México D.F. Domingo 8 de febrero de 2004
Paro respiratorio, la causa del deceso de la bebé dominicana, informan médicos
Niña bicéfala muere horas después de haberle practicado una cirugía
Este es un ejemplo de que en estos casos el aborto es la solución, dijo el padre de la infante
DPA
Santo Domingo, 7 de febrero. La niña bicéfala dominicana Rebeca Martínez, que fue sometida a una compleja cirugía para separarle el segundo cráneo, murió hoy a las 6:00 horas (12:00 GMT) de un paro respiratorio, indicó este mediodía el equipo médico que realizó la operación.
"El deceso se produjo debido a un paro respiratorio causado por una coagulopatía, ocasionada por un desbalance en la circulación de la sangre", indicó el médico Santiago Hazim, director del Centro de Especialidades Ortopédicas de Santo Domingo, donde fue realizada la operación el viernes.
Rebeca Martínez, quien nació el 10 de diciembre pasado con una segunda cabeza, correspondiente a una hermana siamesa cuyo desarrollo no concluyó, fue sometida a una compleja operación de más de 10 horas para retirarle el segundo cráneo.
Tras haber calificado la operación como un éxito la medianoche del viernes, Hazim detalló este sábado que la niña sufrió un paro respiratorio ocasionado por la pérdida de sangre y de presión arterial.
Durante el anuncio de Hazim estuvo presente el médico Jorge Lazareff, jefe de cirugía pediátrica de la Universidad de California, y quien dirigió la operación para retirar el segundo cráneo de Martínez.
"Esto es un ejemplo para el mundo de que en estos casos, el aborto es la única solución", comentó Franklyn Martínez, el padre de la menor, quien aseguró que, junto con su esposa, María Gisela Hiciano, estaban conscientes de los riesgos que corría su hija.
Lazareff, quien en 2002 separó con éxito a las siamesas guatemaltecas María de Jesús y María Teresa Quiej, que estaban unidas por el cráneo, había explicado el viernes que la operación a Rebeca era muy compleja y excepcional, pues sólo existen registros de otros ocho casos similares en el mundo. Y "de los ocho casos conocidos, siete murieron antes del parto", insistió.
La operación, que costó unos cien mil dólares, fue realizada con el apoyo financiero del organismo sin fines de lucro Cure International, con sede en Estados Unidos.
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