México D.F. Lunes 1 de marzo de 2004
DESDE EL OTRO LADO
Arturo Balderas Rodríguez
Aritmética electoral
PARECIERA QUE el presidente Bush busca complicaciones en su agenda política que por ahora no necesita. Introducir el tema de los matrimonios entre dos personas del mismo sexo es algo que él y sus consejeros deben haber sopesado muy bien, si con ello piensan recobrar la popularidad perdida. El gambito es altamente riesgoso y tal vez sea más costoso de lo previsto.
SERIA LA PRIMERA VEZ en la historia de EU que se enmendara la Constitución para limitar derechos y no para ampliarlos. Así lo han expresado juristas, líderes del Congreso y de derechos civiles, y buena parte de la opinión pública. Es insólito pensar en una enmienda para un problema que no existe, han dicho.
LOS MAS DE 3 MIL matrimonios celebrados al amparo de una audaz decisión del alcalde de San Francisco no han dañado a nadie ni privado de sus derechos a ningún ciudadano, ni mucho menos han afectado la marcha del país. Por ello, un debate para prohibirlos parece innecesario. La guerra en Irak, las armas de destrucción perdidas, el astronómico déficit, el alto desempleo y tantas cosas más que preocupan a los estadunidenses pasaron a segundo término en la agenda presidencial. En cambio, se decidió llamar al referendo para una cuestión que ahondará más la división. Así lo parafrasearon los cuatro precandidatos a la presidencia del Partido Demócrata en su más reciente debate, y así es entendido por quienes han visto en ello una decisión poco inteligente de quienes asesoran al presidente en su campaña de relección.
NO SE SABE a ciencia cierta si el presidente piensa que es necesario preservar la "integridad del matrimonio tradicional" o lo hizo presionado por los millones de votos que representan los devotos de la iglesia evangélica, o para distraer la atención de otros temas. El sector gay del Partido Republicano ha manifestado su desasosiego por la decisión. Muchos se sienten traicionados y han decidido retirarle su apoyo. Parece que las sumas y restas arrojarán un balance menos favorable que el esperado por sus asesores de campaña. Su propuesta de enmendar la Constitución suena un poco a desesperación y a aritmética electoral. Si esto es así, no será extraño que se repitan eventos igualmente sorprendentes en una campaña que amenaza con tornarse en un gran herradero.
ALGO MAS. Por si esos problemas fueran pocos, Alan Greenspan, presidente de la reserva federal, llamó la atención sobre la forma en que el déficit de 3 mil millones de dólares afectará al sistema de pensiones. Previno sobre la necesidad de reducir el monto de los pagos a quienes se retirarán dentro de poco tiempo, pues de lo contrario el déficit aumentará con funestas consecuencias para la economía. La declaración compromete a Bush, pues hace suponer que el funcionario de mayor rango del banco central está alineado con su política fiscal. Greenspan aplaudió el recorte de impuestos hace dos años, pero esta declaración puede interpretarse como la necesidad de evitar nuevos recortes de impuestos para no ahondar más el déficit. Esto dejaría en el aire una de las más caras propuestas de Bush, ahora que inicia su campaña.
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