Walter Gruen

ƑAsí se salvan las herencias?

El rechazo general que provocó el sorprendente fallo de la juez Rebeca Florentina Pujol Rosas me obliga a contestar con objetividad. La juez me había convocado para una entrevista. Ante mi gran sorpresa encontré también a los abogados de la contraparte, y se me sugirió un "arreglo", en el sentido de dividir la colección de Remedios Varo que yo había donado al pueblo de México, la cual se encuentra en exhibición constante en el Museo de Arte Moderno (MAM) de México.

La proposición de "arreglo" fue de dividir la colección y venderla. El abogado del INBA contestó enfurecido que con la propiedad del Estado no se harían negocios. El coleccionista y crítico de arte estadunidense Salomón Grimberg consideró esta proposición (que no es la primera) obscena.

A la prematura muerte de Remedios Varo, su hermano repentinamente se interesó en una "herencia para la única familia" de la pintora, y exigió un cuadro, la cantidad de 8 mil dólares y un juego de plata para su hija Beatriz, quien se estaba casando. Remedios Varo, quien tuvo la suerte de fascinar a los coleccionistas con su obra y vender toda su producción, había dejado como última pieza sin vender Naturaleza muerta resucitando, extraordinario cuadro que no estaba seco aún.

Una vez seco, lo hice barnizar y lo llevé, junto con lo demás exigido, a la verdadera heredera, Ignacia Uranga, madre de Remedios Varo, quen vivía en una pensión católica en Huarte, suburbio de Pamplona, España. Con lágrimas, esta buena mujer me recibió junto con la herencia.

A su muerte y la del hermano de Remedios Varo, el cuadro pasó a manos de Beatriz, su sobrina, quien después de la gran retrospectiva en el Museo de Arte Moderno, en 1994, que atrajo más de 200 mil visitantes, no tuvo cosa más urgente que subastarlo en la casa Sotheby's por la ridícula suma de 550 mil dólares. Esto debió despertarle el hambre por dinero, que quiere satisfacer con la inmunda proposición de dividir y vender la colección del MAM.

Logré reunir esta colección con mucho dinero, recomprando cuadros de Remedios Varo para formar un núcleo inicial, destinado a exposiciones como la de Madrid 1988, Tokio 2000, Washington 2001 y Chicago.

Se infiere que nuestra colección donada al Estado necesita comprobación de su legalidad, para lo que estamos comprobando la compra de cada pieza de diferentes coleccionistas, sin heredarlo. De esta manera nuestra colección representa bienes privados que no se pueden poner en duda.

De otra forma, todas las colecciones privadas entrarían en riesgo por tener que comprobar su origen legal.