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México D.F. Lunes 26 de enero de 2004
Las estructuras que se muestran en el Franz
Mayer han sido poco vistas en el mundo
Llegan a México proyectos de casas particulares
del finlandés Alvar Aalto
MERRY MAC MASTERS
El arquitecto, urbanista y diseñador Alvar Aalto
(1898-1976), una de las máximas figuras artísticas de Finlandia,
junto con el compositor Jean Sibelius y los pintores de los años
80 del siglo XIX, también fue uno de los constructores más
influyentes de la centuria anterior. Su obra dio un carácter local
a la arquitectura moderna dominada por el "estilo internacional", a la
vez que se tornó orgánica.
A lo largo de su prolífica vida diseñó
casi 500 edificios, entre los cuales un centenar fueron casas particulares.
La mayoría se hizo para amistades, aunque después de la Segunda
Guerra Mundial Aalto realizó casas "tipo", ya que había que
solucionar la falta de vivienda.
Comparado
con el resto de su producción, esas estructuras son menos conocidas
para el gran público, ya que han tenido poca exposición por
su carácter privado. Tampoco han sido reseñadas. La muestra
itinerante Alvar Aalto. Finlandia. Diseño y arquitectura,
que versa sobre sus casas particulares, así como los objetos utilitarios
y el mobiliario que creó, ya que concebía sus obras como
un todo, acaba de ser inaugurada en el Museo Franz Mayer (Hidalgo 45, Centro
Histórico).
Para la arquitecta Hanni Sippo, comisaria de la exhibición,
lo más relevante de la obra de Aalto es el aspecto "humano" de la
escala y "cómo uno toca las cosas, cómo se mueve, cómo
encuentra su camino, cómo todo está organizada para que sea
sencillo, pero también cause placer. Para mí es una arquitectura
muy sensual. Hay algo para todos los sentidos.
"Están las lámparas, por ejemplo. Aalto
quiso introducir la luz, pero de una manera que agradara al ojo, y con
la idea de que habría una lámpara cerca a la ventana. Finlandia
tiene un invierno muy largo y está oscuro la mayor parte del día,
de manera que era importante llevar la luz artifical al mismo punto donde
entraría la luz natural. También era una forma de crear una
sensación de calidez.''
Curiosamente, Aalto no dejó "escuela", ya que "nadie
siguió sus pasos", anota Sippo, quien es experta en restauración
en la Fundación Alvar Aalto, ubicada en Helsinki. Frente al uso
del concreto y el plástico, Aalto se distinguió por emplear
la madera, el cuero, el ladrillo y el mosaico. En 2000, apunta la entrevistada,
la muestra Alvar Aalto y el ladrillo rojo se exhibió en el
Museo del Palacio de Bellas Artes, ya que ese material se impuso en su
obra en los años 50.
Aalto también diseñó edificios fuera
de su país como, por ejemplo, el Museo de Bellas Artes (1958), en
Bagdad, Irak. Y, como suele suceder, hubo proyectos que no se llevaron
a cabo. Gracias a la tecnología actual ha sido posible crear "modelos
virtuales penetrables" de una iglesia o una casa o un estadio deportivo
de Aalto que nunca se construyeron, y que serán tema de una próxima
muestra, adelanta Sippo.
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