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México D.F. Lunes 5 de abril de 2004
José Cueli
Luto en la torería española
Los procedimientos ventajistas mecánicos en el toreo actual lo han perjudicado gravemente. El festival taurino celebrado en Valencia -este viernes- en recuerdo de las víctimas del 11 de marzo es una confirmación de lo anterior. En el cartel, los veteranos Espartaco y Joselito, Vicente Barrera y Enrique Ponce, Juli, Morante de la Puebla, Manzanares y un joven novillero invitado. Faenas ininterminables, monótonas, a tono con el duelo que vive España, que se antoja de difícil elaboración. Las faenas descendían hasta disolverse en una gran nave de fabricación en serie. Tanto que desdibujaban la labor de los toreros y apenas dejaban el tiempo y reposo espiritual para saturarse del contenido y sentirlas hondamente.
Así, con toros disparejos de presentación, edad y estilo -sobresalió uno de Fuente Ymbro-, se dejaron torear tres de David Ruiz. Fue Joselito quien se permitió saborear lentamente la génesis de su quehacer torero en unas verónicas rematadas con la media, que fueron torería pura. Manzanares, el nuevo astro de la baraja taurina, mostró una relajación que habla de un inquieto vivir del espíritu, siempre insatisfecho, que buscaba dibujar los pases más allá de la rotunda precisión de su incipiente maestría, armada de un temple exquisito.
En pasajes, fueron Joselito, Ponce -sobrexigido- y Manzanares los que se permitieron descomponer la figura, estilizarla con naturalidad y relajación y expresar con claridad lo fundamental de lo que nadie expresa: Joselito con el capote, Ponce en capacidad lidiadora y Manzanares por el trazo clásico de sus pases bien rematados. Todo ello recibido vía las imágenes de la TVE, incluida la pena que se vive y no es tangible. La muerte siempre presente, como algo familiar.
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