LETRA S
Abril 1 de 2004
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ls-negro Estimular las defensas naturales del cuerpo
 

¿Han llegado los medicamentos antivirales al límite de su potencia terapéutica? ¿Es tiempo de voltear al propio organismo humano en búsqueda de las respuestas más eficaces contra el VIH? ¿Por qué algunas personas seropositivas no desarrollan el sida? A contracorriente de la investigación científica dominante, el doctor Jay A. Levy, investigador pionero del VIH, ha centrado su trabajo en la respuesta inmunológica innata del cuerpo humano. En la siguiente entrevista, el prestigiado investigador de la Universidad de California explica al público lector de Letra S las razones de sus polémicos postulados.

Carlos Bonfil

Polémico. Situado en el otro extremo del campo de la investigación sobre el VIH, el doctor Jay A. Levy, una de las figuras más sobresalientes del establishment científico internacional, sostiene -a contracorriente de las teorías dominantes sobre el combate al virus-, que la respuesta debe buscarse en el propio organismo; es decir, en las defensas naturales del cuerpo. Con esa idea en mente, el director del Laboratorio de Investigación de Sida y Tumores de la Universidad de California se ha dedicado durante años a estudiar a las personas que estando infectadas por el VIH no desarrollan el sida, para elaborar estrategias terapéuticas que estimulen la capacidad inmunológica innata del organismo.

El doctor Levy estuvo recientemente en México y dio una conferencia magistral en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, oportunidad que aprovechó Letra S para entrevistarlo.
 
 

Sorprende mucho la sugerencia de que al VIH se le pueda también combatir sin recurrir a una terapia clínica, ¿cómo sucede esto?

Aprendimos que muchos de los hoy llamados sobrevivientes de largo plazo pueden vivir hasta veintiséis años sin ningún tratamiento, y aprendimos después cómo otra gente infectada puede aspirar a la misma suerte, con tratamientos que no serían ya diarios sino administrados una vez al mes. Necesitarían algo para estimular su sistema inmunológico. No es entonces que esta gente no necesitaría ya de un tratamiento, sino que con un enfoque clínico diferente se les darían medicamentos no tóxicos para su organismo.
 
 

¿Qué sucede con gente infectada que durante largo tiempo no desarrolla el cuadro completo del sida?

Hay dos cosas que producen el sida: por un lado, el virus, y por el otro, una falla severa en el funcionamiento del sistema inmunológico. Una persona infectada que tiene la capacidad de evitar la enfermedad, o bien tiene un virus muy débil o un sistema inmunológico muy fuerte. Y partimos de eso. Esas personas tienen muchas veces una respuesta inmunológica innata, natural, que les permite controlar al virus, y luego desarrollan una respuesta inmunológica adquirida que les permite mantener ese control. Esto es lo que necesitamos aprovechar y utilizar para la gente que esta infectada, ya que brinda la oportunidad de otras opciones terapéuticas que eviten el recurso a fármacos tóxicos.
 
 

¿Existe hoy una investigación específica orientada a la estimulación del sistema inmunológico como estrategia terapéutica?

Hay un punto de partida evidente: estimular al sistema inmunológico ayuda a controlar al virus. Pero, ¿cómo funciona realmente este estímulo? ¿Es más importante la respuesta inmunológica temprana y natural, o la respuesta adquirida? Para el público puede resultar difícil esta distinción. Pero hay que verlo de este modo: la primera línea de defensa, el primer ejército que interviene, esa es la respuesta natural, y toma entre minutos y días. Si ésta es derrotada, entonces interviene el segundo regimiento. Pero sin la acción del primer regimiento, el segundo no puede saber que existe una guerra y no puede intervenir a tiempo. Por eso decimos: estimulen al primer regimiento, porque al hacerlo favorecemos la intervención eficaz de una nueva respuesta inmunológica.

Hay que recordar que la investigación en torno de una respuesta inmunológica innata tiene apenas cinco o siete años, pero hay muchos grupos interesados en ver cómo se estimula esta respuesta natural y regularmente descubren cosas interesantes que pueden ser de mucha utilidad, como pequeñas piezas de ADN, o superficies de bacterias, o componentes proteínicos que ayudan a que el sistema inmunológico responda con rapidez y eficacia.
 
 

¿Existe algún factor genético que favorece en algunas personas una respuesta inmune natural mayor a la de otra gente?

Estoy convencido de que en cada parte del sistema inmunológico intervienen factores genéticos que te permiten responder bien o mal, y puedes incluso responder bien al VIH y muy mal a algún otro virus, como el de la gripe. De este modo, cuando un paciente me pregunta: ¿Por qué soy un sobreviviente de largo plazo? Mi respuesta suele ser, porque probablemente tienes los padres adecuados.
 
 

Usted afirma que es mejor iniciar el tratamiento lo más tarde posible. ¿No se corre el riesgo de que para entonces el sistema inmunológico esté ya destruido?

Esa era la vieja visión. Pero piense que cuando atendemos a un niño con leucemia, eliminamos todo su sistema inmunológico, con radiaciones y quimioterapia, pero al hacerlo algunas células muy resistentes comienzan a multiplicarse y vuelven a poblar el organismo. Al inicio ese sistema inmunológico está muy deteriorado. Por ello hablo de la flexibilidad de ese sistema. Tenemos pacientes con sólo cuatro células T, y están perfectamente saludables, sin tratamiento. Tienen un número muy alto de células que producen interferón. Aquí mismo en México, en 1998, yo repetía que había que tener cuidado y no iniciar el tratamiento de manera temprana, y esta postura mía fue muy criticada. Con el tiempo resultó que yo tenía razón. Dije entonces que el sistema inmunológico era muy flexible, que se podían atacar con éxito los nódulos linfáticos, estimular la respuesta del organismo, y que después, sólo después, se podían administrar los tratamientos. Actualmente estamos utilizando los medicamentos demasiado temprano. Tal vez esté muy bien lo que decía David Ho acerca de la necesidad de atacar con fuerza al virus, pero no demasiado pronto. El doctor Ho tuvo que retractarse de su postura inicial ("golpear rápido y fuerte" al virus), pues había cometido un error científico, no había conducido la experimentación correctamente. Tendría que haberse retractado antes, pero me da gusto que finalmente lo haya hecho.

Lo que necesitamos es una vacuna, e ideas nuevas; tenemos que estimular no sólo la respuesta inmunológica adquirida, sino también la natural, la innata. Hay sólo un puñado de gente ocupándose de esto, pero cuando perciban el éxito de su esfuerzo mucha gente cambiará de parecer. Se necesitan más esfuerzos. Hay que demostrar que la respuesta inmunológica innata funciona. Y todo esto cuesta mucho dinero, pero los gobiernos muestran mucha reticencia a dar dinero a proyectos de alto riesgo.
 
 

De resultar exitosa esta estrategia, ¿qué reacción espera usted de la industria farmacéutica?

No les gusta este tipo de terapia porque toma mucho tiempo desarrollar un medicamento, mientras que con la terapia antirretroviral pueden producir otro inhibidor de la transcriptasa inversa, u otro inhibidor de la proteasa, u otro inhibidor de fusión, ya que saben con lo que están tratando. Pero cuando les dice uno, dame algo que induzca las respuestas inmunológicas, no saben por dónde empezar. Y uno les dice, convendría empezar con laboratorios químicos que realizan estas investigaciones y darles algún tipo de apoyo. Eso sería lo ideal, pero no todos los científicos son así. Existe la necesidad de complacer a los accionistas de la empresa, y por ello toma tiempo desarrollar un producto. Pero creo que eventualmente se logrará un mayor compromiso.
 
 

¿Cómo se ha logrado controlar a la enfermedad en este momento?

Hoy en día el avance de la enfermedad se detiene con los medicamentos antirretrovirales, pero el uso continuo de estos mismos medicamentos benéficos produce nuevos problemas, cardiopatías, disfunciones renales, lipodistrofias (distribución irregular de la materia grasa), etcétera, por lo que para muchas personas infectadas esta no es la solución. La nueva estrategia es que las personas seropositivas puedan vivir hasta 25 años con el virus sin terapias tóxicas.
 
 

¿Cuándo cree que se pueda encontrar la cura para el VIH?

No uso el termino cura porque para las enfermedades virales no la hay. El VIH se vuelve parte de la genética y permanece en el cuerpo toda la vida. Lo que se necesita es controlarlo, y es así como la gente ha podido sobrevivir más de 20 años. Mi objetivo es desarrollar mejores estrategias para estimular las defensas naturales del cuerpo.