México D.F. Miércoles 31 de marzo de 2004
Miles de personas marchan en Arraba para conmemorar
el Día de la Tierra
Sharon logra que el Likud acepte realizar referendo
sobre separación con palestinos
AFP
Arraba, 30 de marzo. Entre 6 mil y 10 mil personas
desfilaron hoy en esta ciudad del norte de Israel para conmemorar el Día
de la Tierra, enarbolando pancartas en las que condenaban el reciente asesinato
del jefe espiritual de Hamas, jeque Ahmed Yassin, cometido por el ejército
israelí en Gaza.
Mientras, el primer ministro israelí, Ariel Sharon,
logró que su partido, el derechista Likud, acepte la celebración
de un referendo sobre su plan de separación de los palestinos.
Los manifestantes pidieron la liberación del jefe
del Movimiento Islámico de Israel, Raed Salá, y de cuatro
de sus colaboradores que la policía de Tel Aviv detuvo en mayo de
2003 porque sospecha que transfirieron fondos a Hamas.
La minoría árabe de Israel, compuesta por
más de un millón de personas, conmemora cada año la
muerte de seis árabes israelíes a manos de las fuerzas de
seguridad, el 30 de marzo de 1976, durante violentas manifestaciones contra
confiscaciones de tierras.
Los
miles de policías movilizados recibieron órdenes de no entrar
en localidades árabes para evitar enfrentamientos, después
de que una comisión de investigación oficial cuestionó
a los uniformados por la represión de manifestaciones de solidaridad
con la intifada, en septiembre de 2000, que causó la muerte
de 12 árabes israelíes.
El número de árabes israelíes, descendientes
de unos 160 mil palestinos que permanecieron en sus tierras tras la creación
del Estado israelí, en 1948, es actualmente de cerca de un millón
200 mil personas, una quinta parte de la población israelí.
Los partidos árabes israelíes en el Parlamento
de Tel Aviv afirman que la discriminación contra ciudadanos árabes
de Israel podría llevar a un desastre, mientras que observadores
temen que conduzca a la radicalización de una población que
se identifica cada vez más con los palestinos.
Los manifestantes en Arraba portaban retratos del detenido
jefe del Movimiento Islámico de Israel, Raed Salá, y pancartas
denunciando el asesinato de Yassin, en un ataque con misiles del ejército
israelí, el 22 de marzo de este año.
Jafar Fará, director de la organización
Mossawa, que defiende los intereses de los árabes israelíes,
afirmó que la destrucción por las autoridades israelíes
de las casas construidas "legalmente" es una fuente de creciente preocupación
en la comunidad.
"El año pasado el gobierno de Sharon reforzó
su política discriminatoria y se dirige hacia una depuración
étnica de los beduinos del (desierto del) Neguev", afirmó.
Según Fará, durante 2003 se demolieron 72
casas pertenecientes a beduinos en el sur del desierto del Neguev y 269
viviendas en otros pueblos árabes de Israel.
El gabinete del primer ministro palestino, Ahmed Qureia,
expresó su "solidaridad" con los manifestantes árabes israelíes
y alabó su "legendaria resistencia a la ocupación".
En varias localidades de la franja de Gaza y Cisjordania
se celebraron otras manifestaciones de solidaridad.
Por otra parte, Sharon consiguió que los miembros
de la convención del Likud, reunida al anochecer en Tel Aviv, aprobaran
convocar a un referendo sobre el controvertido plan que piensa presentar
para que su gabinete lo apruebe a su regreso de Washington, donde se reunirá
el 14 de abril con el presidente George W. Bush.
Esta votación tuvo lugar en medio de crecientes
rumores de que se podría crear una nueva coalición gubernamental
que incluya a los laboristas.
Pero esa posibilidad depende de la decisión que
tome el fiscal general del Estado, también consejero jurídico
del gobierno, Menahem Mazuz, sobre la posible inculpación de Sharon
en un caso de corrupción.
Dos ministros de partidos de derecha, Effi Eitam (Vivienda)
y Benny Elon (Turismo), instaron a Sharon a aplazar su entrevista con Bush
del 14 de abril, y a renunciar por el momento a presentar su plan de separación
unilateral de los palestinos.
Mientras, en un comunicado las Brigadas de los Mártires
de Al Aqsa, grupo armado relacionado con el movimiento Al Fatah, del presidente
Yasser Arafat, advirtió a emisarios de Estados Unidos que tienen
previsto viajar a la región que no vayan a los territorios reocupados,
y les amenazó con "consecuencias indeseables" si lo así hacen.
Más tarde, el grupo reconsideró su advertencia
afirmando que su "batalla esencial se dirige contra la ocupación
y que los estadunidenses no son objetivos".
La delegación estadunidense incluye al subsecretario
de Estado para Medio Oriente, William Burns; al consejero presidencial
para Seguridad Nacional, Stephen Hadley, y al director para Medio Oriente
en el Consejo de Seguridad Nacional, Elliot Abrams.
Además, un responsable de Jihad Islámica
desmintió que su movimiento haya intentado reclutar a un joven de
14 años en Nablus para cometer un atentado suicida antisraelí
y coincidió con autoridades palestinas que fue una maniobra de "colaboradores"
de Israel.
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