les ofrece fruta y agua fresca.
Otro de los vecinos que participa, dijo que esta tradición parece que se pierde, ya que cada vez salen más caros los muñecos y la gente "no le quiere entrar; luego ya no querrán hacer nada".
El callejón de la calle Victoria es otro de los sitios donde se chamuscó a los muñecos, y donde la gente no sólo presenció el acto, sino que a partir de la noche disfrutaría de una tocada gratuita ofrecida por uno de los sonidos locales: Cristalito Colombiano.
Realmente no hay estudios que indiquen el origen de la quema de los muñecos. Pero se dice que la celebración ganó auge luego de la Edad Media; se buscaba imitar los juicios y condenas a la hoguera llevadas a cabo por la Santa Inquisición.
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