México D.F. Lunes 26 de enero de 2004
Acomodadores de autos del Río Antiguo
ocupan tres carriles de avenida Revolución
Personal de un bar se adueña de una vía
capitalina y condiciona el acceso
Protección Civil de Coyoacán asegura desconocer
anomalías y culpa a Seguridad Pública del DF
MIRNA SERVIN VEGA
El aforo de 2 mil personas y el acceso por un carril de
la avenida Revolución es el pretexto con el que personal y visitantes
del bar Río Antiguo se apoderan de las inmediaciones de Ciudad Universitaria
para detener impunemente el paso de vehículos que pretenden ingresar
a la zona.
A
casi cuatro meses de su inauguración, este antro se ha convertido
en la más reciente representación de abusos privados y discriminación
disfrazada de sobrecupo y esperas hasta de dos horas para ingresar.
Más de 20 valets parking -entre empleados y seudoempleados-
cobran 40 pesos por estacionarse en la vía pública poco antes
de las 10 de la noche, cuando empieza a llenarse el lugar ubicado en avenida
Revolución 2015, a unos metros de Ciudad Universitaria, delegación
Coyoacán.
El bar Río Antiguo es frecuentado en su mayoría
por hijos de personas influyentes y de gente de altos recursos, quienes
saturan por horas tres carriles de la avenida con automóviles de
lujo, camionetas blindadas y vehículos de importación.
Al pasar al desnivel que funciona como entrada, cientos
de jóvenes son detenidos por una cadena que se abre y cierra con
base en un criterio no explicado ni establecido de manera pública
y oficial.
Tres o cuatro hombres de traje negro eligen a aquellos
que esa noche podrán acceder a la pista de dos niveles, con un grupo
en vivo y música de distintos géneros. Pero también
a precios que doblan el costo original del producto.
De acuerdo con su lista de precios, una cajetilla de cigarros
cuesta 30 pesos, mientras el precio de venta en misceláneas y tiendas
de autoservicio es de 15 pesos.
La noche del sábado, Arlet y Emiliano esperaron
hora y media, profiriendo gritos para llamar la atención de alguien
que los dejaría cruzar la cadena, sin ningún éxito.
Nunca habían visitado el lugar, sólo acudieron porque una
amiga festejaba su cumpleaños. Salieron del tumulto, sin ingresar
siquiera a las escaleras de revisión y admisión "porque no
conocemos a nadie que nos pueda ayudar a pasar".
Un oaxaqueño entre la crema y nata
La
gran mayoría de los entrevistados acude regularmente para conocer
lo "último" en la moda de antros, aunque en la página electrónica
del bar son los que siempre expresan inconformidades.
Entre los comentarios enviados el pasado sábado
se puede leer:
"Bar Río está padrísisimo. Felicidades!!!
Pero, la verdad, eso de estarle rogando a Chepe es de flojera. He
visto que gente se va por eso... deberían de hacer algo al respecto."
Otro, del 22 de enero: "Hi friends, espero que estén
atm, les escribo mi mensaje para que se rían un rato, SABIAN QUE
CHEPE ES OAXAQUEÑO JA JA JA. A de ser hermano de mi chacha
y creo que la familia de Chepe vende cajeta en una granja, y es
neto; si no, pregúntenle. La neta a mí siempre
me dejan pasar, o sea que mi mensaje no es de ardido, ok. Es para que se
rían, pero sí está mal que pongan a alguien tan naco
en la cadena. Se supone que ahorita los que vamos a Barrio es la
crema y nata, y ponen a ese naco. Por favor".
David González, director de Protección Civil
y Verificación de la delegación Coyoacán, al ser cuestionado
sobre la situación del bar, aseguró desconocer los datos
exactos de su funcionamiento, pero que en los próximos días
se revisaría su situación jurídica y los probables
abusos en que pudieran incurrir sus responsables.
El funcionario aclaró que la regulación
del paso en la vía pública corresponde a la supervisión
de la Secretaría de Seguridad Pública, no a la delegación.
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