México D.F. Sábado 10 de abril de 2004
Es símbolo de los horrores de la dictadura,
aducen
Insiste exilio chileno en que se evite el arribo del
Esmeralda a Acapulco
CAROLINA GOMEZ MENA
Integrantes de la Asociación de ex Presos Políticos
de Chile en México y de la agrupación Salvador Allende exigen
que el buque-escuela Esmeralda, de la Armada de Chile, arribe hoy
al puerto de Acapulco, Guerrero, como parte de los viajes de instrucción
que los tripulantes de la nave realizan en el mundo.
El
buque es identificado como una embarcación donde la dictadura encabezada
por el general Augusto Pinochet cometió actos de tortura y detenciones
arbitrarias.
Javier Vargas, ex preso político e integrante de
las agrupaciones chilenas, sostuvo en entrevista que México debe
ser congruente con su vocación de defensa de los derechos humanos.
Dijo que si bien los chilenos quieren ''una patria unida,
esto no debe ser al costo de esconder los horrores de la dictadura y perdonar
a los verdugos". Consideró que debe devolverse la dignidad al buque
Esmeralda, y la única manera de hacerlo es ''llegar a la
verdad y hacer justicia''.
Sostuvo que el buque debe ser visto como ''símbolo
de los horrores de la dictadura, de la impunidad y de la indolencia absoluta
en que ha incurrido el gobierno chileno'' encabezado por Ricardo Lagos.
Se espera que integrantes de Amnistía Internacional
y legisladores se acerquen al Esmeralda para arrojarle pintura roja,
en recuerdo de quienes perdieron la vida a bordo. El barco zarpó
el 14 de marzo, y en él viajan 37 oficiales e invitados extranjeros,
un sacerdote, 97 guardiamarinas y 53 marineros en instrucción.
María Cristina Cruz, de la directiva de las organizaciones
de ex presos, relató que el barco-escuela Esmeralda -bautizado
así en recuerdo de la nave que Chile perdió en la Guerra
del Pacífico en 1879- no ha podido atracar en varios países
por prohibición expresa.
En 1974, durante su primera salida después del
golpe de Estado encabezado por Pinochet, el buque atracó en el puerto
de San Francisco, California, y como forma de protesta, prostitutas realizaron
una huelga. Portando carteles contra el asesinato de miles de opositores
al régimen militar, las trabajadoras sexuales manifestaron su negativa
a dar servicio a los marineros chilenos.
En 1986, el ayuntamiento de Nueva York se opuso a que
se acercara el navío a las costas neoyorquinas y el barco debió
cambiar su itinerario. El año pasado, el Esmeralda tuvo que
cancelar sus visitas a Delfzijl, Holanda, y Estocolmo, Suecia, así
como a Dartmouth, Reino Unido, por la advertencia de que habría
represalias diplomáticas. El Ministerio de Relaciones Exteriores
de Chile ha justificado siempre los cambios de itinerario "ocultando el
repudio".
De acuerdo con Cruz, la representación diplomática
de Chile en México está ''promoviendo un buen recibimiento
para el Esmeralda y se anuncia que se oficiará una misa en
la embarcación''.
El informe Rettig, elaborado por la Comisión Nacional
de la Verdad y Reconciliación, creada por el gobierno del ex presidente
Patricio Aylwin, documentó las torturas en el Esmeralda.
Sergio Vuskovic Rojo, ex alcalde de Valparaíso,
relató haber sido torturado en la embarcación durante nueve
días. ''Me ataron, me pusieron electricidad en los testículos,
el pelo, el pecho, en la espalda y en la sien''.
Luis Vega, abogado, recordó: "nos llevaron al Esmeralda.
Un guardiamarina me golpeó en el cuello con la culata de su
fusil. A punta de patadas y de injurias me hicieron entrar, me desnudaron
y me colocaron ante un chorro de agua de mar a alta presión, lo
que causó un dolor insoportable en cabeza, oídos, pulmones
y ojos".
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