Desde esa corriente presionó, condicionó y negoció acuerdos, señalan perredistas

Muchos servidores públicos deben el cargo al líder de la CID

RAUL LLANOS Y GABRIELA ROMERO

Son muchos los servidores públicos quedeben el cargo a René Bejarano. Su indeleble huella está presente en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), la Cámara de Diputados, la dirigencia capitalina del PRD, el gobierno central y en las delegaciones políticas.

De acuerdo con dirigentes del sol azteca, hasta antes de que se dieran a conocer públicamente las videograbaciones cuando recibe dinero del empresario Carlos Ahumada, Bejarano era el principal dirigente y negociador de la Corriente de Izquierda Democrática (CID).

En épocas de elección, dentro del partido o fuera de él, detallan, el ex presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF era quien ponía o quitaba nombres y aprobaba o rechazaba los puestos a asignar. Total, que "por sus manos pasaban todos los que aspiraban a un cargo de elección popular o partidista, y su palabra era ley".

Desde la CID, el ex diputado local presionó, condicionó y negoció acuerdos con otras corrientes perredistas -fundamentalmente con Nueva Izquierda y los roscas (rosaristas y cardenistas)- para colocar a incondicionales o recomendados suyos como delegados políticos, diputados locales y federales, funcionarios de gobierno o dirigentes del partido en esta ciudad, y hoy toda esa estructura sigue intocada.

En entrevista, los líderes del sol azteca de diversos ámbitos de los poderes Ejecutivo y Legislativo detallan que en el caso del Gobierno del DF se estima que 70 por ciento de los mandos inferiores son de la CID, como coordinadores vecinales o delegacionales, jefes de unidad departamental, promotores de salud, enlaces de seguridad pública, que forman parte de esa estructura partidista.

Sus principales representantes en la administración capitalina son, entre otros, Francisco Garduño, secretario de Transporte; Martha Bejarano, directora del DIF; Eduardo Cervantes, director general de Participación Ciudadana, y Manuel Oropeza, de la Dirección de Gobierno.

En la dirigencia estatal del PRD la mano de Bejarano también está presente. Ahí colocó a Agustín Guerrero, dirigente del Comité Ejecutivo Estatal; Agustín González, quien -aseguran miembros del partido local- fue removido como vocero del partido, pero se niega a dejar sus oficinas; también mantiene el control en el área de Finanzas, donde despacha Ariadna Montiel, integrante de su misma corriente, junto con Roberto López, Martha García Rocha y José Luis Tello, entre otros.

Hasta la Asamblea Legislativa y la Cámara de Diputados también se extiende la red de la CID, pues en la contienda interna por definir a los candidatos a esos cargos, René Bejarano logró colocar muchas de sus propuestas, algunas de las cuales habían perdido la candidatura por una delegación, como Marcos Morales o Susana Manzanares.

Sabido es que en la ALDF existen diputados con el sello de la CID: Aleyda Alavez, Juan Manuel González Maltos, José Guadalupe Jiménez, Araceli Vázquez, Elio Bejarano, Maricela Contreras, Guadalupe Ocampo, a quienes se les suman aliancistas como Guadalupe Chavira, Pablo Trejo, Alfredo Hernández Raigosa y Gerardo Villanueva.

Ni qué decir de los jefes delegacionales, toda vez que la CID tiene expresión en Virginia Jaramillo, de Cuauhtémoc; Ignacio Ruiz, de Cuajimalpa; Fátima Mena, de Tláhuac; Laura Velázquez, de Azcapotzalco; Faustino Soto, de Xochimilco, e incluso Leticia Robles, de Alvaro Obregón, quien anunciara su salida de esa corriente luego de que Bejarano la señalara de haber recibido dinero de Ahumada. Por cierto, a todos ellos la autoridad electoral solicitó su testimono sobre los recursos externos que habrían recibido para sus campañas.