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México D.F. Miércoles 31 de marzo de 2004
Su cuerpo fue velado ayer en El Hábito;
''ella así lo quiso'': Jesusa Rodríguez
Falleció Paz, de las Hermanas Aguila, ''una
de las mejores segundas voces del mundo''
Al morir mi tía Esperanza, mi mamá dijo
que se acababa el dueto: su hija Silvia
JUAN JOSE OLIVARES
Paz Aguila, una de las Hermanas Aguila, irrepetible dueto
llamado por muchos "un fenómeno musical y un patrimonio cultural
en la historia de México", que interpretó las mejores canciones
de Agustín Lara, así como de los mejores compositores mexicanos
de décadas pasadas, falleció la madrugada de ayer a los 92
años en su domicilio de la colonia Juárez, a causa de un
paro respiratorio, aunque su aura, como dicen algunos, permanecerá
cantando de forma etérea en los escenarios, como el del teatro bar
El Hábito, en Coyoacán, donde ayer fueron velados sus restos
por familiares y amigos. Paz será cremada en la agencia Gayosso
de Sullivan. La otra hermana Aguila, María Esperanza, había
fallecido en 1991.
"Ella
quiso que así fuera (ser velada en El Hábito), porque fueron
ellas las que abrieron el lugar en 1990. Cuando hicimos este espacio les
pedimos que lo inauguraran, además de que siempre tuvimos una amistad
fuerte. Son nuestras madrinas. Paz estaba enferma y su hija Silvia dijo
que una petición de su madre era que la velaran en El Hábito,
en realidad lo que hacemos es cumplirle un deseo. Un homenaje de cuerpo
presente y uno más de los que le haremos", comentó la actriz
Jesusa Rodríguez, hija astral de Paz, según la hija verdadera,
Silvia.
Descubiertas en la radio de Jalisco, Paz y Esperanza fueron
traídas a la capital mexicana para su debut en la XEW como intérpretes
de su paisano Gonzalo Curiel. Luego actuaron en el escenario del teatro
Virginia Fábregas como intérpretes de Agustín Lara,
y obtuvieron el mote de El dueto de América.
"Cada una tenía voz privilegiada, lo que no se
repite comúnmente. Paz era una segunda voz perfecta, natural, con
oído perfecto. Tenían una genética privilegiada, que
hacía que dos voces perfectas fueran hermanas y trabajaran juntas
toda su vida. Son un patrimonio de la nación porque cuándo
tendremos semejante fenómeno. Además de su personalidad,
Paz era una persona simpática, con sentido del humor negro. Esperanza
era ingenua, eran el ying y el yang, una pareja perfecta. La güera
y la morena, la primera y la segunda voz, era una armonía única",
afirma Rodríguez, quien desde pequeña las escuchó,
porque su padre era el médico que las atendía.
Jesusa cuenta una anécdota de cuando las hermanas
hacían su temporada en El Hábito: "Cantaban los jueves y
Esperanza murió un miércoles. Paz llamó para decirnos
que estaba preocupada porque no daría la función del día
siguiente porque había muerto su hermana. Era la mística
de los artistas, los cuales sólo faltan a la función con
el acta de defunción. No creíamos que estuvieran cantando
en vivo, oírlas era algo extraordinario. A Paz no le gustaba cantar
sola, lo hizo con Eugenia León y en un homenaje a Cri Crí.
Paz hizo segunda voz a Eugenia León. Luego ya no quiso cantar con
su voz extraordinaria a los 90 años. 'Sin Esperanza ya no me interesa',
decía Paz".
Agrega Jesusa: ''Su trayectoria es mitológica.
Cuando estrenó Lara la pieza Rival, me decía que el
compositor les dijo que si tenía éxito la canción
les regalaría una pulsera de esmeraldas. La canción triunfó
y se quedaron esperando la pulsera, me comentaron. Lo más interesante
es que estaban vigentes y tenían unos shows extraordinarios.
Decía Paz en sus espectáculos: 'yo soy de la época
en que la mariguana se untaba y no se fumaba'. Todo el día hacía
chistes. Hay que recordarlas como patrimonio invaluable que las generaciones
nuevas deben sumar. Todavía el 3 de noviembre pasado, el día
de nuestro aniversario, celebró y se tomó un güisqui;
por eso Paz no muere, porque las oyes y las vuelves a escuchar".
Las Hermanas Aguila grabaron más de 20 discos.
Era el dueto que estrenaba las canciones del flaco de oro. Fueron
unas estrellas del teatro de revista, sobresaliendo actuaciones con Pedro
Vargas, Mercedes Garaza y el gordo Rachine.
Para su hija Silvia "fue lo mejor que ha tenido México
en dueto. La segunda voz de mi mamá está considerada como
una de las mejores del mundo. Ambas tenían el mismo color de voz,
eran dos voces en una. Mi mamá nunca dejó de ser artista,
pero cuando murió mi tía Esperanza dijo que se acababa el
dueto. Ya descansó, pero debe estar cantando con su hermana".
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