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México D.F. Domingo 28 de marzo de 2004
Deciden mantener el voto universal y secreto
en los procesos para elegir dirigentes
Aumentan choques entre tribus del PRD al discutir
temas clave
Aprueban crear uno o más comités
de base por cada sección territorial, lo que "reproducirá"
los grupos en las células partidistas Descarta Godoy convertirse
en un dictadorzuelo
BLANCHE PETRICH Y RENATO DAVALOS
El duelo de corrientes perredistas en extinción
se profundizó en el seno del congreso nacional con una votación
que finalmente decidió mantener el voto universal y secreto para
elegir a sus dirigentes. Antes, en medio de silbidos, recriminaciones y
el fantasma de Carlos Ahumada recordado en gritos repetidos, el sufragio
partidista había decidido crear uno o más comités
de base por cada sección territorial. Un mal fario que sólo
"reproducirá" los grupos en las células partidistas, esgrimieron
varios en la tribuna.
Tomada la decisión inicial de disolver las tribus
perredistas, queda por definir en este congreso nacional cómo y
cuándo se puede concretar la medida. El asunto es polémico
y los jaloneos se expresan en la tribuna y en los pasillos por igual. Algunos,
como Juan Guerra, ex rosarista, ponen en duda la verdadera intención
de los jerarcas de las corrientes fuertes, como Nueva Izquierda (chuchos)
y Foro Nuevo Sol, de disolver sus grupos de presión. "Hay corrientes
que son como Terminator II, sus moléculas se unen estén
donde estén". Otros, como Mario Saucedo, cabeza de la primera tribu
formada en el PRD, los cívicos, consideran la medida como
fundamental, como la prueba, hacia fuera, de que los perredistas sí
serán capaces de cambiar a fondo.
Remontada la sesión matutina en la que jóvenes,
mujeres y migrantes perdieron votaciones para aumentar su participación
en la estructura partidista, por la tarde continuó la discusión
del resto de los 41 artículos del estatuto que sufrirán modificaciones.
El quinto fue el presagio de un airado debate que resonó en el Centro
de Convenciones Polanco. La integración de los comités de
base fue el punto que dividió posturas. Una de ellas en favor de
que por cada comité territorial se formaran uno o más comités
de base. La postura contraria, que fuera igualitaria de un comité
de base por cada territorial.
El
coordinador legislativo en San Lázaro, Pablo Gómez, exigió
en la tribuna esta última alternativa, pues de lo contrario se "reproducirán
las corrientes", dijo. Raúl Abraham lo contradijo. Se escucharon
los silbidos. "No se puede limitar la creación de comités".
El conductor de los trabajos, Jesús Zambrano, pidió la votación.
El conteo se retrasó y la exigencia se escuchó: "Que no se
caiga el sistema", "¡Déjense de cochupos!", "Los escrutadores
son chuchos". La votación en favor de la reproducción
de comités se impuso 253 contra 240 sufragios.
Juan Guerra Ochoa resumió en la tribuna: "El acuerdo
de ayer de disolver las corrientes ya lo mataron". ¡Bájate!,
le gritaron. "Fuera Rosario". Votaron -intentó retomar el hilo-,
loschuchos, los amalios y los redires. No hay que
desgarrarse las vestiduras, continuó. "¡Renuncia!", le espetaron.
¡Fuera Ahumada!
El artículo séptimo extendió el debate
y el ajuste de cuentas. Se trataba de decidir si la elección de
todos los dirigentes sería por elección universal y secreta
o por una nueva fórmula indirecta de delegados, como proponía
la comisión redactora.
Preparemos la elección de 2006 usando los delegados,
defendió Raymundo Cárdenas, uno de los amalios. No
queremos más facciones, añadió entre la rechifla.
Terminemos con el dinero ilegal que llega con las votaciones directas para
hacer campañas.
Carlos Navarrete, secretario general y chucho,
aludió a las dos elecciones pasadas de Amalia García y Rosario
Robles. Se infló el padrón, se entabló una guerra
civil por las casillas y "se nos colaron los Ahumadas". Ellos defendían
ese método que compartió "una presidenta que ya no está
en el partido". ¡Tiempo!, ¡tiempo!, le dijo la voz de la asamblea.
Zambrano quiso ir a la votación, pero la asamblea
lo calló en medio de las voces disparatadas. Tuvo que aceptar un
orador más en favor y otro en contra. Pablo Gómez defendió
el voto universal y estableció que el problema es de organización.
Al final se tendrán que elegir los delegados por ese método.
Las planillas sólo se mueven en función del dinero. No resolveríamos
ningún problema con el cambio que se pretende, que sólo es
una reproducción del "sistema gringo". Acabemos con el dinero y
no incurramos en una falsa salida, asentó.
José Antonio Rueda, dirigente de los redires,
dijo en la tribuna que no se trata de definir cuál método
es más democrático. "Uno de los mejores presidentes que hemos
tenido es Leonel".
Lo interrumpieron y gritaron "Be-so, beso". Trató
de continuar y expuso que a Brozo, Televisa y López Dóriga
les gusta apoyar a personalidades "sin capacidad y sin compromiso". Con
la elección directa "salimos muy raspados" en los pasados comicios.
Vayamos por el camino más seguro.
Sobrevino la votación y entró entonces al
salón Jesús Ortega, líder de los chuchos, con
una legión de votantes. El sufragio inclinaba hacia el voto universal
y las voces se extendieron: "Du-ro" y "esa plancha no sirvió". El
resultado favoreció la elección directa por 359 contra 279.
¡Quiere llorar!, le repitieron a Zambrano. Tuvo que suspenderse el
resto de la discusión de artículos porque la decisión
afectó media docena de apartados que tienen que ver con el proceso
selectivo. Se reservaba para hoy la continuación de esa discusión
y la de las corrientes.
El futuro de las corrientes
Leonel Godoy, presidente nacional y quien hoy recibe críticas
de todos los bandos, aunque reconocen su conducción institucional,
confía en que las normas y candados que se aprueben en este congreso
serán suficientes para garantizar que los grupos de presión
se reconviertan en las corrientes de opinión que se desean. Adelantó
que se abrirá un espacio de tres a seis meses para que en foros
nacionales se definan los rumbos ideológicos en los cuales quedará
reagrupada la militancia.
Lo que no haré, aclara, es adoptar la propuesta
de Cuauhtémoc Cárdenas de restructurar las instancias de
dirección, que todos renuncien y yo nombre nuevos liderazgos. "Eso
me convertiría en un dictadorzuelo." Mucho menos -dice- aplicar
la propuesta de Rosa Albina Garavito, que "equivaldría a una autodisolución
del partido. Me importa mucho más la reforma estatutaria, para dar
facultades de aplicación a las comisiones de legalidad y de refundación
del partido. Para eso pedí un voto de confianza, no para restructurar
el Comité Ejecutivo Nacional".
A su vez, Jesús Zambrano, de los chuchos,
prefiere poner el acento en que el acuerdo no es "extinguir ni prohibir"
las corrientes, sino transformarlas y ordenarlas en "vertientes de opinión",
un proceso que necesariamente llevará a un reagrupamiento de las
fuerzas de izquierda -de dentro y fuera del PRD- ya no en torno a personas
sino a temas e ideas. "Nos estamos disolviendo para abrirnos, para que
el partido crezca, no para que cada quien haga política individualmente.
Eso sería engañar y engañarnos".
Hoy, antes que concluya el congreso nacional, se tendrá
que aprobar un artículo transitorio que, ayer se hizo evidente,
no será el réquiem de las viejas tribus, por lo menos
por ahora. Según el anteproyecto elaborado por miembros de la comisión
organizadora, se prevén espacios de discusión para que en
un plazo de seis meses se pueda abrir un registro para la inscripción
de las nuevas "corrientes de opinión" conforme a los estatutos.
Ahí se dirimirán, ya sin las trincheras actuales, los debates
históricos del sol azteca: partido o frente amplio, izquierda o
centro izquierda, instituto electoral o partido movimiento, presidencialismo
o sistema de Estado, qué hacer frente al ALCA. "Si lo logramos,
mucha gente que hoy no está en el partido se va a acercar", confía
Zambrano.
A
su vez, Raymundo Cárdenas, el único de los amalios
que ha tomado la palabra, precisó que la idea es que las corrientes
pierdan algunas facultades. Por ejemplo, determinar el orden de las planillas,
lo que en los hechos les permite controlar quién llega al comité
ejecutivo o a consejero nacional. "Con esto se acaba el mercadeo de los
lugares en las planillas. No hay riesgo. Riesgo es quedarnos como estamos".
Otro amalio, Juan José García Ochoa,
rebate el escepticismo de Guerra: "Nosotros, como Foro Nuevo Sol, ya nos
reunimos y no hay ninguna objeción. Lo que sí pensamos es
seguir como corriente de opinión". La definición política
de este grupo es más cercana a la socialdemocracia que a la izquierda
y representa un polo, el más conservador dentro del PRD. En temas
como la Alianza para el Libre Comercio, por ejemplo, descartan las tendencias
de rechazo y resistencia, y consideran que, mejor que quedarse fuera es
participar en las definiciones del ALCA. En el ámbito latinoamericano
consideran que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, "polariza"
la sociedad y que el líder de la revolución cubana, Fidel
Castro, es un represor. En el tema indígena y zapatista, estiman
que si bien hay que retomar el asunto de la reforma indígena, en
otras latitudes, como la visión del zapatismo sobre temas nacionales
y de globalización, hay grandes diferencias y discrepancias. De
estas filas de amalios y chuchos surgen rechiflas cada vez
que -de manera muy esporádica, es cierto- se hace mención
del EZLN o alguna cita del subcomandante Marcos.
Mario Saucedo, por su parte, reivindica para su corriente,
los cívicos, haber dado el primer paso en el acuerdo de la
disolución de las tribus. "Somos la corriente más
antigua. Pero a diferencia de otras, no lo hemos hecho aprovechando nuestros
puestos de dirección. Grupos como Nueva Izquierda y Foro Nuevo Sol
tienen cuotas y controlan carteras en los comités ejecutivos, en
los escaños del Congreso, en las candidaturas. Eso es lo que ha
corrompido la práctica partidista".
Actualmente secretario de Alianzas, Saucedo señala
que si bien en la sesión inaugural del viernes "fuimos capaces de
demostrar que podemos enfrentar esta crisis con unidad, Godoy ha comprobado
que es incluyente, institucional y plural. Nosotros, como cívicos,
no estuvimos de acuerdo con su nombramiento, no tanto por su persona sino
por el método vertical que se usó. Pero hoy estamos dispuestos
a darle nuestro voto de confianza. Hoy tenemos que demostrar si somos capaces
de cambiar a fondo".
De lo que queda de los rosaristas, que en broma
anuncian que en su orfandad han emprendido la relectura de El proletariado
sin cabeza, Saúl Escobar asegura que "no tenemos problema para
disolvernos". Precisa: "Muchas veces dijimos que no éramos una corriente
de Rosario Robles o de Cárdenas. Pero aunque lo repitamos 100 veces,
así nos bautizó la prensa. Ni modo. Con Rosario están
rotos todos los lazos, aunque en la corriente los balances son diversos.
Algunos la justifican, otros son mucho más severos, pero hay consenso
en que ella ya está fuera y nosotros con ella no tenemos ninguna
relación".
Raúl Alvarez Garín, del Movimiento de Bases
Insurgentes, los mobis, define este congreso como un acto libertario
para muchos militantes que estaban inscritos en las corrientes y que por
un salario mejor se callaban sus inconformidades. "Falta por ver si es
cierto lo de disolver las corrientes. Pero es una referencia fuerte para
el futuro del PRD, es una decisión que recoge un clamor generalizado,
que lleva tiempo. Ahora esas estructuras que llegaron a ser un poder burocrático
con prácticas corporativistas llegaron a su límite, tronaron."
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