México D.F. Lunes 9 de febrero de 2004
La aplicación, que costaría $10,
se haría a los cerdos, principales transmisores del mal
Vacuna desarrollada en la UNAM erradicaría la
cisticercosis en México
La enfermedad, causa número uno de trastornos
neurológicos, explican expertos
KARINA AVILES
Una de las enfermedades que muestra el verdadero rostro
del subdesarrollo mexicano, la cisticercosis, puede ser erradicada del
país con la aplicación de una vacuna desarrollada por científicos
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A escala nacional, se calcula que 10 por ciento de la
consulta de neurología es de pacientes que presentan la enfermedad
y que cuatro de cada 100 personas a las que se les practicó una
autopsia tuvieron el padecimiento.
La vacuna, que es la primera en su tipo en el mundo, está
diseñada para beneficiar principalmente a los sectores poblacionales
de menores ingresos, pues es justamente en las zonas marginadas donde la
transmisión de la parasitosis es todavía muy alta. Existen
pueblos en México en los que 9 por ciento de los individuos está
infectado.
Tras 15 años de investigaciones, el proyecto, coordinado
por la doctora Edda Sciutto, del Instituto de Investigaciones Biomédicas
(IIB) de la UNAM, se encuentra en su fase final. El biológico ya
está listo para ser producido masivamente. Tiene un costo de 10
pesos, aunque los investigadores universitarios trabajan en una nueva versión
para reducir el precio hasta dos pesos por dosis.
Sciutto explica que se trata de una vacuna de aplicación
en los cerdos porque el modo de transmisión más frecuente
en las comunidades rurales ocurre mediante ese animal.
La enfermedad está relacionada con condiciones
de marginación, de falta de higiene y crianza de cerdos rústicos,
que son aquellos que andan al aire libre y, como sus dueños
no los pueden alimentar, comen basura con heces humanas, lo cual constituye
un elemento fundamental para mantener el ciclo de vida del parásito,
apunta.
Dicho ciclo es esencial para entender el desarrollo de
la vacuna: el ser humano es el portador de la Taenia solium, llamada
solitaria. Este gusano adulto produce huevos que se liberan al medio ambiente
por medio de las heces fecales. Y los huevos que contaminan aguas, verduras,
alimentos y polvos los puede comer el cerdo o el hombre. En los dos casos,
el resultado es adquirir la cisticercosis. Pero además, el ciclo
se completa porque el hombre se come el cerdo infectado, con lo cual desarrolla
la teniasis.
Por esa razón, la idea es vacunar al cerdo para
interrumpir el ciclo y prevenir la enfermedad humana, "así prevendríamos
la teniasis y la infección en el ambiente", añade.
La cisticercosis: vergüenza nacional
La
profesora emérita de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia,
Aline Aluja, quien también es una de las principales colaboradoras
del proyecto, expresa que dicha enfermedad no tendría por qué
existir en el país, pues con la simple inspección sanitaria
de carnes y la colocación de letrinas para evitar el fecalismo al
aire libre podría controlarse.
"La cisticercosis es una vergüenza nacional. En Europa,
a finales del siglo XIX, la enfermedad ya se tenía bajo control",
indica. Pero en México, la realidad es otra. En los pequeños
pueblos, donde la pobreza azota a los habitantes, no hay rastros, no se
cuenta con inspección sanitaria, no existen letrinas, por lo que
se dan las condiciones ideales para la transmisión del parásito.
Justamente en los estados de mayor pobreza en el país,
como en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Morelos y estado de México, los
pobladores crían estos cerdos, que para ellos son como "una especie
de policía sanitaria, pues al comerse el excremento y la
basura que la gente tira, ayudan a la limpieza de los lugares", explica.
De acuerdo con sus investigaciones, el promedio de la
prevalencia de la cisticercosis en los cerdos es de 10 por ciento en las
regiones rurales, aunque ha localizado pueblos en los que hasta 33 por
ciento de estos animales tienen el parásito. Los cerdos rústicos
representan de 30 a 40 por ciento -que significan 3 millones 600 mil
a 4 millones 800 mil- de un total de 12 millones de cerdos que hay en el
país, especifica. Se calcula que entre 25 y 30 por ciento de los
cerdos en México no pasan ninguna inspección sanitaria, apunta
el director del IIB, Juan Pedro Laclette.
La problemática no se reduce a las zonas rurales.
En Morelos -el estado en donde los investigadores de la UNAM reconfirmaron
la capacidad protectora de la vacuna e iniciaron una campaña de
control mediante un estudio a nivel estatal sobre la prevalencia de cisticercosis
porcina- la tercera parte de los cerdos salen de los pueblos para consumo
en medio urbano, advierte Sciutto.
Es decir, señala la investigadora, de 60 mil cabezas
que hay en aquel estado, 20 mil llegan a zonas urbanas. De éstos,
alrededor de 2 mil 400 están infectados y la población se
los come.
La ciencia al servicio de la sociedad
El desarrollo de la vacuna es un buen ejemplo para decirle
a la sociedad que la investigación científica contribuye
a la solución de los problemas de salud, enfatiza Laclette. El directivo
destaca la importancia de este adelanto científico porque, entre
otras razones, la cisticercosis es la causa número uno de los trastornos
neurológicos.
Pero, por otro lado, añade, es una enfermedad parasitaria
que representa un alto costo para el erario público. Aunque no hay
datos recientes, un estudio realizado en los 80 reveló que los gastos
a causa del padecimiento ascendían a 300 millones de dólares.
Sin embargo, los costos en términos sociales y
económicos se podrían evitar, ya que la enfermedad "es prevenible",
dice la doctora Sciutto.
La coordinadora del proyecto explica que la vacuna ya
pasó todas las pruebas y supervisiones de las autoridades federales.
"Si obtenemos el registro y la Secretaría de Agricultura aprueba
el proyecto", la vacuna comenzaría a aplicarse en junio en Morelos
y posteriormente a nivel nacional.
Los laboratorios Silanes, de capital mexicano, financiaron
parcialmente la fase de evaluación del biológico y serán
los encargados de producirlo. A lo largo de la investigación, especifica,
también han participado otras fuentes de financiamiento como el
Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt), la Dirección
General del Personal Académico de la UNAM, así como instituciones
internacionales.
Para reducir aún más su costo, los investigadores
del área biomédica evalúan otros métodos para
presentar la vacuna, uno de ellos es con base en fagos filamentosos y también
se analiza la posibilidad de producirla mediante plantas transgénicas,
apunta.
El biológico está compuesto por tres péptidos
sintéticos o moléculas pequeñas. La forma de administrarlo
es mediante una inyección. Se trata de la "primera vacuna a nivel
mundial diseñada específicamente contra la cisticercosis
porcina y evaluada en campo por autopsia", destaca.
Mediante las distintas evaluaciones llevadas a cabo, se
confirmó que la vacuna tiene la capacidad de reducir 98 por ciento
de los cisticercos instalados y, en términos de reducción
del número de cerdos infectados, su efectividad es de más
de 50 por ciento, señala Sciutto.
En este sentido, Juan Pedro Laclette aclara que ninguna
vacuna, a excepción de la de la viruela, protege ciento por ciento:
"así que no se requiere una vacuna perfecta para erradicar una enfermedad.
La poliomielitis fue reducida de manera importante con la vacuna, la cual
tenía una capacidad protectora de alrededor de 90 por ciento".
Los científicos destacan que ahora está
en manos de las autoridades eliminar del país este padecimiento
asociado a condiciones de pobreza, que en muchas otras naciones ya fue
suprimido desde hace 100 años
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