México D.F. Miércoles 31 de marzo de 2004
Habla Verónica Martínez Lira,
coautora de un libro sobre la monja y médica alemana
Develan el recorrido visionari de Hildegard von Bingen
''Inventó la lengua de lo inombrable'', dice
la investigadora Autodidacta, escribió 77 sinfonías de
gran riqueza espiritual Su itinerario místico ''propone respuestas
al misterio de la vida''
PABLO ESPINOSA
Descubrir a Hildegard von Bingen -sopesa la investigadora
Verónica Martínez Lira- significa ''un regreso a lo humano,
es decir a lo más sencillo.
''Esta médica alemana, cuyo nombre significa La
morada del combate, resistió a sus males físicos toda
una vida, que duró 81 años.
''Inventó
un lenguaje secreto, es decir, inventó el mundo para valorarlo.
Con su obra, Hildegard te pone los pies en la tierra y enseguida te sube
al cielo. Cumplió a cabalidad su misión humana."
Verónica Martínez Lira es coautora, con
Alejandra Reta Lira, del hermoso libro titulado El lenguaje secreto
de Hildegard von Bingen, vida y obra, coeditado por la flamante editorial
Espejo de Viento, la Universidad Nacional Autónoma de México
y el Fondo de Cultura Económica.
El volumen será presentado hoy miércoles
a las 18 horas en la librería Jaime García Terrés,
que se localiza junto a la sala Nezahualcóyotl, en el Centro Cultural
Universitario (Insurgentes sur 3000).
Tesoro musical en expansión
Hildegard von Bingen (1098-1179) fue una mujer excepcional.
Para los melómanos es un tesoro en expansión, pues su obra
es apenas conocida, pero sus adeptos crecen como la espuma merced a la
profusión de grabaciones discográficas disponibles, también
en aumento, y más que nada a la belleza inenarrable de su música,
que es en sí misma un estado de gracia.
El enriquecimiento espiritual que otorga la música
de esta mujer maravillosa es integral.
Hildegard von Bingen, monja benedictina, abadesa, científica,
sembradora del bien, autodidacta, escribió 77 sinfonías en
un lenguaje secreto que hermanó y compartió con el mundo,
también, en tres libros en los que relata las visiones que le fueron
otorgadas, otros dos libros de medicina cuyas enseñanzas perduran
a la fecha y numerosas cartas en las que escancia sus saberes, su elevada
inteligencia y su sensibilidad de ángel.
La morada del combate
El libro que se presenta esta tarde en el Centro Cultural
Universitario viene a completar en México este paraíso que
empezó por la música y se expandió mediante otras
vías de conocimiento, como el amor por las plantas (Hildegard amó
las plantas como sólo una mujer es capaz de hacerlo) y por todos
los seres vivos.
''Las casualidades -enfatiza Verónica Martínez
Lira- no existen: estaba escribiendo una novela epistolar y al acudir a
una librería en busca de un diccionario de nombres me encontré
con el de Hildegarda y su significado: la morada del combate
''No
sólo tuve título para mi novela, sino el descubrimiento de
una mujer, Hildegard von Bingen, quien es digna de ser conocida no sólo
desde el punto de vista de lo humano: su obra merece el mayor cuidado y
atención, especialmente en esta época. Tampoco es casual
que haya sido descubierta en estas fechas, dada la convulsión humana
que vivimos."
Al surgir el nombre de Hildegarda de entre las hojas de
un libro, se fueron sumando, ''como en un espejo de viento -narra la autora-
los otros integrantes del equipo que conformamos para el proyecto.
''En busca de patrocinios, nos inscribimos en el programa
de coinversiones del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, y para
ello era menester fundar una editorial, así que nació Espejo
de Viento.
''Conseguimos otros financiamientos que nos permitieron
desarrollar una investigación tan a fondo que no sólo realizamos
la parte teórica con el mayor rigor, sino también la parte
práctica con la mayor entrega: nos aislamos en un convento del estado
de Morelos, acatamos la dieta que seguía Hildegard en su época
y que recetaba a sus prójimos, viajamos a Bingen y nos alojamos
en el mismo convento que ella vivió, escrutamos bibliotecas alemanas
y dimos con materiales valiosísimos."
Estaba este equipo humano en la etapa final del proyecto,
en la corrección de pruebas, cuando otra no-casualidad ocurrió:
hallaron un estudio sobre la Lingua Ignota, o lenguaje secreto,
que inventó la monja Hildegard von Bingen.
''La búsqueda -relata Verónica Martínez-
se transfiguró entonces en alegoría de un enigma que debíamos
revelar. El lenguaje secreto describe a una persona de carne y hueso que
esconde detrás suyo la esencia de la sabiduría.
''La visionaria consigue, al cabo de su contemplación,
inventar un lenguaje que se pronunciaba sólo en la música,
pero que se transparenta en sus escritos, en los cuales logra entrever
el origen: la palabra que emana de la experiencia mística; la lengua
de lo inombrable.
''El recorrido visionario de Von Bingen -prosigue su biógrafa
y estudiosa- la conduce por la vía del conocimiento y la toma de
conciencia de un cierto número de verdades referentes a la creación
del hombre.
''El final de su indagación es la Luz Viviente,
la Fuente de Vida. Estamos ante un clásico itinerario místico:
la vía, la verdad y las respuestas al misterio de la vida."
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