México D.F. Miércoles 4 de febrero de 2004
Cartas topográficas del INEGI fueron usadas para ubicar 42 campamentos guerrilleros
Nuevas evidencias revelan pormenores del papel del Ejército en la guerra sucia
Documentos del AGN permiten identificar a responsables de la represión en Guerrero
Comunidades como El Quemado y La Feliciana se convirtieron en objetivo militar
GUSTAVO CASTILLO GARCIA /I
La Operación Telaraña, que se desarrolló en una etapa de la guerra sucia de los años setenta y ochenta, convirtió a habitantes de la sierra guerrerense en paquetes; los obligó a delatar a los seguidores de la guerrilla encabezada por Lucio Cabañas bajo amenaza de muerte. Otros fueron encarcelados y muchos más fusilados frente a sus familias.
El 20 de diciembre de 2003, La Jornada dio a conocer en exclusiva la existencia de esta operación y la orden del entonces titular de la Secretaría de la defensa Nacional (Sedena), Hermenegildo Cuenca Díaz, de "exterminar" a Lucio Cabañas y a sus seguidores.
La carta topográfica de Tecpan de Galeana elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática fue el instrumento idóneo para poder ubicar cada uno de los 42 campamentos guerrilleros del Partido de los Pobres, aunque en algunos casos los ataques derivaron en acciones contra comunidades enteras, como El Quemado o la ranchería La Feliciana.
Ahora, a más de 30 años de que en secreto se puso en marcha la Operación Telaraña, en el Archivo General de la Nación (AGN) se han descubierto los reportes militares de ese plan, los nombres de los responsables e inclusive los radiogramas respecto de los pertrechos consumidos.
El general Salvador Rangel Medina, comandante en 1971 de la 27 Zona Militar con jurisdicción en Guerrero, fue el primer responsable de cumplir las disposiciones de Cuenca Díaz.
Pero también estuvieron involucrados otros militares que llegaron a ocupar altos rangos en el Ejército, como el entonces coronel de infantería Alfredo Cassani Mariña y el mayor de infantería José Domingo Ramírez Garrido Abreu, miembros de los grupos de operaciones de antiguerrilla y contrainsurgencia, a cargo de la Sección Tercera del Estado Mayor de la Defensa Nacional, quienes asesoraron y comprobaron que las órdenes de mando se cumplieran.
Dos años de investigaciones documentales en el AGN por parte de la historiadora Angeles Magdaleno Cárdenas y un pequeño grupo de colaboradores han permitido a la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femopspp) conocer la manera en que operó el Ejército y la interpretación de las claves castrenses con las cuales se codificó la ubicación geográfica de los 42 campamentos guerrilleros del Partido de los Pobres.
El expediente de la Operación Telaraña fue dividido en cinco volúmenes, unos con más hojas que otros, pero en ningún caso se encontró más de una carpeta por caja. Todos tenían perforaciones en cuatro lados y estaban cosidos con hilo.
Según los expertos en archivos, eso significa que los expedientes eran un asunto que se daba por concluido y que no serían nuevamente consultados.
El oficio 15233, del 7 de abril de 1971, documenta las órdenes de Cuenca Díaz para cumplir la Operación Telaraña. Los detalles de los movimientos castrenses estuvieron listos en los primeros días de abril de 1971, pero no fue sino hasta el día 27 cuando el secretario de la Defensa, en el oficio 18596, elaborado por el Estado Mayor de la Defensa, señaló:
"Ratifico a usted -general Rangel Medina- las instrucciones dadas verbalmente sobre el contenido del Plan Telaraña, las cuales deben aplicarse como sigue:
"a) La acción militar será iniciada durante la noche del 29 al 30 de abril de 1971.
"b) Dicha acción será orientada ha- cia la región: El Paraíso-El Cayaco-Atoyac de Alvarez, localizada en la Costa Grande.
"c) Se desarrollará en forma coordinada con las fuerzas de la 35 Zona Militar, a fin de evitar que los gavilleros escapen a la acción directa de los elementos del 32 batallón de infantería.
"d) Todas las partidas militares de la región deberán activar su vigilancia en los lugares donde se encuentren actualmente desplegadas, con objeto de hacer efectiva la materialización del cerco y evitar la evasión de los maleantes.
"e) Las actividades de rastrilleo en el área considerada serán realizadas por fuerzas seleccionadas que actuarán como contraguerrillas.
"f) Deberán establecerse y observarse las medidas más rigurosas de discreción, debiendo extremarse, a fin de conservar el secreto de todos los aspectos de la operación.
"g) La conducción de esta operación será reforzada con tres helicópteros de la Procuraduría General de la República en el puerto de Acapulco.
"h) La comandancia del 32 batallón de Infantería establecerá una base de operaciones en Atoyac de Alvarez.
"i) Si la situación lo requiere podrán emplearse tropas del 48 batallón de infantería y 50 batallón de infantería en apoyo o refuerzo del 32 batallón de infantería".
Esas fueron las órdenes para el despliegue militar y el cerco que se estableció en contra de Lucio Cabañas Barrientos, que involucró a unos 3 mil efectivos.
Sin embargo, el punto "j" de la Operación Telaraña señalaba que "con objeto de establecer la adecuada comunicación" entre la 27 Zona Militar, el secretario Hermenegildo Cuenca Díaz ordenó que el jefe de la Sección Tercera del Estado Mayor -encargada de asesorar y vigilar que las órdenes del mando se cumplan- , "acompañado de elementos de las secciones de dicho organismo y personal de tropa a su servicio, se trasladen a esa plaza".
La Operación Telaraña tuvo su punto culminante el 8 de septiembre de 1974, con el rescate del entonces senador Rubén Figueroa Figueroa. Luego vendría otra operación más, que abarcó de 1974 a 1982, en la que uno de los principales participantes fue El Ruso, el general Francisco Quirós Hermosillo.
Reductos de "gavilleros"
Junto con diversos radiogramas, en el AGN se localizó la lista de "campamentos empleados por los gavilleros". Eran 42 y a tres de ellos se les identificó con claves: La Mona LQ662165; La Florida LQ555045, y El Quemado LQ6270110.
Los integrantes de los batallones de infantería que se encargaron de los ataques contra la guerrilla conocían perfectamente la localización geográfica de cada campamento, "creo que nunca pensaron que se pudiera reconstruir la operación ni tampoco descifrar los códigos, pero se logró", dijo Angeles Magdaleno.
La Operación Telaraña implicó detenciones ilegales y desapariciones a cargo de los distintos batallones responsables del despliegue militar.
En El Quemado, por sólo citar un ejemplo, más de 40 personas fueron detenidas y de ellas 21 continúan desaparecidas.
Como Mario Acosta Serafín, detenido ilegalmente por integrantes del 48 batallón de infantería el 14 de agosto de 1974 en la comunidad de El Nanchal; Apolinar Barrientos Ríos fue detenido el 10 de octubre de 1974 en Achotla, Guerrero, por elementos del 27 batallón de infantería.
La comandancia de la 27 Zona Militar, con sede en Acapulco, envió el radiograma 8934, de fecha 22 de agosto de 1974, a la Sedena:
"Comunica que en la misma fecha, con base en la información recibida y confirmada por un paquete archivado, fue puesto en ejecución el plan de operaciones número siete, con la participación de las siguientes unidades: agrupamiento Maximiliano (LQ630130), reconociendo en dirección a (LQ560040), donde se establecerá como fuerza de bloqueo agrupamiento Marquelia con patrullas Cayuno, Cacao, Bañuela, Avispa, Gallegos Uno y Gallegos Dos, que progresaban reconociendo en dirección a sus nuevas bases de operación, interrumpieron su desplazamiento en (LQ605070) para trasladarse por itinerario.
"Las patrullas Tepeden y Tepepan (LQ703036) se desplazan reconociendo hacia El Chiflón (LQ6555042) y El Quemado (LQ628010), con misión de cubrir la posible infiltración del enemigo procedente del área del objetivo."
Para esa fecha el Ejército se acercaba a El Quemado, comunidad donde Lucio Cabañas tenía secuestrado a Rubén Figueroa Figueroa y donde lo rescataron militares el 8 de septiembre de 1974, en un operativo en el que participó el general Mario Arturo Acosta Chaparro Escapite, a quien se ha señalado como uno de los mayores represores durante la llamada guerra sucia.
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