México D.F. Domingo 11 de abril de 2004
Censura el embajador Molina críticas
de exiliados
Protestan por el arribo del buque chileno Esmeralda
Ex presos políticos de ese país fustigan
que el presidente Lagos se niegue a investigar violaciones a derechos
MISAEL HABANA DE LOS SANTOS CORRESPONSAL
Acapulco, Gro., 10 de abril. Unas 15 personas se
manifestaron pacíficamente esta noche contra la visita del buque
escuela chileno colocando una manta que decía "La Esmeralda,
navío de la muerte. Por verdad, justicia y castigo".
Entre los manifestantes estuvo el diputado federal perredista
Francisco Saucedo Pérez, quien se colocó a la entrada de
la terminal marítima, por donde entraban los invitados especiales,
entre ellos algunos legisladores de su partido, vestidos de gala, para
la recepción que la tripulación ofreció a civiles
y militares.
Saucedo
Pérez, invitado por sus compañeros a subir al buque, rechazó
"por coherencia" el ofrecimiento, y dijo "no vengo en nombre del PRD. Aunque
haya divergencias entre algunos compañeros, me parece que es un
asunto de plena coherencia con nuestra historia y lucha como PRD, con más
de 600 muertos".
A la recepción oficial que brindó la armada
de Chile en el buque Esmeralda asistieron diputados locales panistas
y priístas, así como el perredista Cuauhtémoc Sandoval
Ramírez y la empresaria Irma Figueroa Romero.
Armando Romero, de la Agrupación Nacional de ex
Presos Políticos de Chile, distribuyó un documento en el
que explica el rechazo a la visita del buque: "por no representar los valores
de respeto a la vida y ha merecido el repudio internacional por los horrendos
crímenes que se cometieron a bordo".
El documento expresa el rechazo a la "total negación
de garantías por parte de la administración del señor
Ricardo Lagos y los gobiernos anteriores de la concertación, quienes
se han negado a investigar las violaciones a los derechos humanos que se
cometieron a bordo de ese buque de la muerte".
El navío arribó el jueves pasado a la bahía
de Puerto Marqués y ahí permaneció iluminado. La mañana
de este sábado zarpó y navegó una hora, y después
entró al puerto de Acapulco, donde permanecerá cinco días.
En el muelle lo esperaban el embajador de Chile en México,
el democristiano Fernando Molina Vallejo, y personal de legación
diplomática, además de la banda de música de la 17
Zona Naval.
Por tercera ocasión el navío Esmeralda
ingresaba a la bahía de Santa Lucía. La vez pasada lo hizo
el 3 de agosto de 2002, cuando fue recibido con una estruendosa ceremonia,
a la que asistieron autoridades civiles y militares mexicanas.
Esta mañana, casi en silencio, no obstante la controversia
por su visita, sin presencia de autoridades de la Armada y el Ejército
mexicanos, del presidente municipal de Acapulco, el perredista Alberto
López Rosas, que siempre asisten a este tipo de ceremonias, el buque
escuela, con una tripulación de 328 marinos, entre ellos 53 cadetes,
14 oficiales extranjeros invitados, uno de ellos el mexicano Luis Ochoa,
ancló en el muelle acapulqueño. Tampoco hubo manifestaciones
de repudio, tal como lo habían anunciado diputados perredistas en
San Lázaro.
En tierra, el embajador chileno calificó a los
opositores a la visita del buque, a esa hora ausentes, de antipatriotas
y anclados en el pasado, que se guían por rumores, pues no existe
ninguna denuncia judicial sobre los casos de tortura en el navío
de la armada chilena.
"Este es un barco que tiene una historia que se remonta
a 1879. Es el símbolo de la marina chilena y del país, es
lo mismo que si yo le hablara a usted de un monumento. Ahora, si hay problemas
en Chile, existe el estado de derecho, existen tribunales independientes.
La democracia se estableció en 1990 y funciona", aseveró
el diplomático.
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