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México D.F. Miércoles 31 de marzo de 2004
MAS TURBIEDAD
La
captura de Carlos Ahumada Kurtz, que según la versión de
la Procuraduría General de la República (PGR) habría
tenido lugar ayer en Varadero, Cuba, poco antes del mediodía, exacerba
las sospechas en torno al empresario, su red de protectores furtivos o
confesos, como el senador Diego Fernández de Cevallos, y la participación
de las autoridades federales en las turbias maniobras corruptoras protagonizadas
por el dueño del Grupo Quart. Hasta ahora, casi un mes después
de que estallara el escándalo por los fraudes en la delegación
Gustavo A. Madero, por los viajes a Las Vegas del prófugo ex secretario
de Finanzas capitalino, Gustavo Ponce Meléndez y por las entregas
de dinero en efectivo de Ahumada Kurtz a René Bejarano y Carlos
Imaz, grabadas en video, sigue sin esclarecerse el destino de esos recursos.
Y no ha quedado del todo clara la extensión de las redes de corrupción
en el gobierno capitalino y en el Partido de la Revolución Democrática.
En estas semanas, en cambio, han surgido nuevas interrogantes:
entre otras, el papel del Centro de Investigación y Seguridad Nacional
(Cisen) en las maniobras del actual detenido; la extraña deferencia
de la PGR, que atendió la presentación de una demanda de
Ahumada en un hotel capitalino; el paradero de Ponce Meléndez; la
resistencia de esa institución a iniciar una averiguación
previa por lavado de dinero; la extraña muerte del ex funcionario
Alejandro Balderas Méndez, con quien se vinculaba al magnate; los
nexos de éste con el procurador Rafael Macedo de la Concha; la posible
participación de Ahumada Kurtz en la campaña electoral de
Vicente Fox; la presunta mano de la Presidencia de la República
y de la fundación Vamos México en la difusión de los
videos de Bejarano e Imaz en el acto de recibir dinero, y el empecinamiento
de Fernández de Cevallos en proclamarse defensor informal de Ahumada
Kurtz, quien le fue presentado por Juan Collado, abogado defensor de Raúl
Salinas de Gortari.
La detención de quien facilitaba su avión
privado a Luis Eduardo Zuno Chavira -panista que fue jefe delegacional
en Benito Juárez y se encuentra sujeto a proceso por tráfico
de armas prohibidas a bordo de la aeronave del empresario- y Rosario Robles
Berlanga -ex jefa del gobierno capitalino y ex presidenta del PRD- plantea
preguntas adicionales. La primera es la razón por la cual el gobierno
cubano tardó 18 días -del 12 de marzo, cuando se emitió
la petición de captura a la Interpol, a ayer- en efectuar la captura.
Como puede imaginar cualquiera que conozca un poco el
régimen de la isla, Ahumada, como cualquier extranjero en aquélla,
estaba perfectamente localizado desde su ingreso a territorio de Cuba,
el cual tuvo lugar, ahora se sabe, el pasado 27 de febrero, es decir, antes
de que se diera a conocer el video de Bejarano. ¿Hubo en ese lapso
un compás de negociación? ¿Con quiénes? ¿Qué
fue a hacer Robles Berlanga a Cuba el 4 de marzo, día en que estalló
el escándalo? ¿Quiénes son los dos pasajeros que viajaron
a la isla dos días después, el sábado 6, en otro avión
del corruptor, y que, según las bitácoras se quedaron en
la nación caribeña?
¿Es una mera coincidencia que Ahumada Kurtz haya
tenido como mentor a Ignacio Morales Lechuga -procurador en tiempos de
Carlos de Salinas de Gortari-; que actualmente se empeñe en protegerlo
Fernández de Cevallos -quien se jacta de sus contactos con el ex
presidente-, y que haya estado todo este tiempo en Cuba, refugio favorito
de Salinas?
La sociedad demanda respuesta a estas y otras preguntas.
Los funcionarios y representantes involucrados, de una u otra forma, con
los oscuros fondos y movimientos de Carlos Ahumada, deben dar la cara y
ofrecer respuestas satisfactorias. Y el supuesto empresario debe comparecer
cuanto antes, por supuesto, ante las instancias judiciales -la capitalina
y la federal- que le imputan acciones delictivas.
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