Calla la SEP ante expulsiones de niñas con sida

Demandan ONG que intervenga la CNDH por la violación de derechos

VICTOR BALLINAS

Las niñas Alejandra, en Ocozocuautla, Chiapas; Jazmín, en Acapulco, Guerrero; Adriana, en el Distrito Federal, y otra menor, de la que se desconoce el nombre, en Querétaro, fueron expulsadas de sus escuelas por estar infectadas de sida. Las autoridades educativas de esas entidades las echaron de sus planteles violando los derechos humanos de las menores y permitiendo que padres de otros niños agraviaran su dignidad.

Son niñas que viven en la pobreza, en lugares donde la ignorancia de los padres de familia y la falta de claridad en las políticas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para estos casos han provocado que sean segregadas, agraviadas e insultadas. Incluso sus compañeros de clase les hacían valla y les gritaban ''sidosas''.

Los casos de Adriana, Jazmín y Alejandra se hicieron públicos y no fueron una estadística más en la cifra negra de alumnas expulsadas por padecer la enfermedad. Ellas tienen rostro, nombre y apellido.

Para ellas, como para todos los niños enfermos de sida, las organizaciones Colectivo Integral para la Atención a la Familia (Cifam); Grupos de Amigos en VIH-sida (Gavih); Red por los Derechos de la Infancia; Comité Técnico de Observación y Vigilancia; Salud Integral para la Mujer (Sipam), Letra S, Salud, Sexualidad y Sida, y Ave de México exigen que el titular de la SEP, Reyes Tamez Guerra, asuma su responsabilidad.

Desde que empezó la pandemia del sida se han recibido quejas sobre niños y niñas expulsados de sus escuelas o a quienes les niegan la inscripción. Desde 1990, año en que surgió la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ''a las quejas se sumaron las peticiones de que intervenga la SEP, pero esta secretaría ha hecho caso omiso'', denunciaron las organizaciones civiles.

"Aquí estamos ante la negligencia de Reyes Tamez. ƑQué ha hecho para evitar que expulsen a los menores de sus escuelas por padecer sida? Se le ha pedido de muchas formas que atienda el problema y no lo hace. ƑQué espera para actuar? Ahí hay negligencia, indolencia y él tiene que asumir su responsabilidad'', subrayaron.

Silvia Panebianco Labbé, coordinadora de derechos humanos del Comité Técnico de Observación y Vigilancia Ciudadana (Mexsida), presentó una queja ante la CNDH, dirigida al presidente de ese órgano, en la que demanda que haya una recomendación general -a gobiernos federal, estatales y municipales, así como a autoridades educativas y de salud- con el objetivo de que ''no haya ni un solo caso más de niños expulsados por estar infectados de sida".

El 10 de marzo se presentó la queja en la CNDH, y ahí se detallan los casos recientes de Alejandra, Jazmín, Adriana y la menor de Querétaro.

Se cuestiona al ombudsman nacional por resolver casos de este tipo mediante la "amigable composición". A José Luis Soberanes las ONG le preguntan: "ƑCuántos niños más deben ser sometidos al sufrimiento y a la humillación? ƑA cuántos niños más se les va a hacer valla en sus escuelas y sus compañeros les gritarán sidosos?".

Alejandra, la niña de Ocozocuautla, es huérfana. La cuida su abuela, de casi 70 años, quien narra: "no supe de qué murió mi hija, pero cuando mi nieta empezó a estar mal y mal, empecé a sospechar algo". Tres años tenía Alejandra cuando su abuela se enteró de que tenía sida.

La ONG señala que ''para protegerla la abuela no dijo nada en la escuela y la inscribió. La niña empezó con molestias y los maestros se dieron cuenta. En un pueblo pequeño todo se sabe; se corrió la noticia. Los padres de familia pidieron que se expulsara a la menor. 'ƑPara qué quiere estudiar, si de todas formas se va a morir?', argumentaban los padres de familia. Otros dijeron que estaban dispuestos a pagar un maestro particular, pero que no la querían en la escuela".

Las organizaciones denunciaron que "la presión de los padres de familia hizo que el director de la escuela la expulsara. Esto pasa por la falta de información; la SEP no ha hecho su tarea. No ha informado a los maestros que el contagio no es por la saliva, no se enferman por saludar ni por un beso, ni siquiera por un piquete de mosco".

La SEP, denunciaron, no ha hecho lo que le corresponde. Además, "no puede ser que el titular de la Secretaría de Salud (Julio Frenk) tenga que ir a una escuela a hablar para que acepten a una niña expulsada por tener sida, y resolver el caso. ƑPorque, en cuántos casos más podrá ir el secretario de Salud a resolverlos? ƑLe alcanzará su agenda?"

Este es un problema de educación, sostienen las organizaciones civiles. "Los maestros no pueden discriminar a los niños y niñas enfermos. Cuando éstos asisten a una escuela no deben segregarlos; por qué les impiden jugar con los otros niños, por qué no los dejan salir al recreo o ir al baño. Este es un problema de educación", insisten.

Durante la conferencia de prensa, la madre de una menor manifestó: "šBasta ya de estigmatizarnos! Cuando mi hija me pregunta: 'Ƒpor qué no quieren jugar conmigo los niños?', se me desgarra el alma. ƑCómo le explico? ƑPor qué se ensañan con ellos, por qué?"

La madre de Adriana no soportó el dolor y rompió en llanto, provocado por el sufrimiento de su hija. La pequeña no sólo tiene que padecer el sida, sino que a este mal se suma el daño sicológico que le causó el ser expulsada y rechazada en la escuela. "La maestra le dice: niña tonta, niña burra".

Explica: lo que pasa es que "mi hija no avanza en sus estudios al mismo ritmo que los demás alumnos. Y por eso la maestra la agrede, la humilla; pero mi hija quiere estudiar..."

Adriana es una menor de siete años, fue excluida de la escuela en el Distrito Federal. La madre narra su desesperación: "nos rechazan los doctores, los maestros, los vecinos. Mi hija tiene que padecer esta situación y no sabe por qué. Cuando iba a consulta al Seguro Social la segregaban. En una ocasión, cuando mi hija estaba encerrada en un cuarto, una paciente pensó que estaba sola y se metió a hablar con ella al cubículo. En eso salió la doctora y le gritó a la paciente que había entrado a ver a mi hija: 'no puede estar ahí, es contagiosa. Tiene sida'.

"Me indignó ese trato. Le grité que era una ignorante. Que mi hija no podía contagiar a nadie. Que al contrario, una enferma de gripe sí podría poner en riesgo a mi hija", aseveró la madre de Adriana.

Jazmín es huérfana, reside en el albergue de la asociación GAVIH, porque sus padres murieron y no tiene más familiares. Ella fue excluida de la escuela por la presión que ejercieron los padres de familia; en particular un médico militar que "amenazó a la directora de la escuela con hacer público el estado de salud de la menor. Como era una escuela privada, la maestra accedió a expulsar a la niña".

Y, hay otro caso de una menor expulsada de un plantel escolar en Querétaro. "No tenemos el nombre, pero sí sabemos que está en una comunidad rural y también conocemos que la niña es huérfana", aseguraron las ONG.

"Queremos que el Estado cumpla sus compromisos internacionales. Que se respete a los niños. Que tengan el derecho a estudiar, jugar, a recibir medicinas. Que la CNDH, la SEP y todas las autoridades atiendan el problema de las y los niños expulsados", estas son las exigencias de familiares de los infantes infectados y de las ONG.