México D.F. Martes 2 de marzo de 2004
El escritor chileno ganó el premio Planeta
2003 por su novela El baile de la Victoria
La marginalidad en AL, terreno propicio para cultivar
la picaresca, dice Antonio Skármeta
CESAR GÜEMES
Niega ser documentalista, expresa carecer de afanes sociológicos
y afirma que no escribe para probar teoría alguna. Sin embargo,
Antonio Skármeta obtuvo el premio Planeta 2003 por El baile de
la Victoria, novela que se sostiene en personajes pertenecientes a
los sectores más desprotegidos de su natal Chile.
''Conozco muy bien al pueblo chileno, a las personas que
no están cerca del poder ni del dinero, que tienen un nivel de vida
inferior al que se merecen y fueron heridas por una dictadura de la cual
restan huellas todavía", manifiesta.
Reconocido desde que dio a conocer en 1969 con Desnudo
en el tejado, libro que le valió el premio Casa de las Américas,
alcanzó celebridad desde que se popularizara su trabajo con El
cartero de Neruda.
Con
El baile de la Victoria, Skármeta refrenda la persistencia
de la picaresca, de la cual dice que ''está permanentemente del
todo viva en el cine y la literatura contemporáneos.
''Es una de las salidas que tienen los que viven en mundos
precarios y marginales para intentar cambiar su situación. Y como
América Latina está llena de personajes que viven en la marginalidad
o semimarginalidad con respecto al poder, hablamos de un terreno muy propicio
para la picaresca.
''Mis personajes son pícaros pero en un sentido
poético. Sujetos a los que la vida lleva a aguzar el ingenio en
una sociedad muy concreta, como la chilena, que tiene su propio repertorio
de temas y problemas, que son mucho más acotados de la gran época
de la picaresca española."
Humor y gracia para vivir
-¿Fue necesario explorar el mundo de la delincuencia
en Chile, o cómo llega a ese ámbito que se imagina cerrado,
críptico?
-No soy documentalista. No hago ficción para probar
alguna teoría. Carezco de afán sociológico al respecto.
Mis personajes son absolutamente ficticios, crecen en mi alma y mi imaginación.
Pero soy un chileno que vive en Chile y cuando los personajes están
maduros dentro de mí, los hago meterse a esa realidad que conozco
bien y a ver cómo les va.
''Si con sus anhelos, fantasías y valores que encarnan
pueden superar la realidad o no, es asunto de los personajes. Por eso no
fue precisa una investigación de la delincuencia chilena. Consideremos,
por otra parte, que ese fenómeno es un tema común en Latinoamérica
y la información nos llega a diario en la prensa.
''Conozco muy bien al pueblo chileno, a las personas que
no están cerca al poder, que tienen un nivel de vida inferior al
que se merecen y fueron heridas por una dictadura de la cual restan huellas
todavía.
''Son personas sensibles, llenas de humor y gracia para
vivir. Mis personajes que son delincuentes encarnan, sin embargo, algunas
de las virtudes que detecto en el pueblo chileno, a partir del cual he
construido gran parte de mi obra."
El censo de personajes de El baile de la Victoria
arroja como saldo tres protagonistas. Uno, joven, que ha sido encarcelado
por un asunto menor y vejado en prisión. El segundo, viejo ladrón
que ha caído varias veces en la cárcel, pero que no pierde
su calidad de gentleman. Y Victoria, una mujer de 17 años,
hija de un hombre asesinado por razones políticas y que padece la
ausencia del padre. Con ella se cruzarán los dos pícaros
y entonces se inicia un triángulo. Explica Skármeta:
''Es una relación singular, porque parte de la
fraternidad que se tienen los seres que se saben precarios, que justamente
porque están heridos pueden valorar el dolor del otro. Al profundizar
en sus sentimientos mutuos son capaces de generar una nueva propuesta que
es distinta de la mera aventura delictiva."
-Desde que apareció esta novela sus detractores
lo acusan de ser un escritor esperanzado. ¿Es posible acusar a alguien
de apreciar las facetas gentiles de la vida cotidiana?
-El sentimiento central con el que me paro en el mundo
es la convicción absoluta de que la vida es extremadamente frágil
y vulnerable, y que gracias a la fraternidad de los otros es posible mitigar
el dolor y la angustia.
''El desenlace de El baile de la Victoria, por
cierto, ha provocado el llanto a 50 por ciento de sus lectores.''
-A diferencia de la literatura, donde hasta ahora sólo
se percibe un saldo a su favor, en el hipódromo gana y pierde.
-Hay noches buenas, claro, en que uno gana. Y tampoco
podría decir que sólo voy a las carreras de caballos por
el espectáculo, que es interesante.
''Voy al hipódromo a apostar con la conciencia
de que ahí o se gana o se pierde, no hay tonos medios.''
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