México D.F. Lunes 26 de enero de 2004
Fidel Castro reconoce jurídicamente a
esa comunidad cristiana y le construye un templo
Patriarca ortodoxo reitera condena al bloqueo económico
de EU contra Cuba
La visita de Bartolomé I a la isla, segunda de
un líder religioso mundial en seis años
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 25 de enero. El presidente Fidel Castro
acompañó hoy al patriarca ortodoxo Bartolomé I a la
consagración de la catedral dedicada a ese culto, en la cual, por
segundo día consecutivo, el líder cristiano condenó
el bloqueo económico a Cuba y esta vez abogó por la libertad
religiosa .
Con
traje civil oscuro, y a las puertas del templo, Castro entregó al
jefe de los cristianos ortodoxos la llave simbólica de la catedral
bizantina, construida por el gobierno cubano en la antigua ciudad colonial,
y el documento que reconoce jurídicamente a esa comunidad en Cuba.
El patriarca, que cambió de ornamentos durante
el ceremonial de casi cinco horas, entregó al jefe de Estado la
Sagrada Cruz de San Andrés, uno de los máximos honores de
su iglesia.
En torno de la pequeña catedral, Bartolomé
I encabezó una procesión, enmarcada por humo de incienso
y cánticos religiosos y luego realizó la extensa consagración
del templo. En su homilía dijo que su devoción llegó
a Cuba para "predicar con franqueza que el bloqueo de pueblos y países
por la sociedad general de los pueblos de la tierra es un error histórico
y que los problemas entre las comunidades y los países, y entre
las personas físicas, se resuelven mediante el diálogo",
y "confiables mediaciones".
El ex rey de Grecia Constantino, y líderes del
Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos, entre otros, participaron
en la apertura de la catedral, destinada a una reducida feligresía,
de entre dos y tres mil personas, en su mayoría rusos, ucranianos,
griegos y palestinos.
La catedral está construida con piedra caliza,
en un terreno anexo al convento de San Francisco de Asís. Su interior
es de apenas 153 metros cuadrados, tiene capacidad para 50 personas y sus
acabados y remates, en parte traídos de otros templos de esa confesión,
reconstruyen un verdadero recinto ortodoxo.
La visita de Bartolomé I es la segunda de un líder
religioso mundial a Cuba, desde el viaje del papa Juan Pablo II, en 1998.
La condena que el líder ortodoxo hizo al bloqueo
coincide con el mensaje que lanzó en aquel momento el jefe de la
Iglesia católica respecto de que Cuba se abra al mundo y el mundo
se abra a Cuba.
El
gesto de Castro de hacer construir un templo para una comunidad religiosa
tan pequeña y de tan escaso arraigo en Cuba, contrasta con su decisión
de no permitir la edificación de ningún templo católico
en más de cuatro décadas, aunque esta comunidad tiene una
fuerte tradición y ha crecido en la isla.
Quizás en un reflejo indirecto, Bartolomé
dijo este domingo que espera "ver en el futuro nuevos templos entregados
al culto público", con base en que "la libre expresión de
la fe religiosa constituye un derecho humano básico".
Bartolomé I se reunió el viernes con el
cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, cuya oficina describió
el encuentro como "cordial y cálido, al tiempo que expresión
del espíritu ecuménico que anima a ambas iglesias cristianas".
El sábado por la noche, el líder opositor
Osvaldo Payá, y esposas de disidentes presos, pidieron al arzobispo
ortodoxo estadunidense Dimitrios, que hiciera llegar a Bartolomé
I sus demandas de abogar por un gesto de clemencia del gobierno cubano
hacia los 75 opositores detenidos el año pasado y condenados a fuertes
penas de cárcel.
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