Cúmulo de actividades para revalorar la obra del pintor en su centenario natal

O'Higgins conserva vigencia ante las necesidades del ser humano

Quería tanto al hombre que lo convirtió en el tema de su quehacer pictórico, expresa su viuda

El artista refresca la visión del trabajo en un México necesitado de empleo, señala curadora

MERRY MAC MASTERS

Hace ocho décadas en un viaje a Guaymas, Sonora, el incipiente pintor Pablo O'Higgins (1904-1983) se enteró por medio de un artículo de la revista The Arts, de la obra mural de Diego Rivera en la Escuela Nacional Preparatoria.

El joven oriundo de Salt Lake City, Utah, escribió una carta al artista guanajuatense, quien lo invitó a la ciudad de México para conocer ese nuevo movimiento de la plástica.

Ni tardo ni perezoso, O'Higgins se trasladó a la capital donde se incorporó al equipo de pintores dirigido por Rivera, y trabajó en los murales de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y en los de Chapingo.

Lo demás es historia: su participación en el Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios de México, en las Misiones Culturales; su afiliación al Partido Comunista Mexicano; su labor como miembro fundador de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y del Taller de la Gráfica Popular, entre otras actividades.

Velada solemne, el lunes

El centenario del nacimiento de Pablo O'Higgins, que se cumplirá el lunes primero de marzo, desencadenará una serie de acciones para revalorar su obra.

Se trata de la restauración de sus murales en Poza Rica, Veracruz, y Calzontzin, Michoacán; una retrospectiva -habrá otras muestras- de obra selecta para fin de año con dos sedes: el Antiguo Palacio de San Ildefonso, que albergará su obra pictórica, y el Palacio de Minería, donde se verá su gráfica, así como publicaciones, mesas redondas y quizá un coloquio.

El Fondo Editorial de la Plástica Mexicana reditó el tomo Pablo O'Higgins, que ofrece textos de Elena Poniatowska y Gilberto Bosques, mientras que su obra se incluye en el libro La pintura mural en los centros de educación de México, recién publicado por la SEP. En diciembre del año pasado se hicieron 3 mil ejemplares de un calendario, edición que se agotó.

Por lo pronto, el próximo lunes a las 20 horas en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, en Coyoacán, se efectuará una velada solemne en la que participarán su viuda María O'Higgins, Miguel León-Portilla y Luis Muñoz.

Durante el acto se hará una presentación de su obra en disco compacto y habrá un recital con música de César Franck, compositor que el homenajeado solía interpretar, pues primero cursó estudios de música y piano.

El pueblo de Rayones, Nuevo León, prepara un festejo para este domingo 29, ya que allí se encuentran sepultados los restos del artista, por ser el lugar de origen de su esposa, la abogada María de Jesús de la Fuente.

Para María O'Higgins la pintura de su cónyuge sigue vigente en la medida que habla del ser humano, sus necesidades y la no satisfacción:

''Pablo quería tanto al ser humano, pues hizo del mismo hombre el tema de su pintura."

Desde que el pintor murió, María se ha dedicado a ordenar su trabajo.

Leticia López Orozco, del comité curatorial, coincide en que O'Higgins nunca ha sido tan actual que ahora porque toca el tema, entre otros, del trabajo:

''Para él los trabajadores fueron de lo más relevante, como un tema a tratar en relación con el petróleo, la construcción, la industria eléctrica, así como los trapicheros.

''Ahora, justo en este momento que México necesita trabajo, qué bueno que llegue Pablo O'Higgins para refrescar esta visión."

Catorce murales

El homenajeado pintó 14 murales en México y en el extranjero. El Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble ya dio luz verde a la restauración de los murales de Poza Rica y Calzontzin (en este último también trabajaron Ignacio Aguirre y Alfredo Zalce).

Como O'Higgins tiene varias obras murales en Michoacán, María le propuso al gobernador Lázaro Cárdenas Batel la impresión de un folleto alusivo.

Sin embargo, urge una intervención en el trabajo realizado en 1934 en el mercado Abelardo Rodríguez.

Allí, apunta López Orozco, el problema es la obra civil. El conjunto muralístico ejecutado por miembros de la LEAR fue restaurado en 1985.

Pero ''ahora que estuvimos en noviembre allí, vimos otra vez salitre y fracturas. Eso se debe a que la humedad del edificio perjudica la obra.

''Quisiéramos que en el contexto del homenaje se intervinieran los murales y se consolidara el inmueble."

Hay que darle crédito a las autoridades, apunta María, que por fin pusieron una malla para cubrir el techo interior, porque entraban las palomas, defecaban en los muros y degradaban la pintura. Los locatarios del mercado quieren la obra, se han concientizado ahora de eso y la han cuidado".

Del mural que O'Higgins hizo para los Talleres Gráficos de la Nación, cuatro partes las tiene en comodato la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México y las otras siete están en proceso de restauración.