Estimular
las defensas naturales del cuerpo
¿Han llegado los medicamentos antivirales al
límite de su potencia terapéutica? ¿Es tiempo de voltear
al propio organismo humano en búsqueda de las respuestas más
eficaces contra el VIH? ¿Por qué algunas personas seropositivas
no desarrollan el sida? A contracorriente de la investigación científica
dominante, el doctor Jay A. Levy, investigador pionero del VIH, ha centrado
su trabajo en la respuesta inmunológica innata del cuerpo humano.
En la siguiente entrevista, el prestigiado investigador de la Universidad
de California explica al público lector de Letra S las razones
de sus polémicos postulados.
Carlos Bonfil
Polémico. Situado en el otro extremo del
campo de la investigación sobre el VIH, el doctor Jay A. Levy, una
de las figuras más sobresalientes del establishment científico
internacional, sostiene -a contracorriente de las teorías dominantes
sobre el combate al virus-, que la respuesta debe buscarse en el propio
organismo; es decir, en las defensas naturales del cuerpo. Con esa idea
en mente, el director del Laboratorio de Investigación de Sida y
Tumores de la Universidad de California se ha dedicado durante años
a estudiar a las personas que estando infectadas por el VIH no desarrollan
el sida, para elaborar estrategias terapéuticas que estimulen la
capacidad inmunológica innata del organismo.
El doctor Levy estuvo recientemente en México y
dio una conferencia magistral en el Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias, oportunidad que aprovechó Letra S para entrevistarlo.
Sorprende mucho la sugerencia de que al VIH se le pueda
también combatir sin recurrir a una terapia clínica, ¿cómo
sucede esto?
Aprendimos que muchos de los hoy llamados sobrevivientes
de largo plazo pueden vivir hasta veintiséis años sin ningún
tratamiento, y aprendimos después cómo otra gente infectada
puede aspirar a la misma suerte, con tratamientos que no serían
ya diarios sino administrados una vez al mes. Necesitarían algo
para estimular su sistema inmunológico. No es entonces que esta
gente no necesitaría ya de un tratamiento, sino que con un enfoque
clínico diferente se les darían medicamentos no tóxicos
para su organismo.
¿Qué sucede con gente infectada que durante
largo tiempo no desarrolla el cuadro completo del sida?
Hay dos cosas que producen el sida: por un lado, el virus,
y por el otro, una falla severa en el funcionamiento del sistema inmunológico.
Una persona infectada que tiene la capacidad de evitar la enfermedad, o
bien tiene un virus muy débil o un sistema inmunológico muy
fuerte. Y partimos de eso. Esas personas tienen muchas veces una respuesta
inmunológica innata, natural, que les permite controlar al
virus, y luego desarrollan una respuesta inmunológica adquirida
que les permite mantener ese control. Esto es lo que necesitamos aprovechar
y utilizar para la gente que esta infectada, ya que brinda la oportunidad
de otras opciones terapéuticas que eviten el recurso a fármacos
tóxicos.
¿Existe hoy una investigación específica
orientada a la estimulación del sistema inmunológico como
estrategia terapéutica?
Hay un punto de partida evidente: estimular al sistema
inmunológico ayuda a controlar al virus. Pero, ¿cómo
funciona realmente este estímulo? ¿Es más importante
la respuesta inmunológica temprana y natural, o la respuesta adquirida?
Para el público puede resultar difícil esta distinción.
Pero hay que verlo de este modo: la primera línea de defensa, el
primer ejército que interviene, esa es la respuesta natural, y toma
entre minutos y días. Si ésta es derrotada, entonces interviene
el segundo regimiento. Pero sin la acción del primer regimiento,
el segundo no puede saber que existe una guerra y no puede intervenir a
tiempo. Por eso decimos: estimulen al primer regimiento, porque al hacerlo
favorecemos la intervención eficaz de una nueva respuesta inmunológica.
Hay que recordar que la investigación en torno
de una respuesta inmunológica innata tiene apenas cinco o siete
años, pero hay muchos grupos interesados en ver cómo se estimula
esta respuesta natural y regularmente descubren cosas interesantes que
pueden ser de mucha utilidad, como pequeñas piezas de ADN, o superficies
de bacterias, o componentes proteínicos que ayudan a que el sistema
inmunológico responda con rapidez y eficacia.
¿Existe algún factor genético
que favorece en algunas personas una respuesta inmune natural mayor a la
de otra gente?
Estoy convencido de que en cada parte del sistema inmunológico
intervienen factores genéticos que te permiten responder bien o
mal, y puedes incluso responder bien al VIH y muy mal a algún otro
virus, como el de la gripe. De este modo, cuando un paciente me pregunta:
¿Por qué soy un sobreviviente de largo plazo? Mi respuesta
suele ser, porque probablemente tienes los padres adecuados.
Usted afirma que es mejor iniciar el tratamiento lo
más tarde posible. ¿No se corre el riesgo de que para entonces
el sistema inmunológico esté ya destruido?
Esa era la vieja visión. Pero piense que cuando
atendemos a un niño con leucemia, eliminamos todo su sistema inmunológico,
con radiaciones y quimioterapia, pero al hacerlo algunas células
muy resistentes comienzan a multiplicarse y vuelven a poblar el organismo.
Al inicio ese sistema inmunológico está muy deteriorado.
Por ello hablo de la flexibilidad de ese sistema. Tenemos pacientes con
sólo cuatro células T, y están perfectamente saludables,
sin tratamiento. Tienen un número muy alto de células que
producen interferón. Aquí mismo en México, en 1998,
yo repetía que había que tener cuidado y no iniciar el tratamiento
de manera temprana, y esta postura mía fue muy criticada. Con el
tiempo resultó que yo tenía razón. Dije entonces que
el sistema inmunológico era muy flexible, que se podían atacar
con éxito los nódulos linfáticos, estimular la respuesta
del organismo, y que después, sólo después, se podían
administrar los tratamientos. Actualmente estamos utilizando los medicamentos
demasiado temprano. Tal vez esté muy bien lo que decía David
Ho acerca de la necesidad de atacar con fuerza al virus, pero no demasiado
pronto. El doctor Ho tuvo que retractarse de su postura inicial ("golpear
rápido y fuerte" al virus), pues había cometido un error
científico, no había conducido la experimentación
correctamente. Tendría que haberse retractado antes, pero me da
gusto que finalmente lo haya hecho.
Lo que necesitamos es una vacuna, e ideas nuevas; tenemos
que estimular no sólo la respuesta inmunológica adquirida,
sino también la natural, la innata. Hay sólo un puñado
de gente ocupándose de esto, pero cuando perciban el éxito
de su esfuerzo mucha gente cambiará de parecer. Se necesitan más
esfuerzos. Hay que demostrar que la respuesta inmunológica innata
funciona. Y todo esto cuesta mucho dinero, pero los gobiernos muestran
mucha reticencia a dar dinero a proyectos de alto riesgo.
De resultar exitosa esta estrategia, ¿qué
reacción espera usted de la industria farmacéutica?
No les gusta este tipo de terapia porque toma mucho tiempo
desarrollar un medicamento, mientras que con la terapia antirretroviral
pueden producir otro inhibidor de la transcriptasa inversa, u otro inhibidor
de la proteasa, u otro inhibidor de fusión, ya que saben con lo
que están tratando. Pero cuando les dice uno, dame algo que induzca
las respuestas inmunológicas, no saben por dónde empezar.
Y uno les dice, convendría empezar con laboratorios químicos
que realizan estas investigaciones y darles algún tipo de apoyo.
Eso sería lo ideal, pero no todos los científicos son así.
Existe la necesidad de complacer a los accionistas de la empresa, y por
ello toma tiempo desarrollar un producto. Pero creo que eventualmente se
logrará un mayor compromiso.
¿Cómo se ha logrado controlar a la enfermedad
en este momento?
Hoy en día el avance de la enfermedad se detiene
con los medicamentos antirretrovirales, pero el uso continuo de estos mismos
medicamentos benéficos produce nuevos problemas, cardiopatías,
disfunciones renales, lipodistrofias (distribución irregular de
la materia grasa), etcétera, por lo que para muchas personas infectadas
esta no es la solución. La nueva estrategia es que las personas
seropositivas puedan vivir hasta 25 años con el virus sin terapias
tóxicas.
¿Cuándo cree que se pueda encontrar la
cura para el VIH?
No uso el termino cura porque para las enfermedades virales
no la hay. El VIH se vuelve parte de la genética y permanece en
el cuerpo toda la vida. Lo que se necesita es controlarlo, y es así
como la gente ha podido sobrevivir más de 20 años. Mi objetivo
es desarrollar mejores estrategias para estimular las defensas naturales
del cuerpo. |