México D.F. Martes 2 de marzo de 2004
Sus ingresos anuales equivalen a la mitad del valor generado por la economía nacional
Las cuatro petroleras que buscan instalarse en México controlan casi todo el comercio del gas
JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y VICTOR CARDOSO
Las trasnacionales Chevron-Texaco, Royal Dutch-Shell, Marathon Oil y Sempra Energy, que intentan instalar sistemas de regasificación en la frontera de México con Estados Unidos para abastecer los mercados de ambos países, son los grandes consorcios que prácticamente controlan todo el comercio de ese combustible en el mundo. De manera conjunta esas cuatro corporaciones tienen ingresos anuales de por lo menos 270 mil millones de dólares, cantidad que equivale a casi la mitad del valor generado por la economía mexicana en 2003.
Sus pretensiones corresponden a una estrategia preventiva que Stephen L. Baum, máximo directivo de Sempra Energy, define así: ''El futuro de la energía en Estados Unidos apunta a un mayor uso del gas natural líquido. Ahora, a principios del siglo XXI, la globalización de la energía no resulta un concepto nuevo. Lo que sí nos resulta nuevo es que existe un mercado mundial dinámico que se está desarrollando para el gas natural y se asemeja mucho al que se desarrolló para el petróleo hace más de medio siglo''.
En esta estrategia se prevé que las importaciones de gas de Estados Unidos aumentarán considerablemente en pocos años. Baum pronostica: ''En Sempra Energy, al igual que otros en la industria, consideramos esas entregas actuales de gas natural líquido como un pequeño goteo comparado con las grandes cantidades que hemos proyectado importar como nueva fuente de gas para abastecer las necesidades de Estados Unidos y México''.
Chevron-Texaco, la trasnacional que intenta instalar una planta regasificadora en las inmediaciones de las islas Coronado, en Baja California, es el corporativo de mayores dimensiones del estado de California, donde tiene su sede. Sus ingresos anuales se calculan en más de 92 mil millones de dólares, casi tres veces más que los generados por Petróleos Mexicanos. Ocupa el décimo primer lugar en la producción mundial de gas natural.
Stephen L. Baum, cuyo consorcio intenta instalar una planta regasificadora en Ensenada, Baja California, apunta que ''si bien Estados Unidos aún dispone de grandes reservas de gas natural, la producción interna del mismo ha llegado a su punto máximo y la demanda comienza a superar al suministro'', y advierte: ''aun con las grandes importaciones de gas del Canadá, pronto ya no podremos producir lo que consumimos''.
Un jugador estratégico en el ajedrez del nuevo mercado de gas natural es la firma Shell, corporativo inglés fusionado con la petrolera holandesa Royal Dutch, que cuenta ya con un permiso de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) de México para instalar una planta de regasificación en el puerto de Altamira, Tamaulipas, en el Golfo de México. Los ingresos anuales reportados por esta empresa superan los 135 mil millones de dólares al año. Es el séptimo productor mundial de crudo y el tercero de gas natural, según el anuario estadístico 2003 de Pemex.
Aunque ahora de moda por la cantidad de permisos otorgados para instalar plantas de regasificación en México, el gas natural es un combustible que ha ganado terreno en la industria, principalmente por sus bajos costos y niveles de contaminación.
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