Bermúdez ante diputados

La obra de Varo pertenece a México, defiende el CNCA

ARTURO GARCIA Y MONICA MATEOS-VEGA

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) no dialogará con la sobrina de Remedios Varo, sobre la obra de la pintora que fue donada al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por el coleccionista Walter Gruen, misma que ahora reclama Beatriz Varo Jiménez, cuyo valor se estima en 150 millones de pesos.

Durante la reunión de trabajo que sostuvo ayer con diputados de la Comisión de Cultura, la presidenta del CNCA, Sari Bermúdez, manifestó que ''estas obras no pertenecen a la masa hereditaria de la sobrina de la señora Varo.

''Por eso, a pesar de las presiones de la heredera, las autoridades culturales no han dialogado ni dialogarán con ella sobre el tema.

''Estas obras -enfatizó Bermúdez- fueron compradas por Walter Gruen a lo largo de muchos años" y después donadas por éste al INBA.

''Alguien -añadió la funcionaria- en algún lado cometió un error colocándolas dentro de la masa hereditaria" de Varo. Pero ahora, ''son patrimonio de la nación y no pueden salir de México".

Bermúdez recordó que al morir Remedios Varo, la pintora prácticamente no tenía obra en su poder: ''Vendía tan rápido, era tan exitosa, que no había obra en su casa cuando falleció".

Por esa razón, ''insistimos en que esas obras pertenecen al INBA" y ''dialogar con la señora Varo Jiménez significaría aceptar que forman parte de la masa hereditaria".

Gruen compró pieza por pieza

La colección de pinturas y dibujos fue conformada por Walter Gruen, viudo de Remedios Varo, y su actual esposa, Ana Alexandra Varsoviano, tras comprarla pieza por pieza a coleccionistas diferentes, para utilizarla como ''núcleo de futuras exposiciones" (La Jornada, 28/02/02).

En octubre de 2000 el matrimonio cedió ese acervo en comodato al Museo de Arte Moderno (MAM).

El litigio instaurado por la sobrina de la pintora surrealista pretende involucrar las 38 obras exhibidas en el MAM, dando por hecho, para su propio beneficio, que son una ''herencia" dejada por su familiar.

Pero, como ha señalado la crítica de arte Raquel Tibol, ''esos cuadros nunca estuvieron en la masa hereditaria, porque pasaron ya por varias manos. Si llegaron a Walter Gruen, eso no los convierte en masa hereditaria de cualquier heredero que hubiera surgido de Remedios Varo. Este lío, a 40 años de la muerte de Varo, habla de un proceso de avaricia" (La Jornada, 19/02/04).

La ex directora del MAM, Teresa del Conde, confirma que los 38 cuadros ''provenían de colecciones privadas y Walter los compró". Es más, ''no se pueden mover del museo, en su calidad de Monumento Artístico (fueron declaradas así el 26 de diciembre de 2001), excepto con todos los papeleos necesarios".

Por fortuna, escribió Javier Aranda Luna, ''Walter Gruen cuenta con cartas y documentos de los años 60 y 80 que acreditan que, en efecto, él adquirió de otros coleccionistas las 38 obras en litigio. El reportero Huemantzin Rodríguez dio cuenta de algunos de esos documentos en Ventana 22'' (La Jornada, 28/01/04).