Publican un llamado para defender la inteligencia, en la revista Les Inrockuptibles

Cruzada de artistas franceses contra ''el antintelectualismo de Estado''

Jacques Derrida, Alain Touraine y Bertrand Tavernier figuran entre 15 mil firmantes

Censura el primer ministro Raffarin a los que rechazan ''la sensatez económica''

BERNARDO BOLAÑOS ESPECIAL PARA LA JORNADA

Para unir diversas movilizaciones de los sectores de la cultura y del conocimiento frente a los recortes presupuestarios y otras reformas del actual gobierno francés, la revista cultural Les Inrockuptibles publicó un Llamado contra la guera a la inteligencia el pasado 18 de febrero.

La convocatoria apareció firmada por 15 mil personas, entre ellas muchos de los intelectuales y artistas vivos más importantes de ese país, como el filósofo Jacques Derrida, los sociólogos Luc Boltanski y Alain Touraine, el líder socialista Michel Rocard o el poeta Jacques Roubaud y el director de cine Bertrand Tavernier.

El motivo, aducen los firmantes, es el ''antintelectualismo de Estado" que se manifiesta en las iniciativas del gobierno de derecha liberal del primer ministro Jean-Pierre Raffarin que, en apenas dos años, ha pretendido reducir el número de trabajadores sociales (enfermeras, profesores), establecer sistemas de evaluación y productividad para jueces, regular la profesión siquiátrica para proteger a la sociedad contra el ''charlatanismo", reducir las prestaciones de los trabajadores de la cultura, transferir los subsidios originalmente previstos para los servicios sociales hacia la seguridad pública, flexibilizar el empleo en las universidades y centros de investigación, entre otras medidas.

Divorcio con la cultura

El ataque, expresan los convocantes, es contra los sectores en los que ''la sociedad se piensa, se sueña, se inventa, se activa, se juzga y se recompone".

Resultado de tales medidas serían universidades con menos recursos, laboratorios científicos en creciente deterioro, trabajadores de la cultura sin protección social, estudiantes de doctorado sin becas o jueces desbordados por los expedientes.

El Llamado contra la guerra a la inteligencia surgió de un grupo de periodistas de Les Inrockuptibles, así como de la emisora France Culture, pues deploran que ningún partido político, ni de izquierda ni de derecha, haya denunciado ese antintelectualismo de Estado.

Se rechaza una normalización a la baja de las instituciones europeas que lleven la vida cultural francesa a la situación existente en Inglaterra, a partir del gobierno de Margaret Thatcher o en Italia, con Silvio Berlusconi.

Raffarin respondió el 19 de febrero y rechazó la existencia de cualquier ''monopolio de la inteligencia''. En su contraofensiva, el responsable del gobierno, nombrado por el presidente Jacques Chirac, llamó a emprender una guerra ''contra el inmovilismo'', los que rechazan ''la sensatez económica" y desprecian a Europa y el universalismo, con una nueva ideología de cerrazón y decadencia, de negativa a vivir en la realidad, así como de miedo al futuro".

Raffarin expresó que ''poner en entredicho privilegios no equitativos, denunciar ilusiones, pedir esfuerzos justos y confiar en la iniciativa no es luchar contra la inteligencia, sino poner a Francia en actividad y prepararla para el futuro''.

En su anterior visita a Madrid, el primer ministro francés manifestó querer inspirarse en el modelo de José María Aznar para la promoción del espíritu de empresa, de solidaridad, de familia y de patriotismo.

El llamado adquiere tal importancia que el encabezado de Le Monde del martes 24 señala: ''Entre Raffarin y la cultura, el divorcio se ha consumado''.