México D.F. Lunes 16 de febrero de 2004
Parte de un proyecto ecoturístico que
empleará a comuneros
La isla de las muñecas, leyenda que perdura
desde 1952 en Xochimilco
MIRNA SERVIN VEGA
Cabezas y cuerpos de muñecas desvencijadas cuelgan
de árboles y paredes de una cabaña que perdura como rastro
de una leyenda que se ha construido desde hace más de 40 años
en una pequeña chinampa de los canales de Xochimilco, y que hoy
forma parte de un proyecto ecoturístico para promover el empleo
entre los comuneros que aún conservan sus tierras en vez de fraccionarlas.
La isla de las muñecas, visitada por turistas locales
y extranjeros desde hace años, por el peculiar aspecto que don Julián
Santana dio a su vivienda, aloja ahora un pequeño museo con muñecas
viejas traídas por visitantes de distintas partes del mundo, además
de las que él mismo recogió de los canales y basureros desde
que tenía 46 años, hasta 1992, fecha en que falleció.
Este
lugar forma parte de una de las cinco zonas que la delegación Xochimilco
busca promover turísticamente como parte del programa de rescate
de la zona chinampera, y para las cuales se destinó una inversión
inicial de un millón de pesos.
La chinampa, ya famosa por las historias que se cuentan
de ella, dará cabida a espacios para la pesca en estanques naturales
(apancles) y a la venta de comida prehispánica, lo que se estima
beneficiará a 50 familias de la región.
Sin embargo, lo que hoy se perfila como uno de los lugares
de mayor atracción por los cráneos sin cabello y diversas
partes de muñecos que se asoman y dan una apariencia tétrica
a la pequeña isla, fue durante muchos años causa de insomnio
y espanto para otros.
Protección contra espíritus
La historia comenzó, cuenta Anastasio Santana,
sobrino de don Julián, hace 52 años, cuando en el lugar,
donde hoy todavía se aprecia una cruz de madera, se ahogó
una joven.
Poco después llegó don Julián y empezó
a oír ruidos, así que para protegerse del "espanto" y de
los espíritus que presentía en la noche, recogía las
muñecas de los canales y zonas aledañas para que lo protegieran.
Hasta que murió, a la edad de 86 años, don
Julián resguardó más de 300 muñecas o partes
de ellas, regadas alrededor de su precaria vivienda.
"Algunos creen que era brujo o curandero, pero no es cierto.
Siempre se lo dijo a todos los que venían a visitarlo. Colgaba las
muñecas para protegerse."
Anastasio, que justo tiene la misma edad que su tío
tenía cuando se mudó a la chinampa, narra que hay quienes
le insisten en que cuente otras historias más atractivas u oscuras
para atraer a los visitantes, "pero esos son puros cuentos que inventan
los que se quieren aprovechar para cobrar los recorridos".
Sin embargo, su sobrino reconoce que la muerte de don
Julián sucedió en medio de sucesos extraños. "El señor
de las muñecas" en sus últimos años empezó
a cantar, con una guitarra sin cuerdas, a las sirenas que escuchaba y veía.
Justo eso fue lo que hizo minutos antes de caer al agua
víctima de un infarto. Lo único que Anastasio había
observado era un enorme pez que agitaba con fuerza sus aletas y al que
nunca después de la muerte de su tío volvió a ver.
Don Julián vivió los últimos 25 años
de su vida sin salir de la chinampa y murió, relata su sobrino,
justo en el mismo lugar en que la muerte había llegado 52 años
atrás.
Actualmente, señala, en la noche aún se
escuchan los remeros en los canales paleando el agua, pero sin que alguien
los pueda observar.
Anastasio ha decidido preservar la desvencijada cabaña
y su tierra, que para muchos no tendría gran valor por el aún
precario aspecto que tiene la chinampa. Sin embargo, asegura que más
de 10 compradores nacionales y extranjeros se han interesado en adquirirla,
aunque él, insiste, la conservará junto con sus muñecas.
El rescate
De acuerdo con Uriel González Monzón, director
de Fomento Económico de la delegación Xochimilco, estas chinampas,
aun cuando son propiedad privada, son consideradas parte de la reserva
ecológica, por lo que se destina presupuesto para conservarlas.
Parte del trabajo a realizar será la crianza de
especies nativas y actividades que promuevan el esparcimiento familiar.
Asimismo, en esta región, que aún se nota
invadida por la basura y el lirio acuático, también se promoverá
la producción de hortalizas y flores en las chinampas, para que
el visitante valore y cuide el lugar.
La primera fase del proyecto, afirma el funcionario, consiste
en nivelación de terrenos, producción de plantas y apertura
de tanques con filtros biológicos, todo con el propósito
de evitar la expansión de los cerca de 245 predios irregulares que
existen y ofrecer a los comuneros proyectos productivos para que no comercialicen
sus predios para vivienda.
Aun cuando la zona chinampera de Xochimilco recibe un
promedio de 50 mil visitantes al mes, aún se encuentra en riesgo
la declaratoria del lugar como Patrimonio de la Humanidad.
Por este motivo, explicó Uriel González,
la Organización de Naciones Unidas hará una evaluación
en 2005 para verificar que la delegación haya aplicado los criterios
establecidos para el rescate de esta zona.
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