Educación sexual para
hipoacúsicos
La hipoacusia es la condición de una persona
que tiene mermado el sentido del oído. A la pérdida total
de la percepción auditiva se le llama anacusia. Esta característica
afecta el desarrollo de quien nace con ella o la adquiere a muy temprana
edad. Una de las etapas críticas es la adolescencia, pues es necesario
adaptarse a esa limitación y enfrentar dificultades para relacionarse
en los ámbitos social o afectivo. Situación que se agrava
por la falta de servicios adecuados que satisfagan las necesidades de información
en salud sexual de esta población.
Rocío Sánchez
Según el más reciente Censo de Población
y Vivienda, en México existen 1 millón 795 mil personas que
viven con discapacidad. De ellas, 15.7 por ciento tienen alguna discapacidad
auditiva, lo que incluye hipoacusia, anacusia, y que podría estar
combinado con el 4.9 por ciento de la población que presenta problemas
de lenguaje.
Las limitaciones de lenguaje de quienes nacen con discapacidad
auditiva les dificultan articular y comprender conceptos abstractos. Sin
embargo, si la terapia de lenguaje comienza a temprana edad, pueden alcanzar
un alto nivel de comprensión e incluso aprender el lenguaje oral.
"Existen niveles de lenguaje en los hipoacúsicos,
hay personas que aprenden a leer y escribir y así tienen una educación
que les permite comprender conceptos abstractos. Pero hay quienes solamente
tienen el lenguaje manual, que es más 'telegráfico' y dificulta
comunicar esos conceptos. La manera de abordar cualquier tema con ellos
y ellas depende del nivel de lenguaje que tengan", explicó a Letra
S Griselda Espinosa, especialista en audición y lenguaje y directora
de la Asociación Pro Integración del Hipoacúsico (Apih).
Apih trabaja desde 1992 con niños, niñas,
adolescentes y jóvenes que presentan dificultades de audición.
Su labor no es la de una escuela formal. Establece un contacto entre las
y los chicos y las instituciones, y trabaja con talleres, terapias de juego,
arte, psicomotricidad y deportes. Su apoyo se extiende a los padres y maestros.
"Hace 14 años yo trabajaba con adolescentes de secundaria y me di
cuenta de que había problemas muy serios que atender: abuso sexual,
violaciones, infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazos
no planeados", rememoró Griselda Espinosa. Fue así como se
acercaron a especialistas de la Secretaría de Salud para dar talleres
sobre sexualidad.
Sin embargo, el problema se extendía más
allá. "Tampoco las madres y los padres tenían información.
A los maestros les daba miedo abordar el tema de la sexualidad. Vimos que
teníamos que estructurar programas de atención que implicaran
a las tres partes: maestros, jóvenes y padres de familia. Probamos
muchas dinámicas: al principio poníamos a padres y jóvenes
a recibir la misma información, pero a los papás se les subían
los colores. No era conveniente porque los enfrentábamos a exponer
sus sentimientos, y fuimos cambiando", relató la especialista.
El primer proyecto de Apih se propuso capacitar a jóvenes
como promotores de salud sexual. "Pensamos que si formábamos una
generación de chicos y chicas que además de tener la discapacidad
estuvieran informados, sería más fácil que esa información
llegara porque se transmitiría entre iguales", reflexionó
Espinosa.
Comenzaron a trabajar en algunas secundarias dando información,
canalizando a quienes enfrentaban situaciones graves como un embarazo,
una violación o alguna ITS. "Cuando tuvimos el primer caso de sida,
nos alarmamos mucho", comenta nuestra entrevistada.
A los promotores se les capacita sobre anatomía
y fisiología de los órganos reproductores, embarazos no deseados,
aborto, prevención del abuso sexual, metodología anticonceptiva,
entre otros temas. Hasta ahora dos generaciones han sido instruidas.
Derivado del trabajo de persona a persona, Apih recopiló
ese conocimiento en un texto especialmente dedicado a las personas con
discapacidad auditiva. Así surgió el Manual Básico
de Sexualidad para Jóvenes con Discapacidad Auditiva con los
temas de interés que los promotores iban identificando, y al cabo
de un año estuvo terminado. Para su publicación contaron
con un fondo de coinversión del Instituto Nacional de Desarrollo
Social (Indesol), lo que permitió darle un formato profesional y
ahora incluso está a la venta.
Con poco texto e imágenes sencillas, el manual
busca comunicar "que la sexualidad no se limita a los órganos sexuales,
sino que implica tres partes importantes: la psicológica, la biológica
y la social". No obstante su calidad, Griselda Espinosa está consciente
de que es un manual básico, por lo que buscará recursos para
producir más materiales de ese tipo.
"Como las personas hipoacúsicas son muy concretas
--tienen escaso pensamiento abstracto-- sólo piensan en términos
de 'bueno o malo', no hay términos medios. Tratamos de darles los
matices de que además de las relaciones entre hombre y mujer, hay
diferentes maneras de manifestar el amor y que todo eso se tiene que respetar,
porque es la decisión de cada persona", dijo la especialista. "Claro
que es más fácil decir 'haz esto o haz aquello' y no darles
la opción de que ellos decidan. Nosotros queremos que ellos vayan
decidiendo: 'esto es bueno para mí, aunque al otro no le parezca
bueno'. Les enseñamos que lo que ellos deseen hacer es su decisión
y su responsabilidad."
Sin embargo, continuó, hay comunidades muy marginadas
donde a la gente le da miedo que se aborden los temas de sexualidad porque
piensan que es "darles permiso", pero ella sostiene que es darles una opción.
"Si quieren pueden hacerlo o no, pero que lo conozcan."
El proyecto más reciente de Apih está en
coordinación con las clínicas del programa Gente Joven, de
la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam).
Así, Mexfam capacita a la nueva generación de promotores
de salud sexual. Además, los y las adolescentes con hipoacusia podrán
acceder más cómodamente a la atención médica
especializada de las clínicas ubicadas en Xola y en Revolución,
en la Ciudad de México, pues los prestadores de esos servicios ya
están siendo instruidos en el lenguaje de señas.
Paralelo a estos programas de acción, en noviembre
de 2003 Apih llevó a cabo su quinto Encuentro de Análisis
y Apoyo a Jóvenes Hipoacúsicos en el Área de la Sexualidad,
cuya primera edición se realizó en 1998. De estos encuentros
se han derivado cuatro memorias, la más reciente está enfocada
a los maestros y los padres, recopilando información vertida por
especialistas como José Aguilar, Silvia Covián y Francisco
Delfín.
"Mucha gente se ha quedado sin poder asistir a estos encuentros,
por lo que queremos hacer un 'programa piloto' que nos permita llevar el
evento a diferentes regiones del país también ávidas
de información", concluyó la especialista.
Sólo en un periodo de seis meses que incluyó
el Encuentro, los talleres y la capacitación de promotores, las
actividades de Apih en materia de educación sexual impactaron directamente
a 660 personas, a las que deben sumarse quienes recibieron la información
replicada. |