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México D.F. Sábado 14 de febrero de 2004
JAZZ
Antonio Malacara
Charlie Haden y Gonzalo Rubalcaba
CON LAS PROPORCIONES a buen resguardo, cada cual transporta su propia leyenda; aunque la evidencia y el tiempo coloquen a Charlie Haden como maestro y mentor de Rubalcaba. De hecho, fue el veterano y genial contrabajista quien presentó al joven pianista con Bruce Lundvall, presidente de Blue Note Records, para que en 1995 Gonzalo extendiera sus redes al mercado internacional.
EN 1985, DIZZY Gillespie escuchó al Grupo Proyecto y quedó literalmente maravillado con el virtuosismo de Rubalcaba en el piano; tres años después lo invitó a tocar con él en Estados Unidos, pero el gobierno gringo le negó la visa, y no fue sino hasta 1993, a la muerte de Gillespie, que el artista cubano logró ingresar al país del norte para asistir al funeral del maestro del bop. Poco después, en ese mismo año, debutó en el Lincoln Center. La elegancia y la naturalidad para relacionarse con el teclado y la vanguardia, además de la lógica cubana que eventualmente recuperaba y rediseñaba en sus presentaciones, lo convirtieron rápidamente en uno de los pianistas más respetados en el circuito mundial del jazz.
CHARLIE HADEN LO descubrió en 1986, durante una visita a La Habana, y desde entonces supo que aquel veinteañero daría mucho de qué hablar (a pesar de que en aquel entonces algunos jazzistas cubanos lo consideraban demasiado barroco, con un caudal excesivo de notas en sus temas). Juntos (Haden y Rubalcaba) tocaron en festivales tan importantes como el Montreux en Suiza y el de Montreal en Canadá, de donde se desprendió el álbum Montreal Tapes Vol. 4.
POR ESO, CUANDO supimos que Charlie Haden, uno de los más grandes iconos que ha dado el jazz en su historia (y del que se ha hablado de sobra hoy y siempre), visitaría por primera vez nuestro país al lado de Gonzalo Rubalcaba, la emoción nos invadió de manera automática, tan automáticamente como el deseo de que el concierto de este sábado no vaya a girar alrededor del disco Nocturne (Verve, 2001), ya que muy probablemente, y a pesar de los premios Grammy a que se hizo acreedor, se trata de una de las obras menos logradas del maestro Haden.
VEAMOS. ESTE DISCO está conformado por nueve boleros, de los llamados inmortales, seleccionados por Haden y Rubalcaba, además de dos temas de Charlie y un clásico de Gonzalo: Transparence; y son precisamente estas tres últimas piezas las que se pueden rescatar de la obra en su conjunto, ya que los boleros en cuestión surgen planos, sin búsquedas ni riesgos, impregnados de lugares comunes. Con toda seguridad, los temas de Sabre Marroquín, Lara, Manzanero, Farrés o Portillo de la Luz dan para mucho más; pero Haden y Rubalcaba (con esporádicas intervenciones de Pat Metheny, Joe Lovano Federico Britos y David Sánchez) prefieren mantenerse estáticos y predecibles. Sólo al final, en Contigo en la distancia, el contrabajo arremete con algunas figuras interesantes.
PREGUNTAMOS ENTONCES A Julio Rivarola, promotor del concierto, sobre el programa a desarrollar esta noche, y nos afirma que los somníferos de Nocturne no serán el eje central de la tocada. Pero Julio no sabe que Haden y Rubalcaba acaban de grabar un nuevo álbum, Land of the sun, con pura música mexicana, el cual será lanzado a finales de 2004. Seguramente algo de esta Tierra del Sol aparecerá hoy en escena; sólo esperamos que los tratamientos musicales sean diferentes al previo y malogrado manojo de boleros.
TAL VEZ PARA Charlie Haden, quien firma tanto Nocturne como Land of the sun, esta incursión en la bolerística latinoamericana sea uno más de los hallazgos en su ininterrumpida búsqueda de nuevos sonidos. Pero de este lado, sinceramente, estas rolas las disfrutamos más con Toña la Negra, La Rondalla Tapatía, Eugenia León, Los Tres Ases. Wilfrido Vargas o los Hermanos Castro; o bien en los nuevos diseños de Caetano Veloso, Iraida Noriega o Aanderud-Bernal-Puentes. Ya veremos. Salud. [email protected]
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