México D.F. Domingo 29 de febrero de 2004
Estados Unidos llama al presidente haitiano
a "considerar" su dimisión
Mañana "marcharán" paramilitares hacia
Saint Marc y Puerto Príncipe
El gobierno de Bush pide a alzados en armas detener
avance para evitar un baño de sangre
Insta Naciones Unidas a "evitar la violencia y arreglar
las diferencias por medios pacíficos"
AFP, DPA Y REUTERS
Puerto Principe, 28 de febrero. Los grupos armados
que buscan derrocar al presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, dejarán
el lunes próximo Cabo Haitiano (norte) tras instalar una autoridad
civil en la ciudad, "para marchar hacia Saint Marc (oeste) y Puerto Príncipe",
dijo este sábado su jefe político.
"Hay
que impedirle a Aristide que siga matando", dijo Winter Etienne, jefe político
del Frente de Resistencia Nacional haitiano, que controla la mitad norte
del país.
"El objetivo sigue siendo Puerto Príncipe", agregó
el líder rebelde, pese a que el gobierno de Estados Unidos pidió
"a las fuerzas armadas del norte" que detengan su avance, en un comunicado
difundido la noche del viernes por la embajada estadunidense en Haití.
Fue la primera vez que Washington se dirigió directamente
a los paramilitares, lo cual "prueba que nos han tomado en serio", señaló
Etienne a la prensa.
Este sábado, un comunicado de la Casa Blanca afirmó
que "las fuerzas rebeldes que se aproximan a Puerto Príncipe deben
cesar sus actos de violencia para permitir una solución política",
al tiempo que llamó al presidente Aristide a "considerar" su dimisión.
De su lado, el líder de la oposición armada
haitiana, Guy Philippe, anunció este sábado que postergará
por uno o dos días su planeado ataque a la capital, en respuesta
a un pedido de Estados Unidos que leyó en Internet.
Cuestionan al presidente
Estados Unidos, que fuera antiguo soporte de Aristide,
expresó este sábado por la noche que el mandatario haitiano
tiene la culpa de la crisis que amenaza con derrocarlo, y cuestionó
"su capacidad para continuar gobernando".
"Esta crisis cocinada a fuego lento es en gran parte producto
de Aristide", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, en un
comunicado de prensa.
Mientras, el mandatario haitiano reiteró este sábado
en un mensaje televisivo que no renunciará, pese a la presión
internacional.
"Su falta de adhesión a los principios democráticos
ha contribuido a la profunda polarización y a los violentos disturbios
que estamos viendo hoy en Haití" agregó Mc-Clellan, refiriéndose
a Aristide.
Por lo menos ocho personas fueron ejecutadas con un disparo
en la cabeza en Puerto Príncipe al cabo de los disturbios del viernes,
y el sábado yacían en las calles en don-de un día
antes bandas leales a Aristide tendieron barricadas y se enfrentaron a
opositores.
Frente al principal hospital de Puerto Príncipe
se podía ver, en un charco de sangre, el cuerpo de un hombre con
los ojos vendados y las manos atadas a la espalda, con un balazo en la
cabeza.
Los cuerpos de siete jóvenes fueron hallados en
el suburbio Carrefour y otros tres cerca del cementerio de la capital,
en Petionville.
Disparos esporádicos se oyeron durante la noche
del viernes al sábado en diferentes sectores de la ciudad, donde
el caos continúa.
En el hospital adventista, los seguidores de Aristide
incursionaron por lo menos tres veces, según informaron los médicos.
La primera vez fue para tratar a un herido, mientras que
en las otras dos incursiones robaron dinero y medicinas del nosocomio.
La radio independiente Visión 2000 fue forzada
a suspender su transmisión luego que hombres armados dispararan
contra sus instalaciones durante la noche.
"Los disparos que se produjeron en el transcurso de la
noche ocasionaron daños materiales a las instalaciones técnicas,
a los estudios, a la sala de redacción y en la administración.
La radio se detuvo por su cuenta", aseguró el director de la emisora,
Leopold Berlanger.
En un mensaje por televisión a primera hora de
hoy, Aristide dijo que su renuncia -que Estados Unidos, Francia y Canadá
le sugirieron considerar- está "descartada".
El mandatario llamó a los "46 mil empleados públicos"
a retornar a sus puestos de trabajo para de-mostrar al mundo que el Estado
haitiano aún está funcionando.
"Nada de irse, esos son rumores sin fundamentos que son
originados por líderes de la oposición para provocar a la
población y (generar) desórdenes en el país", dijo.
En su aparición televisada, el mandatario también
denunció que André Apaid, uno de los líderes de la
organización opositora civil Plataforma Democrática, es ciudadano
estadunidense.
Aristide calificó de "extranjero" a Apaid y dijo
que "puede seguir contribuyendo al refuerzo de la democracia en Haití,
pero no debe crear el desorden".
Aristide se unió a Estados Unidos y a la Organización
de Naciones Unidas (ONU) en su rechazo a la violencia, y urgió a
sus partidarios a no tomar la ley en sus manos, al tiempo que señaló
a la fuerza de policía -compuesta por unos 4 mil miembros- que debe
"asumir sus responsabilidades".
Tras la aparición de Aristide en la televisión
pública, miles de personas salieron a las calles de Puerto Príncipe
para demostrar pacíficamente su apoyo al mandatario.
La movilización degeneró en hechos violentos
cuando los jóvenes seguidores de Aristide llegados de barriadas
de la periferia capitalina se dedicaron a saquear tiendas.
La zona más afectada fue el puerto, ya que centenares
de personas, muchas armadas, se apoderaban de lo que podían transportar,
constataron corresponsales de medios de comunicación internacionales.
Algunos de los saqueadores po-nían a la venta su
botín en cuanto salían del recinto portuario.
Protesta ante embajada de EU
Asimismo, unos 2 mil partidarios de Aristide se manifestaron
este sábado ante la embajada de Estados Unidos en la capital, en
forma pacífica y ante la mirada de marines que resguardan
el recinto.
Los pocos supermercados que abrieron sus puertas tenían
largas colas, y los precios de los productos se duplicaron en los días
recientes, lo cual los hace inaccesibles a la mayoría de la población.
En tanto, los 537 balseros repatriados por la Guardia
Costera estadunidense, al llegar a esta ciudad fueron objeto de burlas
y humillaciones realizadas por curiosos que atestiguaron su arribo.
"No tengo nada aquí. No puedo alimentar a mi esposa
y a mis hijos. Ahora ni siquiera puedo alimentarme yo", dijo Michelet Poussuoupierre,
uno de los repatriados.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Dominique
de Vi-llepin, quien se encuentra en Pakistán, analizó telefónicamente
la crisis con su colega estadunidense, Colin Powell.
La cancillería francesa también informó
que De Villepine se comunicó con Apaid, con el secretario general
de la ONU, Kofi Annan, y con su homóloga sudafricana, Nkosazana
Dlamini-Zuma.
McClellan, a su vez, reafirmó hoy que su país
continuará trabajando con la comunidad internacional para proveer
ayuda humanitaria a los haitianos, pero advirtió que no habrá
intervención extranjera en el país "hasta que exista una
solución política viable".
Canadá envió este sábado tres aviones
militares para repatriar a ciudadanos que decidieran abandonar Haití,
informó el primer ministro canadiense Paul Martin.
Otro grupo de tres mexicanos, tres austriacos y varios
taiwaneses también salió de Haití hacia Santo Domingo,
a bordo de helicópteros dominicanos enviados al vecino país
para esas funciones.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan,
instó a los haitianos a "evitar la violencia y arreglar sus diferencias
por medios pacíficos", y advirtió que los líderes
podrán ser responsabilizados por violaciones a los derechos humanos
y a la ley internacional.
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