México D.F. Lunes 9 de febrero de 2004
Se perdieron 87 mil 282 puestos de trabajo en la primera quincena de enero
Junto al persistente desempleo, el mercado interno sigue debilitado: CI
México no califica satisfactoriamente en competitividad y regulación, dice el CEESP
ANTONIO CASTELLANOS Y JUAN A. ZUÑIGA
El avance macroeconómico -niveles históricos en reservas internacionales, inflación y tasas de interés a la baja y riesgo país aceptable-, contrasta fuertemente con el comportamiento de la economía real: elevados niveles de desempleo, contracción de la actividad manufacturera, debilitamiento del mercado interno y moderado dinamismo del sector exportador, advirtieron los economistas de Consultores Internacionales (CI). Cifras oficiales revelan que en los primeros 15 días de enero se perdieron 87 mil 282 empleos.
La mayor parte, 85 por ciento, fueron permanentes, sector donde fueron cerradas 74 mil 315 plazas. En tanto, entre los eventuales se afectó a 12 mil 967 trabajadores. Esto significa un incremento casi automático de la economía informal, precisaron los especialistas. ''Nadie puede lanzar las campanas al vuelo, porque el empleo observará una recuperación parcial e insuficiente''.
Por su parte, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) informó que las empresas trasnacionales consideran que el costo para establecerse en México es cada vez más elevado y ello inhibe la inversión extranjera. Precisó: ''El ambiente de negocios en México se encuentra en un punto de inflexión tanto a escala nacional como internacional''. México no califica satisfactoriamente en materias como competitividad, corrupción y regulación.
Consultores Internacionales expusieron que aun cuando 2004 se percibe mejor, dista de presentar un escenario optimista. La economía mexicana mantendrá su fortaleza macroeconómica, pero tendrá el reto de reactivar su planta industrial, generar empleos y encontrar el camino para alcanzar un desarrollo económico y social a largo plazo. El panorama se complicará porque el presente será un año intensamente político, en el que habrá elecciones para diez gobernadores, mientras se percibe dificultoso alcanzar acuerdos.
Señalan que a pesar de que en 2004 la economía experimentará un ligero repunte, el estancamiento de la planta productiva, los elevados niveles de desempleo y el efímero incremento a los salarios reales, que poco contribuirán a reactivar el consumo, no podrán ser resueltos. Además, pasarán algunos meses para que la actividad comercial adquiera renovado dinamismo.
En su último reporte los expertos de Consultores Internacionales destacan que México tiene un problema estructural en el empleo, el cual se gestó durante años. En 2004 el empleo ''seguirá siendo el gran perdedor de la economía nacional, donde la creación de plazas se concentrará en los servicios''. Se espera la generación de cuando mucho 160 mil empleos formales frente a una demanda de un millón 200 mil plazas, y ello indica que la informalidad aumentará de manera sustancial.
Indice de negocios
Los economistas del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado hicieron notar que México ha retrocedido en los últimos años en la calificación y ello hace doblemente preocupante el sitio que ocupa la economía del país en el entorno internacional. La falta de reformas estructurales (fiscal, energética y laboral) parecería indicar que México no necesita realizar mayores acciones para ser más productivo y competitivo internacionalmente, pero la realidad es otra.
Expusieron que se deben llevar a cabo reformas institucionales para realizar los cambios que requieran la modernización de la economía, mejorar la calidad de la regulación y elevar la productividad. Sólo de esa forma podría ser considerado un país prioritario para invertir y desarrollar negocios. El índice de competitividad de los negocios para México de 1998 a 2003 muestra un retroceso de ocho lugares.
Esto es una mala señal hacia el mercado porque en teoría se debió mejorar la posición y no empeorarla. Por ello no es de extrañar que la competitividad de los negocios vaya a la baja si se mantienen estructuras de mercados que lo distorsionen, como son los monopolios en el sector energético que repercuten en mayores precios de insumos y mala calidad de los bienes y servicios.
|