México D.F. Lunes 26 de enero de 2004
José Cueli
Se desdibujaron... con los de Xajay
Zotoluco y Rafael Ortega se desdibujaron con los enrazados toritos de Xajay. En especial El Zotoluco, que dejó ir a un primer toro para abordar el toreo y a un segundo que se comía capotes y muletas, y a los que no pudo comérselos como se comió a sus enemigos de hace ocho días. Se salvó de la quema gracias a una gran estocada a su primero. Manuel Caballero pechó con un novillo protestado y se fue a España en medio de un vendaval.
El toreo de El Zotoluco y Ortega no está al ritmo de los tiempos actuales. Su brío y rotundidad acusan un carácter macho, peleonero, como si boxearan. El quehacer de ambos en la México, la tarde de ayer, fue parco de decisión, pecaba de excesivo esquematismo, de hecho lacónico. Se peleaban con los de Xajay, dejando de lado el dominio que los caracteriza con los toros parados. En suma, no definían.
A ambos les falta esa gracia sutil, esa relajación, ese desmadejamiento, esa verticalidad que prende la locura. Con toros que se comían capotes y muletas que perdían sugestión y atractivo; no pasaban de anotaciones, de promesas, que se ofrecían como algo más, que nunca llegaba.
Ese torear despatarrado, fuera de cacho, con el pico de la muleta, expulsando los toros hacia afuera y rematadas las series con veloces y feos martinetes, no les funcionó con los toros de Xajay que se revolvían en un palmo de terreno. La mayoría embistieron a los caballos recargando con los riñones. Algunos demasiado gordos sufrían caídas, mas seguían embistiendo desde aquí hasta allá.
Ni modo, difícil el paso de El Zotoluco y Ortega en esta época de toreo arabesco de color y línea por toreros galanes. Pese a seguir cortando orejas, no llevan la gente a la plaza... Y de contra se estrellaron con toritos que les "movían las orejas".
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