México D.F. Viernes 26 de marzo de 2004
México y Brasil concentran la mayor proporción
del aumento de pobres en la región
Reconoce el BID resultados deslucidos de su
estrategia contra la pobreza
Se produjo un ''divorcio entre crecimiento y política
social'', admite en un estudio
DAVID ZUÑIGA
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoció
que la estrategia de combate a la pobreza que ha seguido desde 1997 ha
dado resultados ''deslucidos'' en América Latina y el Caribe. De
hecho, señala, en siete países de la región el número
de pobres ha aumentado y la mitad de este incremento se concentra en Brasil
y México.
En un documento titulado La reducción de la
pobreza y el BID: evaluación de estrategias y esfuerzos, el
Departamento de Evaluación y Supervisión del banco reconoce
que la estrategia diseñada en 1997 carece de un diagnóstico
del problema y sus características en la región.
Asimismo,
apuesta al mercado, a la mayor participación del sector privado
y a la desregulación como bases para generar empleos y reducir la
pobreza. Entretanto, considera que la provisión de bienes y servicios
del Estado es sólo un complemento o un mecanismo de compensación.
Estas políticas, reconoce el BID, se aplicaron
en forma ''acrítica'' y sin tomar en cuenta las condiciones particulares
ni las prioridades de cada país.
Además, la institución supuso equivocadamente
que en la mayoría de los países latinoamericanos dotar a
la población de servicios de salud y educación era más
cuestión de voluntad política que de disponibilidad de recursos.
La estrategia aplicada se basó en dos acciones:
promover reformas de libre mercado y al mismo tiempo restringir la atención
de los programas sociales para concentrarlos en los grupos que más
pudieran aprovecharlos.
El resultado, admite el estudio, fue ''un divorcio entre
crecimiento y política social'', pues los gobiernos dieron prioridad
a la estabilidad macroeconómica y al control del déficit,
y vieron los programas de gasto social como una amenaza al control presupuestal.
''La política social y la estrategia de crecimiento
se volvieron dos cosas separadas, contendientes en una lucha por los recursos
públicos''.
El Banco Interamericano de Desarrollo reconoce que las
políticas que impulsó junto con otros organismos, como el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, no lograron tasas de
crecimiento económico acelerado como las observadas en los años
sesenta y setenta.
El estudio señala que en México, entre 1992
y 2000 el producto interno bruto real por habitante creció a una
tasa promedio de 1.74 por ciento, mientras el porcentaje de personas por
debajo de la línea de pobreza se incrementó 2.84 por ciento.
En cuanto al empleo, base de la estrategia del BID, se
reconoce que a pesar de las reformas para otorgar facilidades al sector
empresarial persisten los altos niveles de desocupación, la inestabilidad
laboral, los bajos salarios, la discriminación, el autoempleo y
el trabajo precario o sin prestaciones, lo que afecta principalmente al
20 por ciento de la población de más bajos ingresos.
El BID señala que durante la década de los
años noventa América Latina y el Caribe apenas lograron reducir
la población en pobreza extrema (quienes perciben hasta un dólar
al día) de 19 a 13 por ciento; sin embargo, aún hay 77 millones
de indigentes y 55 millones padecen hambre. El número absoluto de
pobres, agrega, se incrementó en siete países y la mitad
de este aumento se concentró en Brasil y México.
De mantenerse estas tendencias, advierte, sólo
ocho países de la región podrán alcanzar las Metas
del Milenio, entre ellas reducir a la mitad el número de personas
en miseria para 2015, mientras en cinco naciones el número de pobres
seguirá en aumento.
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