México D.F. Sábado 14 de febrero de 2004
Dedicado a Grecia, comenzó el encuentro
anual sobre arte contemporáneo
Artistas mexicanos exponen en Madrid su ''disidencia
en la diversidad''
Crece el interés de museos y coleccionistas en
España y Europa por adquirir sus obras
Gabriel Orozco, Melanie Smith, Pablo Vargaslugo y José
Dávila, entre los participantes
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 13 de febrero. El arte actual mexicano
tiene en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, Arco, una
de sus principales plataformas para exponer y difundir en Europa la obra
de sus artistas más jóvenes.
Como cada año, muchas de las piezas que las galerías
mexicanas traen a Madrid pasarán al acervo de importantes centros
de arte españoles y europeos, como el Museo Reina Sofía,
y de coleccionistas privados cada día con más interés
en la diversidad y calidad artística del arte de México.
Con más de dos décadas, esa feria internacional
se ha consolidado como la segunda más importante del mundo, después
de la de Basilea, Suiza.
Arco reúne a 277 galerías del mundo -93
españolas y 184 de otros países- y la visitan más
de 200 mil personas en sólo cuatro días.
La feria, que ayer abrió sus puertas con Grecia
como país invitado, además de difundir y presentar la obra
de los artistas, propicia el debate sobre las nuevas tendencias y las teorías
en boga de la expresión artística de cara al nuevo milenio.
Apertura del mercado al arte mexicano
Jaime Riestra, de la galería mexicana OMR, que
ha estado presente en la feria en 11 versiones, explicó a La
Jornada que el interés en España y en Europa por el arte
mexicano ha sido ''paulatino".
''Sin
duda -prosigue-, Arco es un referente para lograr la apertura del mercado
al arte mexicano, al menos desde hace cinco años, cuando España
y otros países europeos, como Francia y Alemania, se han abierto
muchísimo a coleccionar arte latinoamericano y tienen especial predilección
por México, ya que ese arte suena mucho a escala internacional."
Este año acudieron al parque Juan Carlos I, donde
se desarrolla la feria, seis galerías mexicanas: OMR, Nina Menocal,
Enrique Guerrero, Kurimanzutto, Ramis Barquet y KBK.
Esas galerías participan, todas, en las tres secciones
de Arco: programa general -exposición y venta de obra gráfica
y plástica-; futuribles, que consiste en la difusión de obras
sobre ''la cambiante y dispar realidad", y Project rooms, que incluye
instalaciones seleccionadas con base en dos aspectos: uno conceptual, basado
en la relación entre medio urbano e individuo, y el otro de carácter
selectivo, al exponer las obras que para los curadores es ''lo más
fructífero del arte contemporáneo del año pasado".
José Dávila, de 29 años y originario
de Guadalajara, es autor de una de las obras de la sección Project
rooms.
''Es una instalación sobre una estructura que utilizan
en una escuela de arte de Suiza, donde impartí unos cursos, pero
cuando estaba en ese lugar decidí intervenirla pintando cada cara
de la estructura con un color diferente.''
Sobre la vitalidad del nuevo arte mexicano, Dávila
señaló que ''ahora los artistas jóvenes hacen uso
de distintos soportes en los que hay temas de la vida cotidiana, que a
todos atañe.
''Creo que en los nuevos artistas mexicanos hay una disidencia
en la diversidad, puesto que hay propuestas muy diferentes."
De los artistas mexicanos presentes en Arco figuran, entre
otros, Gabriel Orozco, Cisco Jiménez, Yolanda Paulsen, Pablo Vargaslugo,
Melanie Smith, Damián Ortega, Daniel Guzmán, Rafael Lozano
Gemer y Jonathan Hernández.
Pocos artistas y un módulo más sugerente
Mónica Manzutto, de la galería mexicana
Kurimanzutto, con cuatro años de experiencia en esta feria, explicó
que este año han pretendido concentrarse en ''pocos artistas" y
diseñar un ''módulo más sugerente", al contar con
un cuarto de proyecciones en el que se puede ver un video de Damián
Ortega sobre una animación y otro más de Jonathan Hernández
sobre la estatua de Velázquez, en Madrid.
La galerista, que también exhibe obra de Gabriel
Orozco -unas cajas de cartón pintadas con acrílico-, explicó
que ''Arco es muy importante, porque fue nuestro punto de entrada a Europa
y nos permite tener una relación constante con instituciones y coleccionistas
que nos apoyan".
Asimismo, Jonathan Hernández presenta una selección
del trabajo al que ha dedicado los cinco años anteriores, centrado
en el fenómeno del turismo masificado, que observa con ironía
y actitud crítica.
''Este tema lo expongo desde puntos de vista críticos,
con cierto humor e ironía, como en el caso específico de
dos piezas: en una hay una columna con varios letreros de lugares del mundo
y las fechas en las que ocurrieron atentados, muertes trágicas o
desastres naturales que a la postre se han ido asimilando, al menos en
algunos casos, como atractivo turístico. Por ejemplo, Nueva York,
el 11 de septiembre o la ciudad de México en el temblor de 1985.''
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