México D.F. Miércoles 31 de marzo de 2004
25 lesionados y detenidos varios empleados de empresas de anuncios espectaculares
Granaderos y policías dispersaron una manifestación afuera de la Asamblea
El subsecretario de Seguridad Pública advirtió a los quejosos que serían llevados al MP
RAUL LLANOS, GABRIELA ROMERO Y MIRNA SERVIN
A petición expresa de la diputada del PRD, Lorena Villavicenio, la agrupación policiaca de granaderos, comandado por el subsecretario de Seguridad Pública, Gabriel Regino, dispersó con violencia una manifestación de trabajadores de las empresas de anuncios espectaculares que dejó un saldo de al menos 25 lesionados -dos de ellos necesitaron atención hospitalaria- y varios detenidos.
Minutos después de la llamada de la diputada Villevicencio, los granaderos arribaron a las afueras de la Asamblea Legislativa y casi de inmediato se lanzaron en contra de los manifestantes, quienes se habían apostado en las calles de Allende y Donceles para expresar con gritos y mantas su inconformidad por el retiro de la publicidad espectacular por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.
Eran poco más de 150 personas las que bloqueaban la entrada a la Asamblea Legislativa y las calles aledañas. Los granaderos empezaron por arrancar las mantas que portaban los manifestantes y silenciaron un sonido instalado en una camioneta pick up. Mientas las diferentes fracciones de los partidos políticos representas en la ALDF pedían la renuncia del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, y del mismo Gabriel Regino.
Antes de la refriega, al micrófono, uno de los trabajadores llamaba insistentemente a no responder la agresión, replegarse y sentarse para evitar que los retiraran. En ese momento, y como pudieron, varias mujeres lograron brincar por las laterales de las escalinatas y librar el asedio.
Antes de entrar en acción, Regino advirtió a uno de los líderes que iban a abrir el paso a los diputados y que quienes se opusieran serían detenidos y trasladados al Ministerio Público. La respuesta de su interlocutor fue darle la espalda y decir a sus compañeros que no se movieran; intempestivamente fue jalado por los policías, sometido y llevado a una patrulla.
En ese momento el subsecretario dio la orden de avanzar y, escudo por delante, los granaderos comenzaron a empujar y chocar con los inconformes, que al verse acorralados sólo atinaban a lanzarles envases de refresco.
Varios trabajadores fueron jaloneados por los granaderos hacia fuera del cerco y atizados sin miramientos, lo mismo mujeres que hombres: patadas, golpes en la cara, en el estómago. A los que iban reteniendo, dos o tres policías vestidos de civil los conducían a las patrullas, sujetándolos de la cabeza o con el brazo doblado hacia atrás.
Los que quedaban en las escalinatas sacaron los palos que llevaban, pero éstos se rompían como varas en los escudos de los uniformados; también les aventaron un tambo vacío y algunas cubetas de metal, pero eran insuficientes para detener la embestida, que se prolongó por casi 20 minutos.
Varios manifestantes y granaderos rodaron por las escalinatas; el grupo de los agredidos echó a correr por la calle de Donceles, pero los que se rezagaron sufrieron las consecuencias. Los uniformados se abalanzaron sobre ellos.
Ya "limpias" las escalinatas, los granaderos formaron una valla para el paso de los diputados, pero hubo legisladores que en lugar de entrar al recinto encararon al subsecretario de la SSP, como Carlos Aberto Flores, del PAN; Bernardo de la Garza y Arturo Escobar, del PVEM, y los perredistas José Jiménez, Rodrigo Chávez, Araceli Vázquez y Guadalupe Chavira, y le reclamaron el "exceso de violencia", la "brutalidad" con que actuaron sus elementos.
Gabriel Regino aseguró que la diputada Lorena Villavicencio, presidenta interina de la Comisión de Gobierno, fue quien solicitó la fuerza pública para "resguardar" el recinto, y aceptó que por decisión propia ordenó a los granaderos desalojar a los inconformes, tal como se hizo en fechas pasadas en la Cámara de Diputados. Y por eso dijo que asumía toda la responsabilidad por los hechos.
A su vez, Villavicencio insistía en que nunca pidió la presencia de la policía, sino pidió que se llegara a un acuerdo para abrir el recinto legislativo. Mientras, Sara Figueroa, presidenta de la mesa directiva de la ALDF, dijo que nunca se le consultó para pedir la fuerza pública.
También en conferencia, el PRD dijo que el diputado Alfredo Carrasco, presidente del Comité de Queja Ciudadana, reiteró a los inconformes el ofrecimiento de negociar y reunirse con la secretaria de Desarrollo Urbano, Laura Itzel Castillo, pero no quisieron y, por el contrario, trataron de agredirlo; luego denunciaron "mano negra" en esos hechos con la intención de desestabilizar.
Guadalupe Chavira, coordinadora del PRD, llegó, incluso, al hecho de responsabilizar al chofer de la legisladora del PRI Claudia Esqueda de estar detrás de los inconformes, lo que fue rechazado por ella.
Finalmente, el pleno de la ALDF se metió en un debate; perredistas contra toda la oposición en acusaciones mutuas, por los hechos reseñados. En lo que sí coincidieron es en llamar a comparecer al subsecretario para explicar la agresión.
Este grupo de manifestantes bloqueó en diciembre de 2001 la ALDF, cuando María de los Angeles Moreno presidía la Comisión de Gobierno. En ese entonces se optó por el diálogo, pero días después, el secretario de esa comisión, Marco Antonio Michel (PRI), presentó una denuncia por privación ilegal de la libertad, ya que no se dejaba salir a trabajadores y diputados.
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