México D.F. Martes 2 de marzo de 2004
El objetivo es "garantizar la seguridad de la
población", aseguran los paramilitares
Rebeldes encabezados por Guy Philippe incursionan
en Puerto Príncipe
La Plataforma Democrática solicitó la
participación de este grupo para restaurar el orden
FRANCOISE ESCARPIT ESPECIAL DE L'HUMANITÉ
Puerto
Principe, 1º de marzo. Los rebeldes del Frente del Norte,
dirigidos por Guy Philippe y Joel Chamblin, incursionaron este lunes en
la capital en medio del entusiasmo popular. Su entrada, explicó
Ravix Remysynthe, uno de sus dirigentes, tiene como objetivo "garantizar
la seguridad de la población". Se proponen, en efecto, "recuperar
las armas de las pandillas y tomar, junto con la policía, todas
las disposiciones para controlar a los chimeres (seguidores armados
de Aristide). Es un esfuerzo por dar un respiro a la población".
Esta participación ocurre con la aceptación
plena de Pierre-Robert Auguste, presidente de la Asociación de Empresarios
de L'Artibonite, el departamento norteño donde se inició
el levantamiento armado de estas fuerzas paramilitares. Auguste forma parte
de la sociedad civil que aglutina el Grupo de los 184. Interrogado en el
hotel El Rancho, de Petionville, que se ha convertido en cuartel de los
opositores, afirmó: "Esta gente es parte de la solución.
Tiene un lugar en la seguridad del país como parte de las fuerzas
armadas de Haití. Han rencontrado su misión de defender las
libertades republicanas. Se habían comprometido a deponer las armas
después de la salida de Aristide y precisamente para cumplir con
ese compromiso que no quisieron intervenir en el restablecimiento del orden
de la ciudad sin que se les pidiera formalmente. Pero hoy la Plataforma
Democrática les ha solicitado oficialmente su participación
en la seguridad pública del país y de la capital".
Este acuerdo es preocupante porque si bien se sabe que,
efectivamente, en ese frente armado hay elementos capaces de cumplir a
cabalidad la tarea de reorganizar la policía nacional o el ejército,
también se conoce que en él participan criminales que tienen
cuentas pendientes con la justicia. Varios de ellos, civiles o militares,
son asesinos y torturadores que participaron en el golpe de Estado de 1991,
del general Cedrás, contra Jean Bertrand Aristide.
Dejar el campo libre a estos personajes que martirizaron
a los civiles para deshacerse de los chimeres, que todavía
siguen causando estragos en ciertos rumbos de la ciudad y en el sur del
país, parece una decisión absolutamente irresponsable y permite
prever la creación de un cuerpo destinado más a servir los
intereses de los empresarios que a proteger a la población haitiana.
Sin duda, ésta será una primera fractura
importante en el seno de la Plataforma Democrática.
Traducción: Blanche Petrich
|