México D.F. Miércoles 18 de febrero de 2004
Se actuará así en los casos de legítima defensa: Bátiz
Libres, dos empleados involucrados en la muerte de un asaltante
SUSANA GONZALEZ G.
Los ciudadanos que actúen en legítima defensa contra quienes pretendan asaltarlos en sus negocios o domicilios particulares pueden tener la seguridad de que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) no ejercitará acción penal en su contra, y cuando mucho "sólo se les quitará un poco de tiempo" para que rindan declaración ante el Ministerio Público.
Así lo manifestó Bernardo Bátiz, titular de la PGJDF, luego de ordenar la inmediata libertad de dos jóvenes empleados de un minisúper de la delegación Coyoacán, que el sábado en la noche forcejearon con un asaltante, quien pereció al recibir uno de los cuatro disparos que alcanzó a hacer con su pistola. No obstante, Jonathan Román Granados y José Israel Vega, de 24 y 32 años, fueron detenidos por los tripulantes de la patrulla COY4 5236 y remitidos ante la 64 agencia del Ministerio Público en la delegación Coyoacán, para esclarecer el deceso de Absalón Osorio Ortega, y permanecieron ahí más de dos días.
"No estuvieron en galeras, sino en áreas de oficina (del Ministerio Público) en tanto se esclarecía perfectamente bien qué pasó. Queríamos también cerciorarnos de que anteriormente no hubiera algunos vínculos o conocimiento de los que llegaron a asaltar (...) Resolvemos lo más pronto que podemos. Como quiera que sea, se trataba de una vida humana y eso justifica que (los empleados) hayan tenido que estar en el MP las 48 horas que nos da la ley", señaló Bátiz al salir de la reunión del gabinete de gobierno y seguridad.
Un video captado por cámaras del minisúper, denominado Planeta Express, localizado en Periférico Sur 5460, colonia Panamericana, así como la declaración de un tercer empleado, que fue testigo del asalto, resultaron determinantes para acreditar la inocencia de ambos jóvenes, dijo el procurador. Osorio Ortega pretendió amagar a Jonathan y José Israel, pero ambos se opusieron y comenzaron a forcejear, además de que repelieron la agresión con botellas de cerveza y refresco para golpearlo en la cabeza.
El asaltante alcanzó a disparar en cuatro ocasiones su pistola, una escuadra calibre 380, pero los empleados lograron desviar los tiros de tal suerte que el abdomen de Osorio Ortega fue blanco de uno de los balazos. Además, las pruebas periciales practicadas por la PGJDF, en específico la llamada prueba de Harrison, determinaron que únicamente Osorio Ortega presentaba huellas de haber disparado arma de fuego.
Una vez que se acreditaron todos los elementos de legítima defensa, "decretamos el no ejercicio de la acción penal y así lo haremos en todos los casos en que el ciudadano tenga que repeler una agresión dentro de su negocio o domicilio", sentenció Bátiz.
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