LETRA S
Abril 1 de 2004
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Educación sexual para hipoacúsicos
 

La hipoacusia es la condición de una persona que tiene mermado el sentido del oído. A la pérdida total de la percepción auditiva se le llama anacusia. Esta característica afecta el desarrollo de quien nace con ella o la adquiere a muy temprana edad. Una de las etapas críticas es la adolescencia, pues es necesario adaptarse a esa limitación y enfrentar dificultades para relacionarse en los ámbitos social o afectivo. Situación que se agrava por la falta de servicios adecuados que satisfagan las necesidades de información en salud sexual de esta población.

Rocío Sánchez

Según el más reciente Censo de Población y Vivienda, en México existen 1 millón 795 mil personas que viven con discapacidad. De ellas, 15.7 por ciento tienen alguna discapacidad auditiva, lo que incluye hipoacusia, anacusia, y que podría estar combinado con el 4.9 por ciento de la población que presenta problemas de lenguaje.

Las limitaciones de lenguaje de quienes nacen con discapacidad auditiva les dificultan articular y comprender conceptos abstractos. Sin embargo, si la terapia de lenguaje comienza a temprana edad, pueden alcanzar un alto nivel de comprensión e incluso aprender el lenguaje oral.

"Existen niveles de lenguaje en los hipoacúsicos, hay personas que aprenden a leer y escribir y así tienen una educación que les permite comprender conceptos abstractos. Pero hay quienes solamente tienen el lenguaje manual, que es más 'telegráfico' y dificulta comunicar esos conceptos. La manera de abordar cualquier tema con ellos y ellas depende del nivel de lenguaje que tengan", explicó a Letra S Griselda Espinosa, especialista en audición y lenguaje y directora de la Asociación Pro Integración del Hipoacúsico (Apih).

Apih trabaja desde 1992 con niños, niñas, adolescentes y jóvenes que presentan dificultades de audición. Su labor no es la de una escuela formal. Establece un contacto entre las y los chicos y las instituciones, y trabaja con talleres, terapias de juego, arte, psicomotricidad y deportes. Su apoyo se extiende a los padres y maestros. "Hace 14 años yo trabajaba con adolescentes de secundaria y me di cuenta de que había problemas muy serios que atender: abuso sexual, violaciones, infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazos no planeados", rememoró Griselda Espinosa. Fue así como se acercaron a especialistas de la Secretaría de Salud para dar talleres sobre sexualidad.

Sin embargo, el problema se extendía más allá. "Tampoco las madres y los padres tenían información. A los maestros les daba miedo abordar el tema de la sexualidad. Vimos que teníamos que estructurar programas de atención que implicaran a las tres partes: maestros, jóvenes y padres de familia. Probamos muchas dinámicas: al principio poníamos a padres y jóvenes a recibir la misma información, pero a los papás se les subían los colores. No era conveniente porque los enfrentábamos a exponer sus sentimientos, y fuimos cambiando", relató la especialista.

El primer proyecto de Apih se propuso capacitar a jóvenes como promotores de salud sexual. "Pensamos que si formábamos una generación de chicos y chicas que además de tener la discapacidad estuvieran informados, sería más fácil que esa información llegara porque se transmitiría entre iguales", reflexionó Espinosa.

Comenzaron a trabajar en algunas secundarias dando información, canalizando a quienes enfrentaban situaciones graves como un embarazo, una violación o alguna ITS. "Cuando tuvimos el primer caso de sida, nos alarmamos mucho", comenta nuestra entrevistada.

A los promotores se les capacita sobre anatomía y fisiología de los órganos reproductores, embarazos no deseados, aborto, prevención del abuso sexual, metodología anticonceptiva, entre otros temas. Hasta ahora dos generaciones han sido instruidas.

Derivado del trabajo de persona a persona, Apih recopiló ese conocimiento en un texto especialmente dedicado a las personas con discapacidad auditiva. Así surgió el Manual Básico de Sexualidad para Jóvenes con Discapacidad Auditiva con los temas de interés que los promotores iban identificando, y al cabo de un año estuvo terminado. Para su publicación contaron con un fondo de coinversión del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), lo que permitió darle un formato profesional y ahora incluso está a la venta.

Con poco texto e imágenes sencillas, el manual busca comunicar "que la sexualidad no se limita a los órganos sexuales, sino que implica tres partes importantes: la psicológica, la biológica y la social". No obstante su calidad, Griselda Espinosa está consciente de que es un manual básico, por lo que buscará recursos para producir más materiales de ese tipo.

"Como las personas hipoacúsicas son muy concretas --tienen escaso pensamiento abstracto-- sólo piensan en términos de 'bueno o malo', no hay términos medios. Tratamos de darles los matices de que además de las relaciones entre hombre y mujer, hay diferentes maneras de manifestar el amor y que todo eso se tiene que respetar, porque es la decisión de cada persona", dijo la especialista. "Claro que es más fácil decir 'haz esto o haz aquello' y no darles la opción de que ellos decidan. Nosotros queremos que ellos vayan decidiendo: 'esto es bueno para mí, aunque al otro no le parezca bueno'. Les enseñamos que lo que ellos deseen hacer es su decisión y su responsabilidad."

Sin embargo, continuó, hay comunidades muy marginadas donde a la gente le da miedo que se aborden los temas de sexualidad porque piensan que es "darles permiso", pero ella sostiene que es darles una opción. "Si quieren pueden hacerlo o no, pero que lo conozcan."

El proyecto más reciente de Apih está en coordinación con las clínicas del programa Gente Joven, de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam). Así, Mexfam capacita a la nueva generación de promotores de salud sexual. Además, los y las adolescentes con hipoacusia podrán acceder más cómodamente a la atención médica especializada de las clínicas ubicadas en Xola y en Revolución, en la Ciudad de México, pues los prestadores de esos servicios ya están siendo instruidos en el lenguaje de señas.

Paralelo a estos programas de acción, en noviembre de 2003 Apih llevó a cabo su quinto Encuentro de Análisis y Apoyo a Jóvenes Hipoacúsicos en el Área de la Sexualidad, cuya primera edición se realizó en 1998. De estos encuentros se han derivado cuatro memorias, la más reciente está enfocada a los maestros y los padres, recopilando información vertida por especialistas como José Aguilar, Silvia Covián y Francisco Delfín.

"Mucha gente se ha quedado sin poder asistir a estos encuentros, por lo que queremos hacer un 'programa piloto' que nos permita llevar el evento a diferentes regiones del país también ávidas de información", concluyó la especialista.

Sólo en un periodo de seis meses que incluyó el Encuentro, los talleres y la capacitación de promotores, las actividades de Apih en materia de educación sexual impactaron directamente a 660 personas, a las que deben sumarse quienes recibieron la información replicada.