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México D.F. Lunes 9 de febrero de 2004

Envenenada con plomo, el agua de Washington

Miles de hogares afectados; opacan el tema los presuntos atentados bioterroristas

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 8 de febrero. Soldados en trajes blancos antibioterror que entran con cautela a oficinas del Senado, sirvieron esta semana de recordatorio de que la capital de este país es un lugar peligroso para vivir.

Todo el mundo supo del supuesto atentado ''bioterrorista'' con ricina en días pasados, y aquí recuerdan el caso aún no resuelto de los ataques con ántrax hace dos años. Pero pocos se han enterado de un ataque mucho más amplio y de mayores consecuencias potenciales: el agua potable de esta capital está envenenada con plomo, que causa daños cerebrales a los niños.

Mientras la mayoría de los residentes, aun los que viven cerca del Capitolio, bostezan al escuchar las noticias sobre los atentados con ricina -un veneno mortal- y muestran poco interés por las instrucciones para inspeccionar con guantes de plástico su correspondencia, los políticos se han centrado en el descubrimiento del tóxico en las oficinas del senador Bill Frist, líder de la mayoría en el Senado, como otra justificación para la permanente guerra contra el ''terrorismo''.

"Considero esto un atentado terrorista contra mi vida", declaró el senador Frist. Funcionarios federales caracterizaron el descubrimiento del polvo de ricina en la oficina de correos del legislador como un "atentado bioterrorista".

Pero a pesar del uso de la palabra "terrorista", concepto que en la mentalidad pública se ha convertido en sinónimo de oscuros grupos de Medio Oriente como Al Qaeda, no hay por el momento ninguna prueba de que este atentado haya sido realizado por Osama Bin Laden y sus simpatizantes. De hecho, cuando hoy se preguntó a Frist si este atentado fue cometido por terroristas internacionales, respondió: "no tengo la más remota idea".

El senador republicano podría no saber, pero las autoridades sí tienen una teoría sobre los responsables, y no se trata de Al Qaeda. Por el momento, la teoría más viable es que el envío de ricina a las instalaciones senatoriales, junto con otro incidente similar en el que el mismo veneno fue enviado a la Casa Blanca, fue obra del enloquecido dueño de una empresa camionera del sur de Estados Unidos, que se autonombra El ángel caído.

La carta con ricina enviada a la Casa Blanca en noviembre pasado contenía un mensaje de este ángel amenazando con más atentados si el gobierno federal no anulaba nuevas regulaciones que limitan las horas de trabajo que puede cumplir un chofer de camiones cada día.

Una carta parecida fue detectada en una oficina de Correos en Carolina del Sur en octubre pasado. Muchos empresarios de fletes de camiones y choferes han opinado que los límites sobre las horas de trabajo, como medida de seguridad, amenazan la viabilidad de esa industria.

"Creo que es más probable que sea ese mismo chofer o alguien que le está copiando, no un terrorista significativo", estimó la científica Barbara Hatch Rosenberg, experta en armas químicas y biológicas y profesora de la Universidad Estatal de Nueva York.

En entrevista con La Jornada afirmó que "la ricina es fácil de fabricar y es fácil de encontrar como subproducto de la fabricación de aceite de ricino". Agregó que es preocupante que las autoridades no hayan logrado arrestar a alguien por el envío de ántrax al Senado y a varios medios informativos hace dos años.

Rosenberg fue la primera en declarar públicamente que los atentados con ántrax probablemente eran obra de un ex empleado de la CIA experto en armas biológicas o un científico del gobierno disgustado con sus jefes, o algo así, no un atentado promovido por Saddam Hussein o Al Qaeda.

El gobierno, que durante meses descartó esa explicación, finalmente reconoció que ahora también suponía que el responsable probablemente era un experto o científico estadunidense.

Sin embargo, hasta la fecha no se ha detenido a nadie (las autoridades casi arrestaron el año pasado a un científico que había trabajado para el gobierno).

O sea, al parecer la mayor amenaza a los residentes de Washington desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 no es Osama Bin Laden ni agentes de gobiernos enemigos, sino otros ciudadanos estadunidenses. El problema es serio, ya que no hay una solución fácil a la mano; no hay un país que bombardear o invadir, ni un líder extranjero que amenazar y acusarlo de albergar terroristas.

Claro, el hombre de quien las autoridades sospechan que es autor de los atentados con ántrax vive en el vecino estado de Maryland, y las cartas de ricina del ángel caído fueron enviadas por correo desde Carolina del Sur. Tal vez Washington tendrá que advertir a esos dos estados que, si no entregan a estos criminales, serán sujetos a bombardeo e invasión.

Conversaciones con varios residentes sugieren que la opinión general es que si los pobladores no abandonaron Washington después de los atentados con ántrax, un poquito de ricina no provocará un éxodo. Algunos dijeron que están desempolvando las máscaras antigás que compraron hace dos años y verificando su cinta adhesiva y mantas de hule que -de alguna manera que pocos entienden- son suficientes para protegerse contra un ataque biológico y/o químico.

Pero nada de eso protege contra el peor atentado contra la salud de la población de esta capital. En las calles, todos hablan más del agua potable que de la ricina. El pasado fin de semana, el Washington Post reveló que el agua potable en los hogares de unos 100 mil residentes contiene niveles peligrosos de plomo, que podría causar daños cerebrales a niños pequeños y en órganos internos a los adultos.

Las autoridades municipales insisten en que están esperando resultados de investigaciones más amplias antes de anunciar el peligro a los residentes, pero eso no tranquiliza a las familias que han bebido esa agua durante los últimos años.

Ahora es difícil encontrar agua embotellada en la capital; después de la nota del Washington Post, nerviosos residentes compraron casi toda la existencia de las tiendas. ƑTal vez México podría ofrecer un poco de su agua para asistir al país vecino en esta emergencia?

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